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El IES Politécnico, el padre de la FP pública en Sevilla

Educación

Es un referente en ciclos formativos, de ahí la alta demanda de sus estudios, que dejan pequeñas las actuales instalaciones

Es el único instituto público de Los Remedios, cuyos orígenes se remontan a 1850

Así es el museo del IES San Isidoro en Sevilla: "la historia de la educación está aquí"

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El IES Politécnico, el padre de la FP pública en Sevilla / Juan Carlos Vázquez, Diego J. Geniz

El padre de la FP pública en Sevilla. El título no es grandilocuente, sino ajustado a la historia del IES Politécnico, referente en este tipo de enseñanza, para la que recibe una alta demanda. Hasta tal punto llega el interés por estudiar en este instituto que sus instalaciones se han quedado pequeñas, insuficiencia que impide aumentar la oferta académica. Esta trayectoria le ha valido la medalla de la Ciudad de Sevilla entregada el pasado 30 de mayo, Día de San Fernando.

Aunque su fachada está remozada, el interior es propio de la arquitectura de mediados del siglo pasado, cuado se levantó este edificio donde se imparten 14 ciclos formativos y tres cursos de especialización. A estas enseñanzas hay que sumar las de Bachillerato, en tres modalidades: el Científico-Tecnológico, el de Humanidades-Ciencias Sociales y el de Artes. Una oferta académica que aglutina a 1.350 alumnos presenciales (más 300 que aprenden a distancia), cifra que no ha dejado de crecer los últimos años.

En 2021 el número de ciclos formativos se quedaban en 11 y el del alumnado en todo el centro, en 1.100. Crecimiento que recuerda Juan Luis Aguirre, director del Politécnico. A su lado se encuentra Francisco Díaz, un veterano de la enseñanza, ya jubilado, con gran vinculación con este centro, “el único instituto público de Los Remedios”.

En el actual San Isidoro

Díaz recopila la historia del IES, “padre de la FP pública en Sevilla”, al que estaban adscritos los de las órdenes religiosas que ya en los 70 ofrecían dicha enseñanza técnica. El origen del Politécnico se remonta a 1850, cuando se creó la Escuela Industrial de Sevilla, como había ocurrido antes en Barcelona, Madrid y Vergara, los polos de esta actividad en España. Se encontraba en la actual calle Amor de Dios, en el solar que hoy ocupa el IES San Isidoro.

A principios del siglo XX, con los nuevos planes de estudio, la Escuela de Artes y Oficios (su nombre entonces) se integró en la de Bellas Artes, lo que permitió que durante varias décadas el mundo clásico y el contemporáneo se dieran la mano a través de la creación manual y la fabril.

En los años 20, una vez acabada la Primera Guerra Mundial, se puso fin a esta vinculación con los estatutos de la Enseñanza Industrial y de la Formación Profesional. Se crearían las escuelas elementales y las superiores de trabajo. En Sevilla recibió el nombre de Real Colegio Hispalense de Formación Profesional. La sede pasó entonces a la torre norte de la Plaza de España, proyecto estrella de la Exposición Iberoamericana del 29, que se construía entonces.

Juan Luis Aguirre, director del IES Politécnico. / Juan Carlos Vázquez

Otra guerra, en este caso la civil que sufrió España, supuso un nuevo cambio para el centro, que pasó del referido enclave monumental a un incipiente barrio de Los Remedios en 1948. Hasta su sede actual se mudaron la Escuela de Peritos Industriales y la Escuela Elemental de Trabajo, predecesora del IES Politécnico que empezó a recibir tal denominación con la ley de enseñanza de 1970, mediante la cual la FP se integró en el sistema educativo. En 1991 se desdobló con el IES Los Viveros.

La oferta académica

En sus aulas se imparten actualmente cuatro ciclos formativos de grado medio: mantenimiento electromecánico, operaciones de laboratorio, soldadura y calderería, y mecanizado. En grado superior son diez: prevención de riesgos profesionales, construcciones metálicas, proyectos de edificación, eficiencia energética y energía solar térmica, sistemas electrotécnicos y automatizados, mantenimiento de instalaciones térmicas y de fluidos, gestión del agua, laboratorio de análisis y de control de calidad, programa/producción de fabricación mecánica, y mecatrónica industrial.

Por último, se encuentran los cursos de especialización que habilitan a los titulados para ejercer labores muy concretas. En este centro se ofertan los de auditoría energética, digitalización del mantenimiento industrial y modelado BIM.

