Krasnodar - Sevilla | Champions League

Krasnodar, omega y alfa de Lopetegui

Lopetegui, antes de viajar con el Sevilla a Krasnodar, este domingo.

Lopetegui, antes de viajar con el Sevilla a Krasnodar, este domingo. / Juan Carlos Vázquez

Julen Lopetegui durmió ya anoche en Krasnodar, el lugar donde vivió su particular omega como entrenador antes de que Monchi le diera la oportunidad de hacer tabula rasa para empezar su nuevo abecedario desde el alfa del Sevilla. En Nervión ha vuelto a ser reconocido como un gran entrenador de élite internacional. O, mejor dicho, en el Sevilla ha sido donde ha llegado a su cima de reconocimiento como técnico, gracias a los logros de la pasada temporada. El sábado se cumplieron justamente tres meses del gran triunfo de su equipo en Colonia, que coronó al Sevilla como hexacampeón de la Europa League y a Lopetegui le cerró una herida que se había abierto, precisamente, en Krasnodar.

El 9 de junio de 2018, el guipuzcoano, entonces seleccionador de una España que embocaba el Mundial de Rusia con magníficas sensaciones, dirigió el último partido de la selección. Fue en el Stadion FC Krasnodar, el mismo escenario en el que volverá a dirigir un partido este martes. Entonces fue el último amistoso preparatorio para la cita mundialista. Todo se frustró cuando tres días después del triunfo de España sobre Túnez, con gol de Iago Aspas, el Real Madrid de Florentino Pérez filtró que Lopetegui era el elegido para dirigir su nuevo proyecto tras la dimisión irrevocable de Zinedine Zidane.

Lopetegui, en la feliz resaca de su último partido con la selección, en Krasnodar, junio de 2018. Lopetegui, en la feliz resaca de su último partido con la selección, en Krasnodar, junio de 2018.

Lopetegui, en la feliz resaca de su último partido con la selección, en Krasnodar, junio de 2018. / Javier Etxezarreta / Efe

El presidente blanco no podía retener esa información hasta después del Mundial por la presión mediática y, también, por el riesgo a que un fracaso de España en la cita de Rusia le pusiera sordina al gran fichaje de Lopetegui. El técnico de Asteasu, a posteriori y pasado el tiempo, se ha explicado varias veces sobre aquel affaire con el Madrid, que duró lo que dura un amor de verano. En octubre fue destituido como técnico en Chamartín. Y siempre ha deslizado que se sintió traicionado porque no se esperaba la destitución a la que se vio obligado también Luis Rubiales por la presión mediática. Fue víctima del fuego cruzado de intereses de unos y otros. Ay, esas filtraciones...

Pese a que él siempre tuvo la consciencia tranquila, como ha explicado posteriormente, el dolor iba por dentro. Y no sería hasta Colonia, con aquellas ilustrativas lágrimas tras el gran triunfo del Sevilla ante el Inter, cuando cerraría la herida, aunque también ha evitado vincular ese llanto de emoción con aquellos dolorosos recuerdos.

Ahora, Lopetegui vuelve al lugar de los hechos investido como un entrenador que ha levantado altas expectativas en el plano internacional. Se ha ganado el respeto en Europa y la Champions llama a sus puertas en el mismo escenario donde dirigió por última vez a la selección española.

Durante aquel España-Túnez, 9 de junio de 2018. Durante aquel España-Túnez, 9 de junio de 2018.

Durante aquel España-Túnez, 9 de junio de 2018. / Javier Etxezarreta / Efe

Curiosamente, España incluso quedó concentrada antes de comenzar su andadura en el Mundial de Rusia, con el partido ante Portugal el viernes 15 de junio en Sochi, en la FC Krasnodar Academy, un centro deportivo de altísimo nivel que acogió a Lopetegui y a su cuerpo técnico en aquellos intensos días previos de altas expectativas, primero, y de duras secuelas, después. Ver de nuevo el Stadion FC Krasnodar y el escudo del toro, sobre fondo verde, no será un trago dulce para Lopetegui, quien en cambio tiene la ocasión de confirmar su redención en el Sevilla clasificando a su equipo para los octavos de final de la Liga de Campeones.

No será sencillo. Debe su equipo ganar en el modernísimo estadio del Krasnodar, como hizo hace dos años y medio con España, y esperar que el Chelsea haga lo propio en Rennes. Esos dos triunfos dejarían matemáticamente a blanquirrojos y blues en los octavos de final.

Pero esas no son las cuentas que hace Lopetegui en estas vísperas de recuerdos. El Sevilla arribó ayer al Cáucaso con el lastre de notables bajas. En primer lugar, la del meta Bono, positivo en Covid-19 al igual que el meta del Krasnodar, Safonov. En segundo lugar, Jesús Navas, líder de la perseverancia, es baja por sanción, ya que fue expulsado ante los rusos. En tercer lugar, Acuña, el otro lateral, también es baja por otra recaída muscular. Y eso se añade a las bajas de Carlos Fernández y Suso. No será fácil.

"Todos los equipos en Rusia son duros, todos", dijo Lopetegui tras el sufrido triunfo ante el Celta de Iago Aspas, el hombre que le dio el último triunfo con España. Puede que en el subconsciente le quedara el poso amargo de aquellas horas de Krasnodar, el partido con Túnez y el malhadado día de San Antonio en el que Julen se convirtió en el traidor de España. Luego llegó Monchi el redentor de San Fernando. Hoy, día de San Clemente, de singular significado en el Sevilla –el conquistador rey Fernando III figura en su escudo-, Julen puede convertir su omega en otro alfa. Un alfa de Champions.

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