Las manos de Palop, que tantas y tantas veces fueron las salvadoras del Sevilla en su primera era gloriosa de este siglo, fueron las que depararon un cruce a priori halagüeño para su ex equipo. En el club se cuidaron muy mucho de celebrar que la bola correspondiente al Sevilla fuera la del Dinamo de Zagreb, por mucho que en el único precedente el resultado dejara a las claras la diferencia entre uno y otro equipo (0-1 y 4-0).

En los últimos tiempos se celebraron, al menos por la afición, los sorteos de Champions y el resultado final fue el de la decepción, si no el fracaso estrepitoso, como fue en el último caso del Grupo G. Por eso hubo cautela con este cruce, que es un guiño a la historia misma del club de Nervión, en cuyo estadio se disputará la final del torneo el próximo 18 de mayo. Porque indirectamente Palop, mito incuestionable del Olimpo sevillista, le hizo un guiño a otro de sus dioses, Davor Suker, actual presidente de la Federación de Croacia y ex jugador del Dinamo de Zagreb.

De allí llegó Suker en plena guerra de Yugoslavia, la última gran vergüenza de Europa entera, en julio de 1991. Desde entonces hasta 1996 estuvo un lustro derramando su clase absoluta, el fútbol de seda de su zurda croata, para disfrute de un sevillismo que lo despidió en loor de multitud después de que cogiera un avión privado para jugar un partido de Liga con el Salamanca en el que el Sevilla se jugaba evitar la quema del descenso. Lo arregló el inefable croata con un triplete de antología: fue agasajado como un torero o una folclórica, con paseo a hombros y un ramo de flores.

Suker, cuando visitó al Sevilla en Budapest con motivo de la Supercopa de Europa.

No sería de extrañar que Suker ya esté guardando sitio en el palco del Ramón Sánchez-Pizjuán para la final de la Europa League. El año pasado, sin ir más lejos, presenció la final de la Supercopa de Europa en Budapest entre su Sevilla y el Bayern Múnich. Pero para eso queda mucho. Primero, el equipo de Lopetegui debe dejar en la cuneta al otro equipo de los amores de Suker, además del Osijek, su club natal, del que partió hacia el equipo hegemónico de Croacia en 1989.

La eliminatoria se disputará entre el 17 y el 24 de febrero, con la ida en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Tras la vuelta en Zagreb, se disputará el derbi en Nervión, el domingo 27 de febrero seguramente. Se prevé frío en la capital croata y es esperable que para entonces estén las fuerzas sevillistas más recuperadas. Mientras tanto, los máximos responsables técnicos dieron sus primeras valoraciones.

"Es un equipo con experiencia, de la liga croata, que viene de un grupo que no ha sido fácil, con el West Ham, Genk y Rapid de Viena. Tuvo que ganar el último partido en Londres y se lo ganó al West Ham", dijo Monchi en Radio Marca. Según el director general deportivo del Sevilla, el Dinamo de Zagreb "tiene jugadores como Orsic (extremo izquierdo) o como Petkovic (delantero centro), que tienen experiencia y están reconocidos en el fútbol europeo". "Pero estamos hablando de un cruce que se va a jugar dentro de dos meses, con un mercado de fichajes por delante, con lo cual las conclusiones que podamos sacar hoy no sabemos si serán así", añadió sobre el equipo de Zeljko Kopic, que tiene en su portero Livakovic a otra de sus figuras.

Precisamente Orsic fue el verdugo del Tottenham con un triplete (3-0) en la pasada Liga Europa, en la que el Dinamo llegó a cuartos de final. Aviso para navegantes. Fernando Navarro, adjunto a Monchi, también fue cauto: "Tiene futbolistas jóvenes con calidad, y también algunos veteranos. Es un equipo acostumbrado a jugar Champions, seguro que es un rival difícil, es un viaje largo, con una afición que aprieta... Queríamos evitar a los italianos por el nombre y por la liga en la que juegan", reconoció en SFC Radio.

El Sevilla y el Dinamo ya se cruzaron en la fase de grupos de la Champions 16-17, con el mencionado resultado de 0-1 y 4-0. Ahora, su técnico espera otro final. "Es un rival muy exigente, el Sevilla es un equipo de gran calidad. Pero el Dinamo ha mostrado en las anteriores temporadas que cuando está en buenas condiciones y con un alto nivel de preparación y energía, puede competir contra cualquiera", declaró Zeljko Kopic.

El Dinamo ocupa ahora el tercer puesto de la liga croata, por detrás del Osijek y el Rijeka, pero eso ahora mismo no es una referencia. Todo puede cambiar de aquí a febrero, cuando se produzca un cruce que llegará ya avanzada la Copa del Rey, que estará a esas alturas en la instancia de semifinales. Los azules son los vigentes campeones de los dos títulos de Croacia, el liguero y el de Copa. Y ahí está su proeza de la pasada Europa League, cuando llegaron a cuartos eliminando a los Spurs.

Pero cuando se midieron al Sevilla en 2016 estaban en plena edad de oro, pues de 2006 a 2018 ganaron hasta 12 veces el campeonato liguero de su país, donde es el dominador absoluto con 22 títulos ligueros en los 30 años de independencia de Croacia. Seis veces ha jugado la Champions y en ocho UEFA Europa League. "Para el Sevilla es una competición madre, la competición donde se ha hecho más nombre a nivel europeo", dijo Palop, el hombre que le hizo el guiño a Suker.