DERBI En directo, la previa del Betis-Sevilla

Sevilla

Clientes del hotel Los Lebreros: "Oímos unos fuertes golpes en la puerta y eran los bomberos"

  • Los desalojados agradecen el trato recibido por el personal del hotel y los bomberos

  • Dos turistas de México cuentan cómo salieron del establecimiento cuando esperaban para bajar a cenar

  • Incendio en el hotel Los Lebreros

Araceli Chaparro y Rosario Fregoso, cubiertas con mantas, atienden a la periodista Carlota Muñoz, junto a María Rosa.

Araceli Chaparro y Rosario Fregoso, cubiertas con mantas, atienden a la periodista Carlota Muñoz, junto a María Rosa. / Antonio Pizarro

Rosario Fregoso Añorve y Araceli Chaparro son dos turistas mexicanas que llevaban poco más de media hora en el hotel cuando se declaró el incendio. Pertenecen a un grupo de unas 14 personas en el que hay también ciudadanos de otros países iberoamericanos, como Brasil. Han pasado unos días en Madrid y la de este jueves era la primera de sus tres noches en Sevilla.

"Acabábamos de llegar, estábamos consultando en el móvil el itinerario de mañana y esperando para bajar a cenar, cuando oímos unos fuertes golpes en la puerta. No queríamos abrir, pero ya nos dimos cuenta de que eran los bomberos. Nos sacaron de manera muy ordenada y tranquila, con mucho cuidado. En nuestro grupo hay dos personas que llevan bastón y los ayudaron. Todo fue muy bien", cuenta Rosario Fregoso, envuelta en una manta porque, después de la lluvia de la tarde, se ha quedado una noche fresca en Sevilla.

"Nos están tratando muy bien, no podemos tener queja, sólo que ya tenemos un poquitín de hambre porque comimos a las dos de la tarde", explica la mujer, que procede de Ciudad de México y nunca antes había visitado Sevilla.

Dos turistas orientales desalojados. Dos turistas orientales desalojados.

Dos turistas orientales desalojados. / Antonio Pizarro

Los empleados del hotel han repartido mantas entre los clientes, y a los que tenían más frío los han llevado a unos soportales contiguos, donde corría menos aire. Junto a las dos mexicanas hay una pareja de turistas orientales que debían de haber salido del spa, a juzgar por la vestimenta que llevan, él una especie de pijama y ella un albornoz. Ambos iban calzados con las zapatillas de papel de los hoteles.

Entre los clientes y trabajadores, algunos curiosos, como María Rosa, una mujer que reside en unos apartamentos del hotel Ayre, y se acercó a ver qué ocurría y si podía echar una mano. Una de las turistas mexicanas se ofreció a darle su manta, algo que ella declinó. La visitante y la lugareña se fundieron en un abrazo.

Personal del hotel y clientes desalojados. Personal del hotel y clientes desalojados.

Personal del hotel y clientes desalojados. / Antonio Pizarro

Sonsoles, agente de viajes, busca a su grupo de clientes, unos ferreteros que vienen a una feria de ferretería que se celebra en Fibes. Uno de los encargados de la cocina tranquiliza a uno de sus compañeros y se reencuentra con una persona a la que le sirvió el menú de su boda en otro hotel de la ciudad. "Lo importante es que no ha sido nada. Me alegro de verte aunque sea en este momento".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios