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Lopetegui, el asedio a Emery y a su récord

Lopetegui saluda a Emery en su primer duelo, el Sevilla-Villarreal que cerró el año 2020.

Lopetegui saluda a Emery en su primer duelo, el Sevilla-Villarreal que cerró el año 2020. / Antonio Pizarro

Al noreste de San Sebastián, en la costa cantábrica, está Fuenterrabía, donde vio su primera luz Unai Emery. Al suroeste y ya en el interior, está Asteasu, la tierra natal de Julen Lopetegui. Hay unos 40 kilómetros por carretera entre ambas localidades guipuzcoanas, patrias chicas de los dos últimos artífices de los mayores éxitos del Sevilla. El domingo cruzarán sus caminos con un curioso guiño que habla del crecimiento continuado de este equipo en el siglo XXI, ya sea en la primera, la segunda o la tercera década en la que ya estamos: el actual Sevilla del técnico de Asteasu puede quitarle dos récords absolutos al Sevilla del técnico de Fuenterrabía. Y en la primera jornada liguera con público después de más de un año. La emoción está servida, porque, además, ambos se juegan cosas, aunque el Villarreal tendrá más presión.

El Sevilla ya tiene sus deberes hechos pero le queda el picazón de mejorarse a sí mismo y de, quién sabe, intentar dar caza al Real Madrid o el Barcelona. Con la tranquilidad de haber logrado la clasificación para la Champions hace tres jornadas, el grupo de Lopetegui ahora tiene el prurito de convertirse en el Sevilla que más puntos ha logrado en la historia. El referente es claro: el Sevilla de Emery de la temporada 2014-15. Como entonces, el técnico de Fuenterrabía jugará la final de la Europa League. Entonces la ganó el 27 de mayo, cuatro días después de concretar en Málaga la cima de puntos de la Liga: 76, con el récord asimismo de victorias, 23.

Ahora, el Villarreal ni siquiera tiene segura su participación en la Europa League, pero jugará por clasificarse mientras llega la final ante el Manchester United, que cayó en semifinales de la pasada edición ante el Sevilla de Lopetegui, tres días después de la última jornada, ahora un 26 de mayo... Será una gran fiesta histórica en Villarreal.

El Sevilla de Lopetegui arribará a la cita tras sumar, ante el Valencia, su victoria vigésima tercera en esta Liga. O sea, encara la cita con las mismas 23 victorias ligueras que logró hace seis años el Sevilla de Emery. Aquel equipo terminó además con 7 empates y 8 derrotas y un balance de 71-45 goles.

Frente a aquellos 76 puntos merced a 23 victorias y 7 empates (por ocho derrotas), el actual Sevilla suma 74 puntos, gracias a 23 triunfos y cinco empates (por las mismas ocho derrotas), con un balance de 53 goles a favor y 23 en contra, por los 71 y 45 de aquel otro Sevilla.

La gran diferencia es que este equipo maneja mucho más los partidos, los hace más cerrados, con marcadores más cortos. Aquel Sevilla era más de ida y vuelta, marcaba mucho más, pero también encajaba casi el doble de goles. Era el Sevilla de Banega y Reyes, de Gameiro y Bacca. Y el actual es el Sevilla de Fernando y Koundé, de Suso y En-Nesyri. el actual es especialista en el control del balón y la disciplina en los posicionamientos; aquel tiraba del contragolpe y la estrategia como armas letales, aunque se le acusaba de jugar en función del rival muchas veces, como a éste se le acusa de cansino y conservador... Cosas de la exigencia, dicen.

Esas dos marcas son del Sevilla de la temporada 2014-15, cuando estuvo a punto de terminar cuarto. Lo evitó un Valencia que jugó casi 20 partidos menos en total –60 frente a 42–, porque estaba fuera de Europa. Su triunfo in extremis en Almería, (2-3), con un gol de Alcácer en el minuto 80 tras un error en un despeje del ex sevillista Casado le dio la cuarta plaza. El Sevilla terminó quinto. Pero se clasificó para la Champions cuatro días después, aquel 27 de mayo, remontando en la final ante el Dnipro con un gol de Krychowiak y dos de Bacca, el primero tras un inolvidable y extraordinario pase vertical, al espacio, de Reyes...

Aquel Sevilla se ganaría el derecho a jugar la Liga de Campeones en la primera vez que la UEFA premiaba al campeón de su segundo torneo con la clasificación para la Champions. Este Sevilla ya ha logrado lo que ningún otro: clasificarse dos temporadas seguidas de forma directa por la Liga para la Champions, claro que ahora la UEFA habilita al cuarto de España con una plaza directa.

En 2010, el Sevilla quedó cuarto in extremis –en Almería precisamente–, tres días antes de jugar la final de la Copa del Rey. Pero en la previa de Champions que tenía que jugar entonces cayó ante el Sporting de Braga. Este Sevilla es el más fiable posiblemente de la historia. Y el domingo, con unos 5.000 espectadores en las gradas tras más de un año sin público en la Liga, tiene en su mano dos marcas históricas: el récord de puntos y el de victorias. Y se las puede quitar Julen a Unai.

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