El Valme implementa un modelo pionero contra una recurrente infección hospitalaria

La unidad de Enfermedades Infecciosas y Microbiología lidera un estudio nacional que reduce recaídas, reingresos y mortalidad por 'Clostridioides difficile'

El Hospital de Valme estrena quirófanos y UCI para aliviar la presión asistencial en Sevilla Sur

Los principales profesionales implicados en el estudio, en el Hospital de Valme.
Los principales profesionales implicados en el estudio, en el Hospital de Valme. / H. U. V.

La Unidad de Enfermedades Infecciosas y Microbiología del Hospital Universitario de Valme, en colaboración con el Hospital General Universitario Doctor Balmis de Alicante, ha liderado un estudio nacional que pone de manifiesto los beneficios de aplicar un paquete de medidas específicas del Programa de Optimización del Uso de Antimicrobianos (PROA) en el manejo de la infección por Clostridioides difficile (ICD).

La ICD constituye una de las principales causas de diarrea asociada a la atención sanitaria y suele aparecer tras el uso de antibióticos, que alteran la flora intestinal y favorecen la proliferación de esta bacteria. Puede provocar desde cuadros leves hasta colitis graves con riesgo vital y se caracteriza por una elevada tasa de recurrencia, especialmente en personas mayores, inmunodeprimidas o con enfermedades graves. Todo ello supone un importante impacto asistencial, con estancias hospitalarias prolongadas, reingresos frecuentes y aumento de la mortalidad.

El trabajo se enmarca en una investigación multicéntrica en la que participan 15 hospitales españoles y analiza más de 1.400 casos de ICD registrados en los centros de Sevilla y Alicante. Entre las variables estudiadas se incluyeron la recurrencia de la infección, los reingresos por recaída y la mortalidad global a los 30 días. Los resultados confirman que una atención estructurada, coordinada y multidisciplinar reduce de forma significativa las recurrencias, los reingresos hospitalarios y la mortalidad a corto plazo, especialmente en pacientes de mayor riesgo.

El estudio ha estado liderado en Valme por el director de la Unidad de Enfermedades Infecciosas y Microbiología, Nicolás Merchante, junto al infectólogo Miguel Rodríguez, con la participación de la microbióloga Ana Isabel Aller. Asimismo, ha sido clave el seguimiento ambulatorio coordinado por Rocío Herrero, desde un perfil de enfermería específicamente entrenado, y la implicación del equipo PROA Valme.

La investigación se diseñó como un análisis cuasiexperimental antes-después y se desarrolló en tres etapas: un periodo histórico sin intervención específica (2014-2017); una fase de transición con un programa PROA de carácter formativo (2018-2020); y un periodo de intervención (2021-2023) con la implantación de un paquete de medidas PROA específico para la ICD, financiado por el Fondo de Investigación en Salud (FIS).

Entre las medidas adoptadas destacan la actualización de guías clínicas locales, la optimización del diagnóstico con disponibilidad 24 horas, la valoración sistemática por un referente PROA, la optimización del tratamiento desde el primer episodio, la asistencia conjunta durante el ingreso hospitalario y un seguimiento telefónico protocolizado durante seis meses tras el alta.

Los resultados evidencian una disminución significativa de las recurrencias en pacientes inmunodeprimidos, en casos graves o fulminantes y en personas de entre 65 y 79 años, así como una reducción notable de los reingresos hospitalarios y de la mortalidad a 30 días durante el periodo de intervención.

Según Nicolás Merchante, "esta experiencia confirma que la infección por Clostridioides difficile debe formar parte del trabajo diario de los equipos PROA, ya que intervenciones estructuradas como esta se traducen en una mejora sustancial de la seguridad y la calidad asistencial".

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