El (próximo) renacer de la Venta de los Gatos

La Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla está próxima a finalizar el estudio sobre la traza histórica del edificio para la elaboración de una propuesta de rehabilitación

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La Venta de los Gatos.
La Venta de los Gatos. / Juan Carlos Vázquez

Sevilla está cerca de recuperar la popular Venta de los Gatos. El icónico ventorrillo inmortalizado por Gustavo Adolfo Bécquer en su obra lleva décadas sumido en un gran estado de degradación al que se pondrá fin. Tras la compra el inmueble por parte del Ayuntamiento en febrero de 2024, la Gerencia de Urbanismo está a punto de finalizar el estudio sobre la traza histórica del edificio para avanzar en la elaboración de una propuesta de rehabilitación. El edificio se convertirá en un espacio que evoque la figura y la obra del genial poeta y periodista sevillano.

Tras hacerse con la propiedad del edificio situado en la zona norte de la Macarena, en el espacio conocido como Macarena Tres Huertas, lo primero que se ha realizado es un estudio para la recuperación de sus trazas históricas. Para ello se ha llevado a cabo un levantamiento planimétrico de la construcción existente y un levantamiento topográfico de la zona contigua.

La Venta de los Gatos se corresponde con una arquitectura vernácula de la que no existe información documental en archivos municipales, dadas sus características de construcción popular o autoconstrucción, no obstante, con los datos de campo que se han obtenido, las visitas realizadas al inmueble, y alguna fotografía antigua, se han podido identificar los escasos restos que pueden asociarse a la primitiva construcción.

La Venta de los Gatos, en el distrito Macarena.
La Venta de los Gatos, en el distrito Macarena. / Juan Carlos Vázquez

La Gerencia de Urbanismo trabaja en la redacción de un anteproyecto que pretende recuperar y dar valor a estos restos originales de la antigua Venta de los Gatos. Además, se creará una construcción de apoyo que contextualice y ayude en la interpretación de este bien patrimonial, al tiempo que contribuya a reforzar y potenciar la identificación de esta zona de la ciudad con la figura del poeta nacido en el barrio de San Lorenzo.

La intervención que se platea incluirá el tratamiento del ámbito contiguo a la Venta de los Gatos, generándose un espacio urbano que relacione el espacio de la antigua venta con el busto que en homenaje a Bécquer preside la barriada de las Golondrinas.

Un edificio olvidado entre bloques de pisos

La Venta de los Gatos forma parte de la Sevilla legendaria. Aunque en Sevilla existen diversos lugares relacionados con Bécquer, la Venta de los Gatos es prácticamente el único de ellos que permanece en pie sin haber sufrido una transformación que le haga irreconocible. Este espacio situado en el siglo XIX a las afueras de la ciudad, camino de San Jerónimo, se encuentra en el espacio conocido como Macarena Tres Huertas, rodeado de bloques de pisos. La Venta de los Gatos aparece en la obra de Bécquer los días 28 y 29 de noviembre de 1862 en el periódico El Contemporáneo. “Es un alegato extraordinario sobre la destrucción del patrimonio. Él lamenta cómo ha cambiado la ciudad tras su vuelta de Madrid. Le preocupaba el cambio en la fisonomía de los edificios y en la vida de las personas. Esa defensa que hace de la conservación del patrimonio convierte a la Venta de los Gatos en la representación viva de lo que acontece en el resto de la ciudad”, explicaba Joaquín Egea, historiador y presidente de Adepa a este periódico.

La importancia de la Venta de los Gatos era ya importante siglos atrás. Como demuestra que en el siglo XVIII formara parte de los bienes del convento de Santa Clara. Era un lugar alegre que se encontraba en el camino hacia el monasterio de San Jerónimo. Bécquer trata esa alegría en sus poemas. Pero ese ambiente risueño cambia cuando se inaugura el cementerio de San Fernando el 1 de enero de 1853.

