"Good coffee" junto a la capillita de San José

El edificio que acogía la Casa de Soria en Sevilla se ha convertido en un nuevo establecimiento hotelero

Ya no sirven calentitos en la Casa de Soria.
Ya no sirven calentitos en la Casa de Soria. / M. G.

Donde antes existía un cartel anunciando que había calentintos ahora hay un reclamo para extranjeros al aroma del "good coffee". Aquí nadie se esconde y el mensaje está muy claro. La Casa de Soria, el clásico mesón castellano de la calle Jovellanos, junto a la bellísima Capillita de San José, ya es historia. Al menos en este rincón junto a la calle Sierpes. La ciudad ha perdido uno de sus locales más emblemáticos para disfrutar de unos churros con chocolate exquisitos y de toda clase de viandas castellanas. El edificio ha sido rehabilitado para albergar un nuevo hotel.

Es una buena muestra de cómo el centro de la ciudad, cada vez más ocupado por franquicias y tiendas sin personalidad, va perdiendo su idiosincrasia y su carácter. Despídanse de los calentitos que llegan los boles de açai. Es la ley de la oferta y la demanda. Y en estos tiempos manda el extranjero. Lamento de una ciudad en la que se debería haber buscado un equilibrio porque ya se han perdido demasiadas cosas.

La ya desaparecida Casa de Soria en la calle Jovellanos.
La ya desaparecida Casa de Soria en la calle Jovellanos. / José Ángel García

Las obras, que se iniciaron en noviembre de 2020, han supuesto, además, un auténtico quebranto para los vecinos de la zona, los pocos que resisten. Ha generado importantes molestias y ha perturbado la paz y la tranquilidad reinantes en la Capillita de San José, Monumento Nacional desde 1912 y joya del barroco sevillano, que por suerte cerró sus puertas para la rehabilitación de las pinturas murales. Algunos de estos residentes han facilitado fotos de lo que consideran una obra "irrespetuosa" y "avasalladora" con el monumento y un "abuso" del espacio público durante la construcción.

Foto de las obras tomada por un residente.
Foto de las obras tomada por un residente. / M. G.

Una de las principales misiones de la Casa de Soria, próxima a cumplir su medio siglo, era la de estrechar lazos entre la capital de Andalucía y la ciudad castellana. La fiesta de San Saturio, patrón soriano, era una de sus grandes citas. Tras el acto religioso, se invitaba a zurracapote, bebida típica a base de frutas, vino, coñac, canela y otros ingredientes. También acogía innumerables actos culturales y formativos, como la exaltación de la Semana Santa, conferencias de diversa temática, exposiciones o cursos del distrito Casco Antiguo.

La calle Jovellanos ha perdido la Casa de Soria y sus emblemáticos calentitos. Suerte que todavía permanece el puesto de flores y que el reloj vuelve a marcar las horas en Casa Calvillo.

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