La otra batalla por la escasez de agua: atajar las fugas en la red
Consumo de agua
Sevilla reduce al 11,5% la pérdida de aguas por roturas o filtraciones en las redes urbanas
Las medias andaluzas y españolas superan el 20% y el 16%, respectivamente
La gestión del agua que usan los ciudadanos se antoja como un elemento clave en momentos como el actual en el que la escasez de este bien tan preciado y necesario por la falta de lluvias empieza a amenazar a los sevillanos.
La provincia cuenta ya con cuatro comarcas agrarias en situación de sequía severa -el Aljarafe, la Sierra Norte, las Marismas y la Vega-, pero la situación de las otras tres no es mucho más alentadora, actualmente en nivel moderado. Las reservas de los embalses que abastecen a Sevilla y su área metropolitana también siguen bajando y están ya casi a la mitad de su capacidad.
Ante este panorama en Sevilla, en el lado bueno de la balanza se sitúan dos puntos claves para mejorar la gestión del agua: la reducción de las fugas en la red de abastecimiento y el consumo a la baja de los sevillanos.
Respecto a lo primero, desde la empresa metropolitana de abastecimiento y saneamiento de aguas de Sevilla (Emasesa) destacan que el pasado ejercicio se lograron reducir al 11,5% las pérdidas reales, un porcentaje que en Emasesa consideran se sitúa "entre las redes urbanas con menores pérdidas". Las mismas fuentes aclaran que, teniendo en cuenta los últimos datos de referencia del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al año 2016, el porcentaje medio de pérdidas reales sobre el volumen de agua suministrada fue de un 20,8% en Andalucía y de un 16,3% para todo el territorio nacional, por lo que Sevilla estaría muy lejos de esas medias.
Emasesa lleva años trabajando en la reducción de esas fugas de agua y prueba de ello es que ya en el año 2009, el índice de pérdidas llegó a situarse 1,2 puntos por debajo del nivel exigido por la Unión Europea. Esta tendencia a la baja ha continuado a lo largo de los últimos años y desde 2015 se ha logrado rebajar ese porcentaje cada año desde el 14,23% al 11,5% de la actualidad.
Aunque los datos que ofrece la empresa hacen referencia al volumen de fugas reales, es decir, el agua que ni siquiera llega al consumo porque se pierde por el camino por roturas o filtraciones en la red -siendo éste el motivo por el que se desperdicia más agua-, según la Asociación Española de Abastecimiento de Aguas y Saneamiento (AEAS) a esto habría que sumar las "pérdidas aparentes de agua", es decir, los consumos autorizados no medidos, los no autorizados o fraudes y los errores de medida. Un total que la AEAS define como agua no registrada (ANR) y que es la "diferencia entre el volumen de agua suministrada al sistema y el volumen de agua registrada en los contadores de los usuarios", es decir, la diferencia entre lo que Emasesa ofrece a sus usuarios y lo que finalmente cobra.
Aún así, las fugas en general de la red de abastecimiento de Emasesa estarían muy lejos del 23% en el que la AEAS sitúa el volumen de agua no registrada. Por otro lado estarían las aguas recuperadas que, en la red de abastecimiento de Sevilla y su área metropolitana, el volumen total asciende a 2,5 hectómetros cúbicos.
Respecto al consumo de agua por parte de los ciudadanos, la caída de las precipitaciones durante este año ha reactivado la importancia sobre el ahorro y desde Emasesa advierten de la importancia de concienciar. En este punto, desde la empresa de aguas hacen hincapié en el cambio que se produjo en el hábito de los ciudadanos tras la grave sequía de los 90. Desde 1991 hasta hoy, el consumo de agua de la población del área metropolitana de Sevilla se ha reducido de los 176 litros que se gastaban al día por sevillano a los 111 litros por persona y día de 2018. Año en el que se ha producido un importante descenso ya que desde 2015 no se conseguía bajar de los 113 litros por habitante al día. Una reducción bastante considerable que sitúa al consumo de la población de Sevilla por delante de la media nacional que está en los 132 litros por habitante y día.
Desde Emasesa se destaca el comportamiento de la ciudadanía en relación con el consumo de agua de grifo, adoptando como una costumbre sencillos gestos que generan ahorro.
Repunta el número de familias que piden ayuda para pagar el recibo
El número de bonificaciones que otorga Emasesa para que las familias en situación de emergencia social puedan afrontar el pago del recibo del agua acabará el año 2019 con un repunte respecto a 2018. Según los datos facilitados por la empresa, hasta el pasado mes de octubre 5.688 familias sevillanas se han acogido a este pago bonificado, una cifra que ya es superior a la que se registró en todo el año pasado: 5.240 contratos.
En los últimos tres años, destacan los datos de 2017 cuando se alcanzó la cifra de 7.799 beneficiarios, un 38,3% más que en 2016 y un 74,5% más que en 2015, cuando entraron en vigor estas medidas sociales para no cortar el agua a los usuarios que no tienen capacidad económica para afrontar el pago. Emasesa indica además que el ahorro estimado para las familias asciende este año a 1.358,332,68 euros.
Para evitar el derroche, la empresa ha puesto recientemente coto, precisamente, al agua bonificada para evitar consumos excesivos. La tarifa social garantiza un gasto de 110 litros por persona al día e incluye un descuento del 50% para los usuarios con rentas bajas tras detectar que el 36% de las facturas condonadas se corresponden con casos por encima de los límites.
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por SO/Sotogrande Spa & Golf Resort
Contenido Patrocinado
Contenido ofrecido por Restalia