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La prevención del suicidio: un drama que abraza la vida

  • Seleccionada por el Banco de Proyectos del ICAS, el proyecto teatral 'Columpios descalzos' verá la luz con su estreno el próximo noviembre en la Fábrica de Artillería

Último ensayo de 'Columpios descalzos' en las Naves de Calatrava.

Último ensayo de 'Columpios descalzos' en las Naves de Calatrava. / Juan Carlos Vázquez

Se podrían publicar mil y un datos alarmistas sobre el suicidio (en España más de 3.900 personas se suicidaron en 2021) y sobre sus víctimas (muchos de ellos jóvenes) pero reflejar la crudeza de este problema no tiene ni debe pasar por el morbo de las cifras. Bajo este prisma, el de reflejar una "panorámica más justa y consciente del suicidio" de quienes han tenido tentativas y sus familiares, surge Columpios descalzos, una obra de teatro, seleccionada por el Banco de Proyectos del ICAS, que se estrenará el próximo mes de noviembre en la Fábrica de Artillería.

Fruto de la colaboración del grupo de teatro con asociaciones (DSAS, APSU, Alhelí, Liana y Paso a Paso), psiquiatras, policía y otras fuentes de documentación e investigación, nace esta pieza dramática que, lejos de guardar un mensaje desolador, mira a la esperanza, a un día donde se acabe con el estigma o el tabú que supone el suicidio y dé alas para atajarlo.

"La idea surgió cuando, después de la pandemia, comenzó a hacerse público el aumento de suicidios en jóvenes. Así que empecé a documentarme sobre este problema y decidí escribir la obra tras sumergirme en él. No era la primera vez que escribía una pieza teatral sobre la salud mental, pero sí sobre esta cuestión en concreto", explica Verónica Jiménez, codirectora y dramaturga de la obra.

Seleccionada por el ICAS para su representación, el equipo ha estado ensayando en las Naves de Calatrava durante un mes. Allí, los tres actores que salen a escena interpretan múltiples personajes que representan en tres partes las distintas causas que pueden desembocar en el suicidio o en tentativa: biológica, personal y social. "Así, por ejemplo, María representa a las mujeres más jóvenes que padecen esta situación; Ana se mete en el papel de una mujer si rostro, una árabe o un médico, y Jesús se encarga de los personajes masculinos así como del papel del periodista, que va aportando datos a lo largo de la obra y ejerce de hilo conductor", detalla Jiménez.

Verónica Jiménez y Carmen Calleja, directoras de la obra. Verónica Jiménez y Carmen Calleja, directoras de la obra.

Verónica Jiménez y Carmen Calleja, directoras de la obra. / Juan Carlos Vázquez

Visibilizar el problema con el fin de prevenirlo es el principal objetivo de una obra teatral llena de metáforas y simbolismos que, sin embargo, es clara en su mensaje. Asociaciones como Alma y Vida, organización de madres y padres en duelo por la pérdida de un hijo, y dos psiquiatras que asistieron al último ensayo de la pieza así lo certificaron en un debate posterior. Tras la representación, los psiquiatras de la Facultad de Medicina quedaron satisfechos con un trabajo que saca a la calle lo que diariamente experimentan en sus consultas. "Es una invitación a la escucha o a que contemos lo que nos pasa y a abandonar ese lastre de no saber escuchar ni escucharnos. Con eso bastaría para darnos cuenta de quién necesita ayuda o para pedirla", añade Carmen Calleja, codirectora de Columpios descalzos.

Una obra para la prevención del suicidio

Un momento del ensayo de 'Columpios descalzos'. Un momento del ensayo de 'Columpios descalzos'.

Un momento del ensayo de 'Columpios descalzos'. / Juan Carlos Vázquez

En esta labor de investigación teatral, el título de la obra también se decidió en función de las experiencias de los afectados: "Cuando hablamos con las asociaciones muchas referencias que nos hacían en torno al suicidio se explicaban con imágenes como la del columpio. La vida es como un columpio donde permanecer o saltar. El término descalzos es una metáfora de cómo nos presentamos desnudos ante esta realidad", concreta la dramaturga Verónica Jiménez.

Presentar al público la realidad en torno al suicido, concediendo la palabra a todas sus víctimas (fallecidos, personas con tentativas, supervivientes, familiares, conocidos y allegados) no ha sido una tarea fácil. Para introducir al público en esta escena, el grupo teatral también preparará a la entrada de la sala una exposición donde se ubicará "un mapa conceptual con terminología referente al suicidio y a la esperanza, con relatos y noticias relacionadas con el tema como el Aokigahara, el bosque de los suicidios de Japón, sobre Suiza, paraíso para el suicidio, o sobre el porqué al Golden Gate le llaman el puente rojo", datos que adentrarán al público sin intención de caer en el morbo, asegura Carmen Calleja, que destaca: "En ningún momento, dentro de la propuesta escénica, se aprecia un suicidio. Sobre el escenario, tenemos un plástico de 80 metros cuadrados, en una parte se proyecta y la otra se emplea como representación del abismo... Es todo muy poético y se buscan las ganas de vivir".

Por el momento, habrá que esperar hasta noviembre para ver el estreno de Columpios descalzos en Sevilla, una obra que sus codirectoras pretenden que gire por más escenarios del país con el único fin de sacar a la luz un problema aún oculto.

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