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La caída de Ginés, el narco más buscado de Sevilla

Tres guardias civiles sacan a Ginés de su casa de Coria del Río.

Tres guardias civiles sacan a Ginés de su casa de Coria del Río. / Antonio Pizarro

A primera hora de la mañana del martes, la Guardia Civil irrumpió en una casa de La Hermandad, una urbanización perteneciente al término municipal de Coria del Río pero ubicada al otro lado del Guadalquivir, muy cerca ya de Dos Hermanas y del polígono La Isla. Era el chalé de Ginés Enrique G. R., uno de los narcotraficantes más poderosos de Sevilla, que llevaba años buscado por las Fuerzas de Seguridad.

Para algunos de los guardias civiles que participaron en el registro, fue una sorpresa que Ginés (así se le conoce, con el nombre de pila y sin ningún apodo) se encontrara en la vivienda, pues pensaban que estaba fuera de España. Para otros, no tanto. Estaban convencidos que las investigaciones del EDOA (unidad antidroga de la Guardia Civil, acrónimo de Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga) de Sevilla, apoyadas por el OCON-SUR, la nueva unidad contra el narcotráfico creada en Andalucía, iban bien encaminadas. En lo que sí coinciden todos los que estuvieron allí fue en que la detención de Ginés fue un gran éxito para la Guardia Civil.

Ginés se había escapado varias veces en los últimos tiempos. En algunas ocasiones incluso había huido a toda velocidad con un coche de alta gama y había sido imposible atraparlo.La última vez fue detectado por la Policía Nacional en Dos Hermanas y consiguió huir. El martes no lo logró. La Guardia Civil lo sacó de la vivienda esposado, con uno de los guardias con el brazo interpuesto entre las manos, y con la cabeza cubierta por una camiseta de color amarillo fosforito. Vestía una camiseta de Hugo Boss, un bañador y unas chanclas Adidas.

Macrooperación contra el tráfico de hachís a través del río Guadalquivir

La indumentaria dejaba ver muchos de sus tatuajes, que le cubren los brazos y buena parte de las piernas. En algunos de ellos aparece una pistola y en otros hay cuerpos y caras femeninos o del diablo. Cuando era trasladado al coche de la Guardia Civil, un grupo de mujeres se acercaron al vehículo y empezaron a darle ánimos. Al rato, salieron guardias civiles cargando con una máquina de contar dinero, bolsas, televisores, equipos de videovigilancia y una infinidad de garrafas de gasolina, que los investigadores relacionan con las narcolanchas.

De la operación Vegano, en la que cayó Gines, ha trascendido poco, ya que está bajo secreto de sumario. Se sabe que fueron arrestadas otras 19 personas, entre ellas su hermano Óscar. Doce de estos arrestos fueron en la provincia de Sevilla, en las localidades de Coria del Río, Carmona e Isla Mayor. En este pueblo se registraron varias naves del polígono industrial Príncipe de Gales, el punto en el que suelen alijar las embarcaciones que cruzan el Estrecho cargadas de hachís. Otras seis personas fueron detenidas en Algeciras, una en Sanlúcar de Barrameda y otra más en Chipiona.

Un guardia civil saca bidones de gasolina del chalé de Ginés. Un guardia civil saca bidones de gasolina del chalé de Ginés.

Un guardia civil saca bidones de gasolina del chalé de Ginés. / Antonio Pizarro

De esos 20 detenidos, siete han ido a prisión. El primero para el que se decretó el encarcelamiento fue Ginés, considerado como la pieza clave de la organización. La operación, al igual que otra similar que se produjo hace un mes, significa la confirmación del río Guadalquivir como una de las principales vías de entrada de hachís en Europa, debido sobre todo a la presión policial que se ejerce en las playas de La Línea de la Concepción, que obliga a los narcos a buscar vías alternativas.