La Venta de los Gatos.
La Venta de los Gatos. / Juan Carlos Vázquez

Pero las referencias de Bécquer a la Venta de los Gatos, además de ser una alegoría de la destrucción de la Sevilla más pintoresca, es una reivindicación del cante flamenco. Cuenta Rogelio Reyes que la presencia de Bécquer en la Alameda, había nacido a apenas unos metros, le habrían influido sin duda para acrecentar su gusto por ese arte popular. Siguiendo la estela de Fernán Caballero sitúa dos coplas en la Venta de los Gatos. Una es una soleá: “Compañerillo del alma, mira qué bonita era: que se parecía a la Virgen de Consolación de Utrera”. Y una seguirilla: “El carrito de los muertos / pasó por aquí, / como llevaba la manita fuera / yo la conocí”.

La Venta de los Gatos era muy conocida en la ciudad. Se cita en textos relacionados con la Guerra de la Independencia. Se describe como una casita blanca con una cubierta de tejas rojizas y otra en la que se combinaban las tejas verdes y negras. La casa ha pasado por muchas manos a lo largo de su historia. Recuerda el periodista y escritor Nicolás Salas que en 1928 había instalada una empresa de mármoles regida por José Suárez. Los hermanos Álvarez Quintero, que promovieron el gran monumento a Bécquer en el Parque de María Luisa cuenta que gracias a una iniciativa popular encabezada por un modesto escritor sevillano, Manuel Díaz, se colocó en la venta una placa en la que se recordaba su gran interés.

Numerosos intentos para recuperarla

El busto que Antonio Illanes realizó en el centenario de la muerte para la Venta de los Gatos.
El busto que Antonio Illanes realizó en el centenario de la muerte para la Venta de los Gatos. / José Ángel García

Son muchos los sevillanos que a lo largo de los años han intentado, de uno u otro modo, salvar esta antigua venta para conservar el espíritu y la leyenda de Bécquer. Uno de ellos fue el excelente escultor umbreteño Antonio Illanes. Él hace el busto que se conserva en las inmediaciones. En aquellos tiempos también se levanta la barriada de los Golondrinas.

Un vistazo a la hemeroteca revela las distintas situaciones que se han vivido desde entonces. En el año 2004, su propietario pide una cédula urbanística para saber cómo está la casa para su conservación. En 2006, desde la delegación de Cultura de la Junta de Andalucía se advierte que el edificio no cuenta con protección alguna. En 2008, otra persona como propietaria eleva una queja ante el Defensor del Pueblo porque no le permiten construir más altura. En 2015, la asociación cultural Con los Bécquer en Sevilla pide que sea declarado BIC para evitar su venta y que sirviera a los vecinos de la zona.

En febrero de 2017, el grupo de Participa Sevilla en el Ayuntamiento lleva al Pleno que se solicitara la declaración como Bien de Interés Cultural a la Junta de Andalucía. Se aprueba por unanimidad. Cultura contesta pasado el tiempo que no ha recibido la solicitud. En el año 2020, el Ayuntamiento reitera la petición sin resultados.

El 18 de enero de 2021, Adepa preguntó qué pasaba tanto a la Junta como el Ayuntamiento. Tampoco hubo respuesta. Adepa también gestionó con el Consistorio la posibilidad de comprar el inmueble.

La compra por casi 300.000 euros

Finalmente, el consejo de Ggobierno de la Gerencia de Urbanismo aprobó el 14 de febrero de 2024 la valoración económica sobre el inmueble a fin de adquirirla por parte del Ayuntamiento con fines sociales. Se adquiere, en concreto, la parcela –de 362,30 m2 de superficie- donde se incluye la edificación que ocupa 116 m2.

La compra del inmueble estaba recogida en el Plan de Enajenaciones de Inversiones del Patrimonio Municipal de Suelo del Ayuntamiento de Sevilla (aprobado en junio de 2020 y reprogramado en marzo de 2023) a través del cual se plantean operaciones de compra y venta de suelo municipal para destinarlo a actuaciones de mejora urbana en zonas desfavorecidas de la ciudad y a proyectos de interés general.

En el caso de la Venta de los Gatos, su adquisición por el consistorio se justificaba para mejorar la dotación de equipamiento para las barriadas El Cerezo, Macarena Tres Huertas y Las Avenidas, al estar prevista la rehabilitación de este inmueble para su posterior destino a centro cívico y cultural, equipamiento, por otra parte, muy demandado y necesario para ese sector de la ciudad. Además, este uso dotacional resulta compatible con la calificación actual del suelo como servicios terciarios en edificación abierta.

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