Sevilla

Un guardia civil de Sevilla gana en los tribunales la medalla roja que le negaron

  • La Guardia Civil otorgó en un principio la cruz roja al agente que abatió a un atracador, pero no a su compañero, que corrió el mismo riesgo

  • La Audiencia Nacional da la razón al otro agente tras el recurso presentado por los servicios jurídicos de AUGC

  • La intervención fue durante el asalto al chalé de un empresario en Mairena del Aljarafe en 2017

Guardias civiles, en el chalé de Mairena del Aljarafe en el que ocurrieron los hechos.

Guardias civiles, en el chalé de Mairena del Aljarafe en el que ocurrieron los hechos. / Antonio Pizarro

Un guardia civil de Sevilla ha ganado en los tribunales una medalla roja que el instituto armado le había negado en un principio. Se trata de uno de los agentes que intervino en el asalto al chalé de un empresario en Mairena del Aljarafe, el 19 de diciembre de 2017, que terminó con uno de los atracadores abatido a tiros y con varios detenidos más. El agente ha estado representado por los servicios jurídicos de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC).

El instituto armado reconoció con una cruz al mérito de la Guardia Civil con distintivo rojo (una de las más altas distinciones del cuerpo y que conlleva una pensión) el valor de uno de los dos agentes de la primera patrulla que llegó, que fue el que efectuó los dos disparos que abatieron al atracador, que precisamente era un ex guardia civil.

Sin embargo, a su compañero, que no disparó pero expuso igualmente su vida y estuvo en todo momento junto al guardia que hizo los disparos, se le concedió una cruz con distintivo blanco, que no acarrea ninguna remuneración económica. Es más, la misma medalla se le daría a dos capitanes y un brigada que llegarían poco después al lugar de los hechos, cuando ya no existía un peligro tan extremo.

La Audiencia Nacional ha dado ahora la razón a este guardia civil al entender que hizo los mismos méritos que su compañero para obtener la condecoración más alta y pensionada. La Sección Quinta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional revoca así una sentencia anterior del juzgado central número 9 de la misma jurisdicción, que consideraba que se rompía el principio de igualdad en el momento en que un guardia disparaba y el otro no.

El abogado de AUGC, José Luis Ganfornina, alegó que la propuesta de condecoración había sido la misma para ambos guardias civiles, siendo la única diferencia que uno disparó y el otro no. En ambos casos, la Guardia Civil destacaba la gran profesionalidad con la que habían obrado al encontrarse en un chalé asaltado por una banda de atracadores que iban encapuchados y portaban chalecos de la Guardia Civil e insignias del cuerpo.

Los verdaderos agentes desconfiaron y pidieron la identificación a los falsos guardias civiles. En ese momento salió uno de los delincuentes de la casa junto con el dueño de la misma maniatado y con la boca tapada, al tiempo que apuntaba a la patrulla con una pistola. Los dos guardias trataron de calmarlo indicándole que dejara el arma y se marcharan todos del lugar. Ante la actitud agresiva del atracador, finalmente uno de los agentes disparó dos veces, de manera que el delincuente cayó muerto.

Los dos guardias aseguraron después el arma del sospechoso y detuvieron a otros dos asaltantes, mientras que otros lograron huir. La Guardia Civil destacaba en su propuesta que la intervención del guardia que no disparó fue fundamental para "la consecución del éxito logrado, al llegar inmediatamente al lugar de los hechos y mantener intensas conversaciones con la persona que portaba la pistola al tiempo que era apuntado por ésta, poniendo en peligro su vida".

Detención de uno de los atracadores. Detención de uno de los atracadores.

Detención de uno de los atracadores. / Antonio Pizarro

El letrado de AUGC argumentó que la conducta de este agente, al igual que la de su compañero que efectuó los disparos, encaja perfectamente dentro de uno de los supuestos contemplados para poder ingresar en la orden del mérito de la Guardia Civil con una cruz con distintivo rojo. Algo que, según el reglamento que regula estas condecoraciones, logarán quienes "en el transcurso de un servicio de manifiesta importancia que comprenda un ineludible riesgo de perder la vida, ejecuten para su cumplimiento acciones claramente demostrativas de extraordinario valor personal, iniciativa y serenidad ante el peligro".

En la sentencia, la Sala no ve justificado el diferente trato para los dos guardias civiles, por mucho que una resolución anterior del juzgado considerara que el hecho de disparar rompía la igualdad. "Si para ambos se destaca el riesgo de perder la vida, su gran profesionalidad durante el desarrollo y culminación del servicio, su excelente intervención que fue fundamental para la consecución del éxito logrado, la circunstancia de que uno disparara mientras el otro era apuntado con una pistola no justifica que la conducta se encaje en dos artículos distintos", dice la sentencia. 

Además, la Audiencia Nacional añade que el resto de guardias condecorados con distintivo blanco "no intervinieron en el momento inicial, sino posteriormente en el aseguramiento de la vivienda, acordonamiento de la zona, verificación de huellas y vestigios para el esclarecimiento de los hechos y obtención de información relevante". Para ellos sí estarían justificadas las cruces blancas, pero "son circunstancias diferentes" que las que afrontó el guardia que intervino en un primer momento junto al compañero que disparó.

La discriminación en las condecoraciones

Por ello, el tribunal estima el recurso de apelación presentado por el agente y la representación jurídica de AUGC y se reconoce la condecoración con distintivo rojo para este guardia. AUGC lamenta que "el reparto de medallas en la Guardia Civil siga favoreciendo a los de siempre, a la escala de mandos, en perjuicio del resto, principalmente la escala de cabos y guardias, como puede comprobarse nuevamente en este caso".

La asociación recalca que "una misma actuación fue premiada de modo dispar y discriminatorio" y explica que "mientras que un guardia civil que había afrontado una situación de peligro con riesgo para su vida era recompensado con una simple medalla con distintivo blanco, al igual que a sus jefes de forma inmerecida, ya que no estaban en el lugar en el momento de los hechos, a su compañero de patrulla se le dio con distintivo rojo".

Para AUGC, si el agente hubiera sido oficial "probablemente no se hubiera puesto en duda el color de la medalla, ni tampoco hubiera tenido que afrontar un recurso judicial". La entidad criticó también que las propuestas de los jefes sean asumidas por la Dirección General de la Guardia Civil de forma automática, sin realizar ningún tipo de motivación para denegarlas. Los mandos "aprovechan cualquier servicio meritorio de la escala básica para autoadjudicarse medallas en su currículum".

La asociación denunció que "existe una gran opacidad y agravio en el reparto de medallas, que favorece a los de siempre, y que otorga ventajas para ascensos y destinos, en perjuicio del resto". AUGC recordó que en 2018 sólo el 9,25% del empleo de guardia civil ha recibido medalla, frente al 68,67% de los tenientes. En el caso de las pensionadas con distintivo rojo, en la escala de oficiales tienen cruces el 0,89% de sus componentes, mientras que en la de cabos y guardias ese porcentaje baja hasta el 0,06%.

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