Los vecinos de Los Pajaritos exigen unos servicios sociales dignos para intentar resolver la conflictividad del barrio

El último episodio de violencia en Los Pajaritos reaviva el debate sobre la seguridad ciudadana en esta parte de Sevilla que, según los vecinos, está poco menos que abandonado por las administraciones. La Plataforma Cívica 3Barrios-Amate, de hecho, ha recordado que lleva años reivindicando la presencia de “unos servicios sociales eficientes como recurso imprescindible para el bienestar social” y ha exigido a todas las administraciones “que de inmediato pongan fin a esta injusta situación, ya crónica” para poner fin a “esta escandalosa negligencia que es un atropello a la dignidad y derechos de los habitantes de Tres Barrios-Amate”. La solución, a su juicio, pasa por dotar al Centro de Servicios Sociales de “personal necesario con la estabilidad laboral adecuada para su funcionamiento permanente y continuada atención a las imperiosas necesidades de los vecinos y vecinas”.

“El Diagnóstico Comunitario y el Plan Integral, de 2009, abogaron por su constitución y finalmente se consiguió su ubicación en la plaza del Doctor Andreu Urra, junto al mercado de la Candelaria, pero su funcionamiento ha estado lastrado desde un primer momento por graves carencias”, explica Fernando de Armas, portavoz de la Plataforma. “No se trata de una situación coyuntural esporádica y aislada, sino de un problema estructural del funcionamiento del Centro de Servicios Sociales Tres Barrios-Amate desde su creación en 2013, fruto de una defectuosa concepción y negligente planificación del servicio, conscientemente asumida por las administraciones”, lamenta.

“Durante muchos años, el funcionamiento de los servicios sociales se llevó a cabo con personal remunerado a base de raquíticas subvenciones periódicas que dejaban duraderos períodos de inasistencia e interrupción de una atención social muy urgente y delicada para muchos vecinos y vecinas, con efectos a veces despiadados para personas y familias sumidas en condiciones de enorme deterioro social: sangrantes listas de espera debido a la escasez y movilidad del personal, masificación de las solicitudes de atención, discontinuidad en la acogida, seguimiento esporádico, interrupción de la asistencia, instalaciones inadecuadas… Todo eso ha impedido durante mucho tiempo un trabajo continuado, coherente y eficaz de estos servicios con la población”, detalla De Armas.

Una vez estabilizada la plantilla del personal del Centro de Servicios Sociales, en el último año “se ha intentado remediar la situación con mayor número de funcionarios y mayor estabilidad en sus puestos de servicio administrativo”, pero “desde hace unas semanas se ha vuelto a la situación anterior al no haberse cubierto todas las plazas ofrecidas”, denuncia la Plataforma.

“La situación en nuestra zona es tanto más dramática por cuanto las necesidades sociales de nuestros barrios se manifiestan diariamente, dada la amplia tasa de exclusión social que padece una gran parte del vecindario”, argumenta el portavoz vecinal. “Desde su conformación en los años 50, Tres Barrios-Amate se adecúa al modelo de un barrio obrero levantado con inusitada rapidez, defectuosa construcción y precario urbanismo, pensado siempre como zona periférica y ajena a la ciudad”, recuerda. Eso provocó “un aumento cada vez mayor de las tasas de paro, de la drogodependencia y su tráfico y de la delincuencia, lo que provocó un empeoramiento progresivo de las relaciones de convivencia”.

El resultado de ese proceso es “un barrio superpoblado, con la población envejecida, con deficiencias de salud en muchos casos padecidas en absoluta soledad, con muchas viviendas en tal grado de menoscabo que son prácticamente inhabitables y con espacios públicos escasos y en estado de abandono”. “Es una de las zonas sevillanas con menor nivel de renta, con un paro que afecta a casi tres cuartas partes de la población activa y con una situación educativa lamentable con altos niveles de absentismo, fracaso, abandono y conflictividad”, resume De Armas.

Los vecinos, que culpan a todas las administraciones, tildan la situación de “lamentable”. “Es evidente que, después de más de veinte años de vida, no embarga el optimismo a las entidades de la Plataforma. Es obvio que la rehabilitación del barrio en su integridad no puede venir de la mano de los vecinos por sí mismos, abandonados a unas leyes de crecimiento económico tan salvajes como injustas con poblaciones como las nuestras. Sólo una actuación decidida de las administraciones públicas puede acabar con bolsas de exclusión social como las de nuestro barrio”, reivindica.