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Lopetegui, tercer año entre la ilusión y la incertidumbre

Lopetegui bota el balón sonriente en un entrenamiento.

Lopetegui bota el balón sonriente en un entrenamiento. / Juan Carlos Muñoz

La procesión va por dentro. Julen Lopetegui asegura que la ilusión de este tercer año es mayor que la del primero. Pero también reconoce que la dificultad crece a la par que la ilusión. Tener a un mes de que empiece la Liga, la competición nodriza, a una quincena de futbolistas –tirando por arriba– verdaderamente aptos para un proyecto obligado a seguir creciendo sobre sí mismo no es lo ideal. Y el guipuzcoano no es hombre de medias tintas. Su primera entrevista de la pretemporada fue un toque de atención.

Esto es lo que hay, sí; el mercado está muy complicado, cierto; pero la exigencia de un club como el Sevilla, que además quiere subir otro peldaño siendo ya el cuarto de la Liga y repitiendo en la Champions, debe casar con una plantilla más equilibrada, más competitiva, más homogénea. El guipuzcoano lo dice por ahora con la boca pequeña, entre líneas, pero esos conceptos brotaron de su mente inquieta, sabedora de que apenas falta un mes para que el balón eche a rodar...

El mercado marca sus condiciones. Y Lopetegui señala las suyas, en previsión de que luego la afición y la crítica exigirán sin tener en cuenta el mercado estival. Su entrevista en SFC Radio, ante los micrófonos del club, no en las apreturas de otros medios que buscan el titular diáfano, fue jugosísima. Desde el principio Lopetegui puso sus cartas boca arriba. "Queremos siempre mejorar, y no conformarnos con lo que hemos hecho, eso vale para la hemeroteca y ya está", dijo, antes de soltar una de sus primeras reivindicaciones. "Debemos convencer a los jugadores cómo tienen que mejorar y, lógicamente, tener una plantilla acorde a las exigencias del Sevilla", dijo.

La palabra exigencia, un concepto que puede ser un arma de doble filo, salió más de una vez. Puestos a ser exigentes, Lopetegui también lo fue, siempre con matices y en la consciencia de que está en un club como el Sevilla, "familiar y cercano pero práctico y ejecutivo". "Esa cercanía de la gente del club la sentimos, sin duda".

Y esa exigencia y esa cercanía no le impiden decir lo que piensa. "Nos hubiera gustado la pretemporada ideal, contar con todo el equipo para trabajar en esa línea de homogeneidad y colectiva, que ahora no tenemos. Y trataremos de adaptarnos a la realidad que tenemos para sacar provecho del momento que nos toque". Porque no todo marcha como le gustaría. "Lógicamente nos gustaría tener el mayor número de jugadores posible, tenemos trazado un plan hace tiempo para la siguiente temporada, y todos somos conscientes de las dificultades que está teniendo el mercado, pero también somos conscientes de que poco a poco llegaremos a ese punto que queremos para poder afrontar la temporada que viene con las garantías de ser competitivo".

Pero la realidad es que Lopetegui, en espera de lo que pase con Koundé o De Jong, de que ambos se incorporen de sus vacaciones y de que lleguen justo para la Liga los campeones americanos Acuña y Papu Gómez y los olímpicos Diego Carlos y Bryan Gil, tiene a veinte profesionales a sus órdenes, canteranos aparte, con muchos de los cuales no cuenta. "El grupo todavía no es homogéneo por muchos motivos. Vamos buscando ese momento más homogéneo hasta llegar a un punto en que entrenemos a todos por igual. Ahora no es ese momento porque unos jugadores han llegado de una manera y otros de otra. Lo primero es preparar una buena base para trabajar en buenas condiciones".

Aun así, es el tercer año y eso implica una ventaja. El Sevilla tiene una columna vertebral conformada sobre una filosofía de juego muy definida y perfilada que además ha obtenido éxito en sus dos primeras versiones. Ahora hay que ver cómo responde a la tercera versión de esa misma idea. "Ya llevamos años trabajando y hay un conocimiento de lo que buscamos en el juego, con lo cual tratamos de empezar a poner una buena base para afinar en distintos aspectos, y tratar de ir adaptándonos conforme lleguen más jugadores, porque lógicamente faltan muchos, para lograr esa homogeneidad que vamos a necesitar en la competición", argumentó.

Claro que una cosa son los objetivos y otra la realidad de la Liga, que es la que finalmente pone a cada uno en su sitio. "Tenemos que ser conscientes y saber el suelo que pisamos. Quedar cuarto en la Liga es una aventura complicadísima. Hay grandes equipos en la Liga, que tienen plantillas fantásticas, se refuerzan bien. Y esa competitividad tiene que hacer que estés muy preparado y mentalizado. Cada temporada va a ser más difícil por lo que has hecho porque tienes que tratar de superarte a ti mismo. Y la única manera es teniendo ese equipo que todos queremos y esa mentalidad y esa actitud en cada día".

¿Y la ilusión, y la ambición personal? Por si no hubieran quedado claras con sus peticiones, dejó frases bonitas. "No hay reto más bonito que afrontar lo que va a venir, con la máxima ambición, con la máxima motivación y una gran mentalidad". Para tomar nota.

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