Jugar a 35 ó 36 grados a la sombra...

Javier Tebas, ayer.
Javier Tebas, ayer.
E. Florido Sevilla

08 de septiembre 2016 - 05:02

La entrega absoluta al mercantilismo televisivo, por encima de las atenciones a los protagonistas, los futbolistas, y el sufrido público, la base que mantiene el fútbol como espectáculo de masas, trae paradojas como que se juegue un partido a una hora inclemente. El sábado a las 18:15 se disputa un Sevilla-Las Palmas que de milagro no coincide con una alerta roja de la Agencia Estatal de Metereología. Días después de que el termómetro registrase en Sevilla el récord de septiembre, 44,5 grados, fútbol a la hora en que se registran las máximas habitualmente.

Detrás de todo esto está, ya es sabido, Javier Tebas y su habilidad para seleccionar los horarios según quién sea el cliente y el anfitrión de cada partido. El presidente de la Liga de Fútbol Profesional, que es el organismo que reparte los horarios durante todo el día para que las televisiones llenen lo más posible su franja de audiencia, habló del calor y las horas en la Cadena Cope. "Hemos hablado con los árbitros para que los jugadores puedan beber tranquilamente durante el partido. Pero evidentemente a 36, 37, 38 ó 40 grados no se puede jugar un partido. Se podría retrasar el horario, pero el problema es que a las ocho también hace calor", dijo Tebas.

Con la única solución de beber agua y la amenaza de una suspensión que no se dará, el Sevilla y Las Palmas jugarán a 35 ó 36 grados. Ésa es la previsión que marcan las agencias de meteorología para las seis de la tarde. Claro que en el césped, con la humedad del riego y en un recinto con 40.000 personas, la sensación térmica puede ser incluso superior. Eso por no hablar de los abonados a pleno sol. Y como salte el levante...

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