Sevilla

Un detenido niega que robara en 26 coches y alega que sólo cogió un carné del Sevilla

  • El juez deja al sospechoso en libertad con cargos y con la obligación de comparecer cada quince días en los juzgados

Uno de los coches fracturados presuntamente por el sospechoso.

Uno de los coches fracturados presuntamente por el sospechoso. / Víctor Rodríguez

El joven de 26 años detenido la madrugada del sábado por robar presuntamente en 26 vehículos aparcados en San Bernardo negó ayer ante el juez que cometiera estos delitos. En su declaración, alegó que volvía de fiesta de Viapol y vio que había varios coches con los cristales fracturados. En uno de ellos vio que había un carné del Sevilla, por lo que introdujo la mano y lo cogió. El juez de Instrucción número 4 de Sevilla dejó al sospechoso en libertad con cargos, con la obligación de comparecer en los juzgados los días 5 y 19 de cada mes. El detenido ha estado asistido por el abogado Rafael Ramírez García del Junco.

El joven es un vecino de la zona cuya identidad responde a las iniciales R. M. F. No tiene antecedentes policiales. La Policía Nacional lo detuvo sobre las cinco y cuarto de la mañana del sábado, después de que unos testigos avisaran al 091 porque habían visto a un hombre robar en varios coches aparcados. Varias patrullas del Grupo Operativo de Apoyo (GOA) de la Policía Nacional acudieron al aviso y montaron un dispositivo de cierre de la zona. Así localizaron al sospechoso, que llevaba consigo varios objetos que no le pertenecían. El propio joven manifestó a los agentes que era lo único que había cogido de los coches que había fracturado.

Entre los objetos que se le incautaron hay no uno, sino dos carnés del Sevilla, un par de guantes de color gris, una navaja multiusos, un monedero de piel de color negro que contenía una medalla religiosa de La Borriquita, dos tarjetas de las gasolineras BP y otra de Shell. La descripción aportada por los testigos a la Policía Nacional coincidía con el sospechoso, que además estaba lleno de barro y tenía las manos ensangrentadas, por los cortes que había sufrido al presuntamente fracturar las lunas de los coches.

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