De las Encíclicas a los best-seller
Eternidad. Mañana se cumple una semana del nombramiento del nuevo Papa León XIV y no queda ni un solo libro sobre el Papa Francisco que hace unos días copaban todo el escaparate de una céntrica librería
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El muerto al hoyo y el vivo al bollo. Nadie se escapa a esta sentencia popular que es ley inexorable. Ni el mismísimo Papa Francisco. No ha hecho ni una semana desde que los 135 cardenales eligieran nuevo pontífice a Robert Francis Prevost (León XIV) y ya no queda ni un libro de o sobre el Papa Francisco en el escaparate de la librería San Pablo de la calle Sierpes. Hasta hace unos días, Jorge Mario Bergoglio, el primer papa americano, el primero jesuita, acaparaba de forma casi monográfica ese mirador de portadas junto al Círculo Mercantil de la calle más turística de la ciudad.
No está su autobiografía, ‘Esperanza’, que escribió con el autor uruguayo Carlo Musso; no están sus encíclicas, los ensayos sobre su pontificado; ni siquiera aparece la nivola, por usar una expresión de Unamuno, de Javier Cercas, que lo acompañó en su viaje a Mongolia y lo noveló en su último libro, ‘El loco de Dios en el fin del mundo’. Y eso que el propio Musso, en una nota al final del libro, dice que la voluntad del Papa Francisco era que su Autobiografía, “las primeras Memorias de un Papa en la historia”, se lee en la portada del libro editado por Plaza & Janés, se publicara tras su muerte. “Pero el nuevo Jubileo de la Esperanza y las necesidades que imponen estos tiempos lo han persuadido a difundir ahora su valioso legado”.
Si se llega a cumplir esa voluntad póstuma, el libro habría pasado desapercibido. Unas Memorias en las que cuenta curiosidades como que de adolescente fue vecino de Alfredo DiStéfano, que era diez años mayor que él, o que pudo contar con la colaboración de Borges para el prólogo de un libro porque la secretaria del escritor argentino había sido la profesora de Piano de Bergoglio. Un libro en el que junto a las fuentes bibliográficas y musicales, con predominio del tango y la ópera, hay tres películas de los años cincuenta: ‘Don Camilo’, de Julien Duvivier, basada en la novela de Giovanni Guareschi; ‘Pan, amor y fantasía’, de Luigi Comencini, cineasta que estuvo en la primera edición del festival de cine de Sevilla; y ‘La Strada’, de Federico Fellini.
Tampoco hay libros del nuevo Papa en el escaparate de la librería San Pablo. Las principales editoriales estarán buscando fuentes biográficas del nuevo pontífice, un hombre que en su vida misma es un homenaje al ecumenismo: nacido en Chicago, misionero y obispo en el Perú, buen conocedor de España por sus ascendientes familiares y su condición de superior de los agustinos. Bob en Estados Unidos, Roberto en el Perú, León XIV cuando firme la primera de sus encíclicas.
¿Quién ha sucedido al Papa Francisco en el escaparate de la librería paulina de la calle Sierpes? Juan José Millás, con su nuevo libro, ‘Ese imbécil va a escribir una novela’, es el único varón en un mosaico de best-seller firmados por mujeres. La Iglesia no se decide todavía a darle el justo protagonismo, pero en las editoriales lo tienen clarísimo.
Donde hace unos días estaba el rostro sonriente y pacificador de Bergoglio en diferentes libros, figuran novelas recién salidas del horno. El último premio Planeta de Paloma Sánchez Garnica, ‘Victoria’, que tiene el mismo nombre de la única nave que completó la primera Vuelta al Mundo y de la cerveza malagueña que en 2028 será centenaria (este año es el siglo de la granadina cerveza Alhambra). Está María Dueñas con su última novela, ‘Por si un día volvemos’. Los primeros días del nuevo pontífice le han cogido a la escritora de Puertollano en Oviedo, formando parte del jurado del premio Princesa de Asturias de las Letras. La semana que ha ascendido el Vetusta de Oviedo, equipo de la Tercera División asturiana que tiene el nombre de la novela de Clarín. El nombre del nuevo Papa, León XIV, coincide con el inminente ascenso a Segunda División de la Cultural Leonesa.