También ha vuelto a poner de manifiesto las relaciones entre los clanes que controlan la entrada de droga por el Estrecho con los narcotraficantes de Sevilla, donde Ginés destaca entre los más poderosos. Su historia es la de un chico de la Macarena que llegó a convertirse en uno de los narcotraficantes que fue creciendo hasta dirigir un entramado dedicado a la venta de distintas sustancias en el Polígono Sur. De 39 años, ha sido detenido en varias ocasiones y ha pasado temporadas en prisión, pero su nombre infunde respeto no sólo entre los delincuentes, sino también entre policías y guardias civiles.

Comenzó muy joven en el mundo de la delincuencia, formando parte de la banda del Miguelito, un atracador del Polígono Norte que años después se vio involucrado en secuestros exprés y en intentos de homicidio. Miguelito, el líder de aquel grupo, es el padre de otros delincuentes muy conocidos como el Ivi, Kevin o José Adán. Los tres han sido arrestados en los últimos meses, el primero de ellos precisamente por su vinculación con el narcotráfico en una operación anterior desarrollada por la Guardia Civil. En la banda del Miguelito, Ginés se curtió como delincuente. Coincidió con otros ladrones conocidos en Sevilla, como Juanan, el Verruga o el Carroña, entre otros.

Despliegue de la Guardia Civil en la vivienda. Despliegue de la Guardia Civil en la vivienda.

Despliegue de la Guardia Civil en la vivienda. / Antonio Pizarro

De relacionarse con gente del Polígono Norte, pasó a empezar a vender droga en este barrio. Al principio sólo lo hacía al por menor, la Policía lo consideraba un simple camello que ofrecía basuco y caballo. Conoció después a la que sería su mujer, miembro del clan de los Mikhailovich, un familia de origen húngaro relacionada históricamente con el narcotráfico en las Tres Mil Viviendas. Una agresión a un vecino hizo que tuviera que salir del Polígono Norte y se estableció en el barrio de su esposa.

Allí, en el Polígono Sur, comenzó a vender cantidades mayores, según han relatado fuentes de la lucha contra el narcotráfico. Pasó de los paquetillos a las bolsas. Se hizo un hueco entre los clanes que controlan el tráfico de drogas en el barrio, con los que se vio implicado en varios enfrentamientos armados. Comenzó a conducir coches de alta gama y a tener a su alcance incluso armas de guerra.

Un agente retira una máquina de contar billetes de la vivienda. Un agente retira una máquina de contar billetes de la vivienda.

Un agente retira una máquina de contar billetes de la vivienda. / Antonio Pizarro

Hace unos años compró la parcela de La Hermandad en la que fue detenido el martes. En todo este tiempo se cree que ha tenido roces con otros clanes, como los Mariano, los Perla y los Lanas. En la zona de Coria del Río en la que reside ha habido varios tiroteos entre narcos en los últimos años. En algunos de ellos se vieron implicados miembros del clan de los Mikhailovich y el de los Mariano. Otro acabó con un vehículo arrojado al río bastantes kilómetros más arriba, a la altura de Cantillana.

Las mismas fuentes indicaron a este periódico que, tras estos enfrentamientos, la actividad del clan liderado por Ginés evolucionó hacia los vuelcos. Así se conoce en el argot policial a los robos de droga entre clanes. A Ginés se le relacionó con el Torna, el mayor especialista en este tipo de delitos, que fue juzgado por el asalto a la Aduana de Huelva aunque salió absuelto, y el Topito, otro antiguo atracador del Polígono Norte.

De Ginés dicen que estaba obsesionado con la seguridad, que disponía de cámaras de videovigilancia en todo el perímetro de su casa, y que incluso pagaba a personas de su confianza para que le hicieran de punto o aguaores y alertaran de la presencia policial o de otras bandas rivales. Las numerosas veces que logró escapar le hicieron ganarse una fama de intocable entre los policías y guardias civiles. El jueves por la tarde, la juez de Instrucción número 1 de Coria del Río lo envió a prisión provisional. Su furgón llegó a Sevilla-I sobre la medianoche. Hoy Ginés se adapta de nuevo a la vida en la cárcel, donde sigue siendo muy respetado.

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