¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Ussía, el último acto del “otro 27”
Un nutrido grupo de alumnos y padres del CEIP Borbolla se concentraron este lunes en la puerta del colegio para protestar por la falta de aire acondicionado y las elevadas temperaturas que se concentran en el interior del centro, que dificultan las sesiones lectivas y afectan al rendimiento educativo y la salud de los niños. Con pancartas alusivas al calor como "No somos huevos, no nos frías", "La letra con calor no entra", "Centenario de la instalación eléctrica" o "Con mucho calor no se puede pensar", y pulverizadores de agua en las manos, pequeños y progenitores alzaron la voz por otro año en el que tienen que soportar temperaturas muy altas en la escuela.
El problema es recurrente cada vez que hace calor, sobre todo porque la administración no es capaz de aportar alguna solución eficaz. El colegio tiene más de cien años. De hecho, el año pasado celebró su centenario y recibió la medalla de Sevilla. Está en un edificio de Juan Talavera Heredia, uno de los referentes del regionalismo andaluz, y considerado Bien de Interés Cultural (BIC). La instalación eléctrica es muy antigua y eso impide que se puedan colocar aires acondicionados en todas las clases. En las de la parte más alta, aseguran los padres, las temperaturas son insoportables.
"Protestamos por el bien de nuestros hijos, nuestro cole tiene cien años y una instalación eléctrica que no soporta nada. Luchamos para que esto sea una prioridad para el Ayuntamiento y la Junta, que nos cambien la instalación para que nuestros hijos no salgan literalmente chorreando de clase", explicó Sara Albelda, madre de dos mellizos de seis años que cursan estudios en el centro. El año pasado se compraron diez pingüinos y el AMPA compró otros dos, pero son insuficientes para todas las clases. "Los niños dicen que sólo les llega el aire a los de primera fila y hay profesores que les han dicho a los niños que lleven pulverizadores para refrescarse".
"Si todos los edificios públicos tienen una climatización en condiciones, ¿por qué el colegio no? ¿los niños son menos que los mayores? Hay que recordar que hay niños que se pasan hasta siete horas en el centro", apuntó esta representante de los padres, que también recordó que en el patio hay poca sombra y que en las aulas se llegan a alcanzar los treinta grados. En el CEIP Borbolla estudian más de 400 niños.
"Este colegio está ubicado en una zona céntrica de la ciudad, que tiene mucho tráfico durante toda la mañana. Está hiperrecalentado. Mi hijo es muy caluroso y está constantemente peleándose porque el ventilador de la clase le dé a él. Hay clases en las que los niños se turnan para estar cerca de los aparatos de aire acondicionado que se compraron", apuntó Zulaica Gutiérrez, madre de un niño de siete años. "No se puede permitir que los niños salgan con tanto calor y hasta con sarpullidos", dijo esta madre, que recordó que hay muchos aparatos de aire acondicionado estropeados y que los padres y el AMPA han tenido que encargarse de comprarlos.
Jorge Peña es un padre de un niño de Segundo de Primaria y que ya fue alumno del centro hace unas décadas. "Siempre hemos tenido estas carencias y las sufrimos tanto en verano como en invierno. En invierno puedes venir un poco más abrigado, pero en verano, cuando hace calor, es insufrible. Los que más los sufren son los niños de las plantas de arriba. No se puede estar en ellas, porque en cualquier trabajo no habría trabajadores en esas condiciones". Este padre destacó que los niños salen muy acalorados del colegio.
Fuentes del AMPA Oriente, que así se llama la asociación de madres y padres de alumnos del CEIP Borbolla, explicaron que los aires acondicionados se están pidiendo desde hace años y que la instalación eléctrica siempre va pedida en el proyecto de Mejora tu barrio (que el año pasado no salió). El año pasado, después de que una rata mordiera a un niño del centro en el interior del mismo, los padres tuvieron una reunión con el distrito. "Nos pidieron perdón por no haber hecho caso al cole y nos dijeron que todo lo iban a decir en el pleno del Ayuntamiento, pero aquello cayó en aguas de borraja", aseguran, pues los responsables del distrito cambiaron.
El AMPA apunta que ha estado en contacto con el distrito y con la delegada de Educación para resolver el problema de la instlaación eléctrica. Incluso el Ayuntamiento pidió un presupuesto para reformarla, pero la obra tenía un coste aproximado de 300.000 euros. En la pasada fiesta de la primavera, los padres volvieron a pedir a la delegada de Educación, Blanca Gastalver, tanto la nueva instalación eléctrica como el uso de la nave colindante al colegio, donde podría instalarse un comedor propio.
Igualmente, los padres del colegio han solicitado al Consistorio la cesión de los toldos de la Expo 92, para colocarlos en los laterañes del edificio central. Sin embargo, los pasillos miden 6,30 metros y los toldos tienen una longitud de ocho metros. "No sirven, pero nos dijeron que iban a buscar una solución. No entramos todavía entre los treinta colegios en los que se van a colocar los toldos, tenemos que esperar nuestra partida. Esperemos que llegue pronto", apuntaron las mismas fuentes. En el mes de octubre, la dirección del centro pidió la bioclimatización del mismo. Hubo un técnico haciendo mediciones, pero siete meses después no ha habido más noticias de este asunto.
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