El Arzobispado de Sevilla, dentro de su política de escrupulosa transparencia, ha hecho públicos los sueldos de sus curas y obispos. El arzobispo, Monseñor Asenjo; y el obispo auxiliar, Santiago Gómez Sierra, perciben un salario de 1.258 euros, un sueldo que permanece congelado desde el año 2016.

En una información publicada en su página web, el Arzobispado explica que en enero de este año la Archidiócesis de Sevilla aprobó una subida del salario de sus 368 sacerdotes diocesanos, que pasaron a percibir 900 euros brutos al mes, lo que supuso un aumento de 300 respecto a las nóminas de 2010. En los últimos siete años se ha incrementado esta partida en un 45%, lo que desde fuentes de la Administración Diocesana se destaca como "un esfuerzo económico importante y necesario".

El Arzobispado destaca cómo los sacerdotes con este sueldo tienen que hacer frente, en muchos casos, a las necesidades de su parroquia, tanto asistenciales, como para el pago de diferentes recibos. En este sentido, desde la Conferencia Episcopal Española, se recomienda a los curas que dediquen casi un tercio de sus salario a las necesidades de los que menos tienen en su entorno, un porcentaje que también muchas veces se supera con creces.

En el caso de los obispos diocesanos, Monseñor Asenjo aclara que en sus salidas a actos litúrgicos de hermandades, suele percibir cantidades de dinero que destina "al socorro de familias verdaderamente necesitadas o de situaciones singulares de sacerdotes o laicos con problemas de salud". En este sentido existe el denominado Fondo de Limosnas que figura en los presupuestos de la Archidiócesis, así como un Fondo de Misiones, "al que acudo cuando me piden ayuda los misioneros diocesanos o algún hermano obispo de tierras de misión", añade el Arzobispo.

La Archidiócesis de Sevilla, que fue pionera a la hora de presentar sus cuentas y sigue unos estrictos protocolos de trasparencia, subraya que "los dineros de la Iglesia, término este tantas veces usado con intenciones poco claras, ha dejado de ser un arcano indescifrable, y no hay razón para verter la sombra de la sospecha en un apartado sobre el que las diócesis españolas han puesto luz y taquígrafos. No resulta pretencioso afirmar que la Iglesia española puede dar lecciones de transparencia económica y generosidad, hasta el punto de ser considerada una referencia social también en este ámbito".

Campaña de la Renta

El arzobispo también ha recordado en recientes cartas pastorales la importancia que tiene la aportación de los fieles para el sostenimiento de la Iglesia, así como las cantidades que se perciben por marcar la casilla de la Iglesia en la Declaración de la Renta.

En esta caso, la Archidiócesis de Sevilla volvió a ocupar el año pasado un puesto destacado entre las Diócesis de España en el porcentaje de declarantes a favor de la Iglesia católica. Durante 2019 asignaron a la Iglesia 329.322 sevillanos, es decir 8.600 más que en la campaña de 2018, que fueron 320.722. El importe total asignado ha tenido un incremento de 1.023.546, puesto que la cantidad total en el último año se elevó a 10.888.359 euros, siendo de 9.864.813 euros en el ejercicio de 2017.

Monseñor Asenjo recuerda la importancia tiene esta ayuda para que la Iglesia pueda cumplir con su misión pastoral y evangelizadora, para garantizar el funcionamiento de los Seminarios, de los servicios administrativos y pastorales, para ayudar a las misiones, para conservar su patrimonio artístico y cultural y para construir nuevos templos. "La Iglesia necesita medios económicos y la ayuda de sus fieles. Los necesita, sobre todo, para servir a los pobres, a los enfermos, a las personas que viven en soledad, a los jóvenes, niños, ancianos y familias, especialmente en estos momentos de tanto dolor como consecuencia de la epidemia del coronavirus. Nuestra Cáritas diocesana y nuestras Caritas parroquiales están desbordadas, habiéndose triplicado en las últimas semanas el número de las familias que demandan ayuda para subsistir. Una forma sencilla de ayudarles es a través de la declaración de la Renta".