La emotiva carta que humaniza el liderazgo del Valme en cirugía hepática: "Me han salvado la vida"
Una paciente agradece a través de un escrito enviado a este periódico la atención recibida tras una intervención compleja que hoy le permite estar completamente recuperada
El Hospital de Valme convierte a Sevilla en epicentro mundial de la cirugía hepática
"Al leer noticias como esta, me siento orgullosa de nuestra Sanidad Pública y, sobre todo, muy agradecida". Con estas palabras arranca la carta que C. N. J. ha hecho llegar a la redacción de este periódico tras la publicación de un reportaje en el que se destacaba al Hospital Universitario de Valme como referente internacional en cirugía hepática. Un mensaje escrito desde la emoción, pero también desde la conciencia crítica de quien ha vivido la sanidad pública desde todos los ángulos posibles.
La paciente explica que su testimonio surge en un momento "difícil" para el sistema sanitario andaluz, y que su intención es doble. Por un lado, agradecer una atención médica que define como "ejemplar" y, al mismo tiempo, mostrar su apoyo a las reivindicaciones de unos profesionales que, "aunque consigan salvarnos la vida, a veces de manera sobrehumana, no dejan de ser trabajadores, personas, vidas".
Hija de médico y de pacientes oncológicos, usuaria habitual del sistema público y, más recientemente, paciente, C. N. J. asegura haber comprobado "en primera persona la incondicional vocación, entrega y valía" del personal sanitario. Por eso, cuenta que al leer que Valme se ha convertido en epicentro mundial de la cirugía hepática gracias a técnicas punteras y a la formación de especialistas nacionales e internacionales, sintió "la necesidad de escribir".
"Gracias a estos profesionales, medios y técnicas me he curado", resume, conectando el prestigio científico del hospital con su propia experiencia vital.
Un diagnóstico complejo y un equipo decisivo
A mediados de 2024 fue diagnosticada de varios tumores que afectaban a distintas zonas del hígado, compatibles con adenomas hepatocelulares. El tamaño y la localización hacían imprescindible una cirugía compleja. El caso fue asumido por el Servicio de Cirugía General y Digestiva del Hospital de Valme, concretamente por la Unidad de Cirugía Hepatobiliopancreática, dirigida por el doctor Pablo Parra Membrives.
"Desde el primer momento abordaron mi caso de manera magistral", escribe la paciente, destacando el seguimiento constante y la cuidadosa planificación que permitió llegar a la intervención "en las mejores condiciones posibles". La operación se realizó el pasado 25 de junio y contó con la participación, entre otros, de los doctores Granada Jiménez, Darío Baena y José Manuel Lorente. Fueron más de ocho horas de intervención que concluyeron con un resultado exitoso y la curación total.
La emoción se intensifica al recordar el paso por la UCI, donde la paciente reconoce no conservar todos los nombres, pero sí la huella humana de quienes la atendieron. "Todos ellos, ángeles que me llevaron en volandas a la superación de los momentos más críticos", escribe, citando a la doctora Sancho y a profesionales de enfermería como Belén, Silvia o Gema.
El agradecimiento se extiende al equipo de Anestesia, liderado por la doctora Araceli Rodríguez, y al personal de planta (enfermería, TCAEs y otros profesionales), así como a los doctores Juan Pastor Roldán y María Pérez de la Fuente, por su "generosidad, cariño y acompañamiento durante todo este proceso".
"Ha sido el reto más difícil al que me he enfrentado en la vida", reconoce, pero también uno superado con éxito. Hoy, escribe desde el alta médica, reincorporada al trabajo, al deporte y a su vida cotidiana. "Soy un claro caso de éxito", afirma, con "un magnífico estado de salud y muchos proyectos por delante".
La carta concluye con una reflexión que trasciende lo personal. "Me han salvado la vida, salvan las de muchas más personas y nunca sabemos cuántas veces tendrán que volver a hacerlo. ¿Cuánto vale eso?". Una pregunta que convierte una noticia de alcance internacional en un relato profundamente humano y que recuerda por qué la sanidad pública, pese a todo, sigue siendo motivo de orgullo colectivo.
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