Hay dos novelas de la malagueña Inma Aguilera, ‘La Dama de la Cartuja’ y ‘La pintora de la luz’. Julia Navarro, que fue cronista en las primera Cortes de la democracia, vuelve a las librerías con ‘El niño que perdió la guerra’. Rosario Raro, valenciana de Segorbe (Castellón) ganó el Azorín de novela con ‘La novia de la paz’. Victorias y derrotas en una decidida apuesta por la literatura nacional. Hay sendos libros de una colección histórica, Los Romanos y Los Vikingos.
En esta galería de escritoras y Millás sólo aparece otro nombre masculino. El único resquicio de presencia pontificia. La obra ‘Cónclave’ de Robert Harris, que es coproductor de la película homónima, un disparate absurdo dirigido por el alemán Edward Berger y protagonizada por Ralph Fiennes. Harris es británico de Nottingham y está casado con la escritora Gill Hornby, hermana de Nick Hornby, autor de ‘Fiebre en las gradas’, el diario de un hincha del Arsenal londinense, el equipo que eliminó al Madrid en los cuartos de final de la Copa de Europa. Dos cuñados, uno escribiendo de los Papas, el otro de fútbol en el país que lo inventó.
No hay libros de Bergoglio ni tampoco de Vargas Llosa. Dos hijos del 36 que murieron este año con una semana de diferencia. La catedral que más ha visitado el Papa nacido en Chicago es la peruana de Chiclayo. Sólo le falta Chiclana, la patria de Rancapino y Fernando Quiñones, para completar ese viaje de topónimos tan similares. Es el segundo Papa americano de la historia, segundo consecutivo. Robert Harris Prevost ha hecho como Ambrose Bierce. Los dos cruzaron la frontera de Estados Unidos. Bierce, nacido en Ohio, ejerció el periodismo, se casó con una india chiricaua y se fue a México. Su vida la contó Carlos Fuentes en su novela ‘Gringo Viejo’ y la encarnó en el cine Gregory Peck. Es autor de un ‘Diccionario del Diablo’. La labor de un Papa es dedicarse a escribir el Diccionario de Dios, que es Verbo y Palabra.
El propio Carlos Fuentes propagó un dicho: los mexicanos descienden de los aztecas, los peruanos de los incas y los argentinos de los barcos. León XIV ha conocido en años de misión la selva. Allí conoció el asesinato de dos jóvenes sacerdotes franciscanos polacos y un diocesano italiano a cargo de Sendero Luminoso, como recuerda Ángel García Rodríguez, un trinitario manchego que estuvo en la Pastoral Penitenciaria de Sevilla y ahora es misionero en el Perú, donde conoció la diócesis de Chiclayo de la que León XIV fue obispo. En el caso de Bergoglio, los argentinos descienden literalmente de los barcos. Sus abuelos paternos, piamonteses, y Mario, su padre, salvaron la vida porque al no poder vender sus bienes tuvieron que devolver los pasajes del ‘Principessa Mafalda’, un buque que hacía la travesía Génova-Buenos Aires, que zarpó el 11 de octubre de 1927 y naufragó frente a las costas de Brasil con el saldo de más de medio millar de fallecidos. La familia del futuro Papa pudo embarcar finalmente en el ‘Giulio Cesare’ el 1 de febrero de 1929. Nunca regresaron a Italia. Su nieto sí. Para no volver jamás a Buenos Aires cuando fue elegido Papa el 13 de marzo de 2013. Es una de las historias que viene en el libro ‘Esperanza’ que ya no está en el escaparate de la librería San Pablo. No somos nadie, que diría un castizo. Nada hay eterno, al menos en la tierra.
Nuevos tiempos. Se buscan Memorias del nuevo Papa. El americano del norte que se hizo sudamericano. El último conquistador del Perú. O mejor, el último conquistado. En todas las librerías está el último libro de Eric Vuillard, ‘Conquistadores’, historia de la conquista de Perú por Francisco Pizarro, extremeño de Medellín.
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