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Día Mundial sin Tabaco

"No podemos transmitir el mensaje de que vapear es mejor que fumar"

El jefe del servicio de Neumología y responsable de la Unidad de Tabaquismo del Hospital Virgen Macarena, Agustín Valido.

El jefe del servicio de Neumología y responsable de la Unidad de Tabaquismo del Hospital Virgen Macarena, Agustín Valido. / M. G.

En los últimos tiempos, el sector del vapeo ha sufrido una gran revolución con la aparición de un nuevo producto que cada vez está ganando más adeptos, sobre todo, entre los adolescentes y jóvenes. También entre los viejos fumadores que ansiaban dejar de fumar. El controvertido lema de ser más sanos que el tabaco tradicional los catapultó a la fama como una alternativa mucho más saludable, innovadora y hasta más apetecible al paladar por la posibilidad de añadirle sabores. Pero nada más lejos de la realidad.

El doctor Agustín Valido, neumólogo y responsable de la Unidad de Tabaquismo del Hospital Virgen Macarena, es claro: "Son productos que no son inocuos", comienza alertando el jefe de servicio de Neumología del centro sevillano. "De ninguna manera podemos transmitir el mensaje de vapear es mejor que fumar. Utiliza un término, como es el vaper, que es confuso porque puede dar a entender que se está inhalando vapor y no es así. Tiene agentes tóxicos y ya han demostrado que presentan distintas enfermedades", explica y añade contundente: "Es más, no sabemos qué va a ocurrir con esa incorporación de tóxicos en los organismos a largo plazo".

Estos dispositivos consisten en un pequeño depósito o cartucho que contiene un líquido con o sin nicotina, propilenglicol, glicerina, saborizantes y otros compuestos químicos que, mediante un sistema electrónico de batería -que suele ser recargable- y un atomizador, vaporiza la mezcla. Su consumo simula al de los cigarrillos tradicionales, ya que se utiliza inhalando el aerosol producido y emitiendo parte de este aerosol al ambiente. 

En el Día Mundial Sin Tabaco, los expertos alertan de que el vapeo se ha convertido en una práctica que supone la puerta de entrada a nuevos fumadores a este hábito, que cada vez gana adeptos a edades más tempranas. "La edad de inicio está habitualmente fijada entre los 13 y 14 años", afirma el doctor Valido, quien argumenta que es una edad en la que "difícilmente se ven los riesgos que tiene". "De eso se valen las tabacaleras y las estructuras de marketing para captar y hacer adictos a estas edades, que saben que van a tener 20 ó 30 años de consumo antes de aparecer los problemas", apostilla.

Enfermedad y tabaco

El tabaco sigue siendo uno de los hábitos frecuentes cuyas consecuencias se ignoran. En esta línea, el neumólogo explica que "hay infinidad de enfermedades ligadas al tabaco". "Muchas de ellas prácticamente serían anecdóticas si el tabaco no existiera", apostilla. Agustín Valido habla así de la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica). "En nuestro medio no tendría que haber casos si no fuera por el tabaco", insiste. Pero hay más. Además del cáncer, que es la principal patología asociada al consumo de tabaco, están también las enfermedades cardiovasculares. "No piensen sólo en el cáncer de pulmón, aunque el 85% de este tipo de cáncer se debe, en exclusividad, al consumo de tabaco. También está el cáncer de vejiga y caso el 30% de los cánceres que tenemos, igualmente, están asociados al tabaco", afirma.

El neumólogo indica que estas enfermedades afectan en similares proporciones a los fumadores pasivos, es decir, aquellos que, a pesar de no fumar, está rodeado de personas que sí lo hacen y está expuesto a más sustancias tóxicas que el propio fumador en la acción de fumar. "El tabaquismo pasivo está claramente documentado de forma científica y está claro que la exposición al humo de forma pasiva genera igualmente las mismas enfermedades", añade. 

800 nuevos pacientes al año

Con todo, la Unidad de Tabaquismo del Hospital Virgen Macarena recibe cada año una media de 800 nuevos pacientes que quieren curarse de esta adicción que, en palabras del doctor Valido, "se trata de una enfermedad". Sobre el volumen de personas en las que logran efectividad las terapias aplicadas, destaca que "cerca del 50%" abandona el hábito tabáquico a los seis meses, que es cuando se considera a los pacientes exfumadores. "Es un buen porcentaje de éxito, pero no deja de ser la mitad de los que nos llegan con ese propósito", destaca.

Una paciente en una de las consultas del centro. Una paciente en una de las consultas del centro.

Una paciente en una de las consultas del centro. / M. G.

En la consulta de la que el doctor Valido es responsable, el primer paso es hacer un perfil clínico del paciente, a fin de hacer un plan de deshabituación tabáquica personalizado. Para ello, utilizan terapias cognitivo-conductual con un seguimiento muy estrecho cada quince días durante los primeros tres meses y, a continuación, se hacen revisiones a los seis meses y al año. También en la primera fase se decide si el paciente se puede beneficiar de algún tratamiento para cubrir la dependencia física. "Principalmente tenemos dos opciones, la terapia sustitutivas con nicotina, que estaría en los parches o los chicles, que son entre 8 y 12 semanas de tratamiento; y, otros de los fármacos que tenemos financiados que es la citisina, que tiene una duración de 25 días, que es bastante eficaz para poder controlar bien la dependencia física ocasionada por el déficit de nicotina", explica.

El neumólogo apuesta por las terapias de retirada del hábito tabáquico progresivo, pero indica que lo deja en manos del paciente. "Si nos llega diciendo que desde ya no va a volver a fumar, se llega a un acuerdo con ellos. La mejor manera es la que decide el paciente. Lo habitual, es que sea de forma progresiva", concreta.

La dependencia psicosocial y gestual

El especialista apunta que, más allá de la dependencia física que provoca la nicotina, con un síndrome de abstinencia asociado y que genera "inquietud, desasosiego, malestar, irritabilidad, tristeza, taquicardia, sudoración o trastorno del sueño", en palabras de Agustín Valido.

El tabaco también tiene un punto de intromisión en la propia vida del fumador, generando una dependencia psicosocial. "Es cómo se relaciona el paciente con la vida en general y lo que le pasa y, además, fuma", explica. Pero hay más. El tabaco también crea una "dependencia gestual", apostilla el especialista. "Significa que, de forma automática, tiene determinadas acciones que claramente asocia al tabaco", aclara. "De ahí la complejidad de poder dejar de fumar", apostilla.

Con todo, el responsable de la Unidad de Tabaquismo del Macarena aprovecha la efemérides para dirigirse, por un lado a los jóvenes. "Que conozcan bien donde se meten si se inician en la práctica porque se trata de una enfermedad adictiva. El mensaje sería que no se dejen atrapar", destaca. Por su parte, a los ya fumadores, les invita a dejarlo, recordando las herramientas de las que dispone el personal sanitario para ello.

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