Una FP que se adapta a la nueva ley estatal, que impulsa el modelo dual, el cual permite al alumno estar desde primer momento en contacto con la empresa, pues buena parte de su formación la desarrolla en los centros de producción más cercanos. “El estudiante adquiere en ellos una serie de habilidades blandas que el instituto no le puede ofrecer”, refiere el director del Politécnico, quien incide en que “hay alumnos que académicamente no funcionan y luego en las empresas logran gran éxito”. “No pasarían una entrevista de trabajo, pero allí demuestran las cualidades necesarias para desempeñar una función”, abunda Aguirre.

La relación empresarial

En los dos últimos cursos 370 empresas han colaborado con este instituto, acuerdos que se traducen en los 622 alumnos que actualmente se forman en sus centros de trabajo. “Algunas empresas escogen a estudiantes de hasta tres ciclos distintos”, señala el máximo responsable del Politécnico, que destaca que con este amplio periodo de prácticas las pymes y compañías realizan “una inversión”. “Conocen al alumnado, forman una cantera y saben en a qué trabajador escoger en un futuro”, abunda Aguirre.

Esta relación entre centro de enseñanza y de producción permite dar una oportunidad laboral a mujeres que nunca han estado en el mercado de trabajo. “Hay alumnas con 50 años y sin experiencia que, a través de los certificados de profesionalidad, se quedan en una empresa por la eficiencia y el buen hacer que demuestran en las prácticas”, añade el director del Politécnico. La presencia de alumnas en este instituto es muy desigual en función de la rama educativa. En las industriales, apenas superan el 5% del estudiantado, mientras que en las de química suponen el 70%. En las de eficiencia energética llegan ya al 35%. Este desequilibrio también se registraba hasta hace no mucho en el profesorado, donde las docentes representaban el 35% de la plantilla, porcentaje que en la actualidad ha cambiado.

Entre los objetivos de este centro público se encuentra poder impartir un grado medio de instalaciones eléctricas, uno superior de automatización y duplicar el número de plazas en mecatrónica industrial, con un turno por la tarde que se añada al actual de la mañana.

Las instalaciones se quedan pequeñas

La necesidad más urgente que presenta el instituto es la falta de espacio, que impide atender la demanda de estudiantes. Cada curso se quedan fuera más de mil solicitudes de escolarización en ciclos formativos, habida cuenta del prestigio del que gozan.

Para lograr tal fin, hace varios años la dirección del centro planteó a la Consejería de Educación, el Ayuntamiento hispalense y la Universidad de Sevilla (US) que parte de los suelos de la Escuela Superior Politécnica fueran usados por el instituto cuando el centro universitario se trasladara a su nueva sede en la Cartuja. Dicho terreno está catalogado en el PGOU con uso distinto al educativo y entra en el plan de activos de la US para costear la reforma y ampliación de otras facultades.

Plano del edificio donde se encuentran el IES Politécnico y la Escuela Superior Politécnica. / Redacción Sevilla

Respecto al Bachillerato, el porcentaje de titulación de sus alumnos ha pasado los últimos cursos del 70% al 90%, con una nota media en la Selectividad por encima de la general. Francisco Díaz destaca el hecho de que tales enseñanzas las estudia un alumnado “muy diverso”, pues acuden a sus aulas vecinos de Los Remedios y de otros barrios de la ciudad. Prueba del interés por estos estudios es que la demanda para matricularse en el Bachillerato de Ciencias se ha duplicado.

Puentes entre la FP y el Bachillerato

El hecho de que sea un instituto especializado en enseñanzas posobligatorias también obliga a tender “puentes” entre la FP y el Bachillerato, línea por la que abogan las administraciones públicas actualmente. “Intentamos que los estudiantes de Bachillerato consideren la FP como una vía alternativa, no secundaria, y también como complemento a su formación académica”, insiste Aguirre.

“Cada vez hay más alumnos que prefieren pasar por un ciclo formativo antes de estudiar una carrera universitaria”, explica el director del Politécnico, quien señala que esa relación también se produce a la inversa. De hecho, el 10% de los alumnos de los grados superiores de FP se matriculan luego en la universidad, “con un éxito del 100%”. “Se trata de jóvenes que han estado o están trabajando en empresas y sienten interés o necesidad de ampliar sus estudios en la enseñanza universitaria, cuando cuentan ya con experiencia laboral”, añade Francisco Díaz. ’

La realidad e inquietudes de un instituto considerado el padre de la FP pública en Sevilla, enseñanza que vive su edad de oro y en cuyos éxitos se mira ahora la universidad. Un referente educativo.

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