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El Papu, plus de talento para el sprint final

El Papu ensaya el pase de volea ante Germán en el Sevilla-Granada.

El Papu ensaya el pase de volea ante Germán en el Sevilla-Granada. / Antonio Pizarro

Si hay un futbolista al que le vino el parón de marzo bien, ése fue el Papu Gómez. El argentino se pasó el primer mes y medio en Sevilla "adaptándose". Nueva competición, mudanzas, nuevos compañeros y nuevo cuerpo técnico; otro modus vivendi, horarios, comidas... Obviedades cuando se habla de profesionales del fútbol, tan acostumbrados como están a cambiar de aires y de ambientes.

Pero el Papu arribó a Nervión después de casi dos meses sin competir, entre el 16 de diciembre, cuando jugó con el Juventus-Atalanta, y el 2 de febrero, cuando debutó recién llegado en el Almería-Sevilla de Copa del Rey. "Me tomé esos meses como una adaptación", dijo hace poco en una entrevista. Ahora ya está listo para ofrecer su rapidez creativa al Sevilla en el sprint final. La magia al servicio del nervio y la pasión en estas cinco jornadas.

El Papu llegó a reconocer que le costó trabajo ese primer periodo entre febrero y la primera mitad de marzo. Durante el parón reconocí que iba a ser su primer periodo de pleno conocimiento de la plantilla. "Va a ser la primera vez que entreno toda la semana con los compañeros, porque desde que llegué jugamos miércoles domingo y te terminan conociendo en el partido oficial. Es normal que a veces no salgan las cosas como uno pretende. Pero estoy feliz y con ganas porque sé que es algo normal".

Lopetegui no ha dejado de ponerlo, pese a que no estaba en su mejor momento, como se vio por ejemplo en el Sevilla-Borussia Dortmund. Pero a raíz del Sevilla-Atlético de Madrid, cuando jugó el cuarto de hora final, su participación ha ido a más. En Balaídos, con la necesidad de remontar un partido loco, el técnico guipuzcoano le dio los últimos 25 minutos y fue clave: ávido de balón en posiciones adelantadas, presionó, robó y marcó el definitivo 3-4. No sería la primera vez que resultaría clave.

Esa puesta en escena en Vigo, la realidad de que el Sevilla estaba más descansado para dedicarse solamente a la Liga, convencieron a Lopetegui de que era el momento de confiar plenamente en el Papu. Y le dio la titularidad en tres partidos clave, dos a domicilio y uno en casa, en apenas ocho días de, domingo a domingo. Entró de titular por Rakitic ante la Real Sociedad en San Sebastián (1-2), repitió en el mismo once en Valencia ante el Levante (0-1) y siguió en el centro del campo, esta vez por Joan Jordán, ante el Granada. Y en este último partido abrió el tarro de las esencias.

En esa posición de 10, ya fuera con Joan Jordán o Rakitic escoltándolo junto a Fernando, el Papu ha tenido libertad para ofrecerse en el frente del ataque y ante el Granada fue protagonista directo de los dos goles: fue listísimo para leer el espacio en el área y anticiparse a Gonalons en la jugada del penalti; y repitió viveza y rapidez en el saque de banda de Acuña y el pase de gol a Ocampos en el 2-0, a la postre clave.

Cierto es que Lopetegui lo mima, en estos tres cambios siempre lo ha sacado del campo, al igual que ha hecho con Suso, el otro futbolista con capacidad creativa y libertad en esa línea del frente ofensivo. Incluso ha dado un pequeño matiz a su habitual dibujo de 4-3-3 para que, ora Joan Jordán, ora Rakitic, se sitúen casi en paralelo a Fernando según qué fase del juego y el Papu esté más liberado. Pero, aun así, el argentino, en ese tercer partido de la semana como titular, demostró visión y fuerza para romper en la faceta ofensiva y también oxígeno y piernas para estar ágil en el repliegue o los robos cuando hizo falta.

Con los partidos más espaciados –el del Athletic es el lunes, ocho días después del anterior– y el argentino de 33 años ya hecho a las variantes del esquema, a sus compañeros y a la filosofía de juego, su talento y su creatividad deben seguir poniéndose al servicio del equipo en el vibrante sprint final.

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