Procesión del Corpus de Sevilla 2019

Nuevas caras para un viejo cortejo

  • La corporación municipal se estrena en una procesión en la que resulta complicado conocer a qué partido pertenecen los concejales que salen por primera vez

Juan Espadas, en el centro, flanqueado por Sonia Gaya y Beltrán Pérez. Los preceden Álvaro Pimentel y Cristina Peláez.

Juan Espadas, en el centro, flanqueado por Sonia Gaya y Beltrán Pérez. Los preceden Álvaro Pimentel y Cristina Peláez. / José Ángel García

No han dado aún las doce de la mañana. En la calle San Isidoro se escucha el ruido de una rotaflex. De la ventana de un piso sale una polvareda blanca. En ese momento pasa por Francos el final del largo cortejo del Corpus. El tramo correspondiente a la corporación municipal, a la que no precede el arzobispo de Sevilla, monseñor Asenjo, quien, por precaución tras su última convalecencia médica, se ha retirado antes de que la procesión salga a la calle.E

El sonido del artilugio se confunde con el de la banda militar que acompaña al Santísimo. “Esto ya ni es un piquete”, critica un espectador de chaqueta beige desestructurada. Algunos concejales y responsables municipales alzan la vista para saber de dónde procede el molesto ruido. Un sonido ajeno a esta mañana de motetes y cantos eucarísticos. En la esquina con Villegas una mujer acaba de aplaudir efusivamente al alcalde. Juan Espadas se vuelve discretamente. En un gesto de agradecimiento que no rompe las formas que establece la ortodoxia protocolaria para estos actos. 

Al regidor socialista le han servido cuatro años de bastón y mando para saber mantener la compostura perfecta. La de los saludos discretos. Mesurados. De confianza justa. Sin caer en abrazos ni besos buscados (tan habituales en los mítines políticos). Podría decirse que lleva toda la vida desfilando en este tipo de procesiones. Que se ha convertido en un profesional del chaqué y de la Sevilla que se sabe congraciada con una simple mueca de complicidad. 

La compañía del Ejército desfila delante de la Custodia. La compañía del Ejército desfila delante de la Custodia.

La compañía del Ejército desfila delante de la Custodia. / Juan Carlos Vázquez

El cortejo avanza por el tramo más estrecho de Francos. Donde el público roza a las autoridades municipales. Es buen momento para fijar la vista, empeñada este año en reconocer los rostros de los nuevos concejales. Resulta casi imposible saber a qué partido pertenece cada uno. Sólo se conoce a quienes repiten. Los que llevan varias primaveras pisando la juncia y el romero que a esta hora están secos. Especies aromáticas por las que han pasado los 4.000 participantes de una procesión que cuenta esta edición con el beneplácito de la temperatura

La nueva corporación municipal ha tenido suerte en su primer acto religioso. Junio no ha sacado aún su colmillo. El que otros años ha hecho aparecer el sudor en la frente y batir el abanico. El mes eucarístico por excelencia está siendo tan benévolo que a la hora del ángelus no se marcan ni los 30 grados. Una grata indulgencia para quienes lucen por primera vez el chaqué tras los maceros. 

Parte de la corporación municipal que desfiló ayer tras el Santísimo. Parte de la corporación municipal que desfiló ayer tras el Santísimo.

Parte de la corporación municipal que desfiló ayer tras el Santísimo. / José Ángel García

Varios espectadores, tras casi tres horas de espera, agotan los últimos minutos contando concejales. En total, son 17. Hay que bucear en internet para saber la mayoría de los nombres. Seis vienen del PSOE: Juan Espadas, Sonia Gaya, Fran Páez, Juan Antonio Barrionuevo, Marisa Gómez y Juan Carlos Cabrera. Del PP, cinco: Beltrán Pérez (quien recibe constantes mensajes de ánimo todo el camino), Juan de la Rosa, Rafael Belmonte (uno de los ediles que mejor luce el chaqué), Ana Jáuregui y José Luis Gómez Palacios. Ciudadanos acude con todo su equipo completo (Álvaro Pimentel, Miguel Ángel Ausmesquet, Amelia Velázquez y Lorenzo David López) y Vox hace lo propio con sus dos concejales (Cristina Peláez y Gonzalo García). A Adelante Sevilla, como es tradición en esta jornada sacramental, ni está ni se le espera. 

La Custodia pasa por una abarrotada Plaza del Salvador. La Custodia pasa por una abarrotada Plaza del Salvador.

La Custodia pasa por una abarrotada Plaza del Salvador. / José Ángel García

El cortejo toma ya por la Cuesta del Bacalao. Quienes han acabado su representación en el Corpus disfrutan ya de la cerveza. Algún que otro asesor municipal aprovecha para marcharse discretamente a casa. Le aguardan arduas tareas domésticas. No hay día de precepto para plancha y la lavadora.

Llegan los últimos metros de una procesión con nuevo cortejo municipal. Caras que en estos años se irán haciendo conocidas. Ediles que estrenan representación en un Corpus tardío. Con indumentaria correcta y medalla esmaltada. Sin calor y con el chaqué sin pegarse al cuerpo. La suerte del principiante.

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