Sevilla FC | Europa League

A Roma con varios deberes por hacer

  • El empate épico ante el Eibar evidencia que el modelo de Machín muestra sus fisuras incluso en casa

  • Diez futbolistas han jugado más de 2.000 minutos y siete más que Immobile, el segundo en minutaje de la Lazio

Pablo Machín, junto a miembros de su cuerpo técnico, Jordi Guerrero, Jordi Balcells y José Luis Silva.

Pablo Machín, junto a miembros de su cuerpo técnico, Jordi Guerrero, Jordi Balcells y José Luis Silva.

El fútbol depara sorpresas inesperadas y hablar de trayectorias o dinámicas a la hora de embocar un partido de la trascendencia del Lazio-Sevilla puede resultar estéril. Sin embargo, a ningún sevillista se le escapa que no es el mejor momento del equipo de Pablo Machín para afrontar una cita tan trascendente. El épico empate ante el Eibar fue una oportunísima espoleta para recuperar la mejor versión de un Sevilla que lleva dando señales de aviso casi desde que comenzó 2019. El empujón anímico de igualar en los últimos minutos un 0-2 con un futbolista menos es muy obvio. Pero también fue muy evidente que el modelo de Pablo Machín ha perdido su fiabilidad incluso en casa.

Son muchas las razones por las que el Sevilla ya no responde como esa máquina ofensiva que arrollaba a cualquier rival en Nervión. El propio Machín, empero, no atinaba a dar ninguna razón concreta de cuáles son las causas e incluso abogaba por rechazar el cansancio como una de ellas, dado que el Sevilla fue capaz de superar, hasta el punto de rozar el triunfo, a un Eibar que basa gran parte de su fútbol en la presencia física en el campo rival. "Varios de sus jugadores acabaron acalambrados", argumentaba el técnico soriano. Entonces, ¿cuáles son los males de este Sevilla que arrastra el mal viajero desde el 30 de septiembre –sin contar el triunfo en Akhisar– y que ya incluso en su fortín estuvo a punto de sumar una derrota que parecía imposible en otra fase de la temporada?

"Demostramos que en tres minutos podemos marcar. Hay que mejorar cosas para así ganar confianza", dijo Ben Yedder. El arrebato final, ya con defensa de cuatro y sin Banega fue un canto a la rebeldía contra los corsés. Y estaba Jesús Navas en el campo...

Es obvio que los 42 partidos oficiales del Sevilla desde el 26 de julio están pasando factura, como esperaba el propio cuerpo técnico. El pico bajo ha llegado y ahora quizá sea el momento de realizar la revisión de un once titular y un esquema que está dando síntomas de agotamiento, por cansancio físico, por carga de partidos de los futbolistas con más minutos, o por conocimiento de los rivales del sistema táctico.

Cinco futbolistas clave, Banega, Franco Vázquez, Sarabia, Ben Yedder y Andre Silva, la columna vertebral del juego ofensivo, están entre los siete de campo que acumulan más minutos entre las tres competiciones. Los otros son Sergi Gómez y Carriço. Concretamente, Banega encabeza la lista con 2.976 seguido por Sergi Gómez (2.877), el Mudo (2.483), Carriço (2.475), Sarabia (2.442), Ben Yedder, (2.387) y Andre Silva (2.375). En los jugadores creativos puede tener una repercursión mayor por la necesidad de frescura y precisión en la ejecución.

Ante el Eibar, Andre Silva (minuto 55), Sarabia (68’) y Ben Yedder (77’) fallaron ocasiones claras. Al final, en cambio, con el zafarrancho de la igualada, Ben Yedder y Sarabia acertaron y demostraron que el equipo sigue teniendo esa chispa... Una paradoja difícil de explicar. Banega, en cambio, pagó la frustración de verse hostigado continuamente con una expulsión de impotencia. Que no tenga relevo, o que su relevo no responda al modelo del actual Sevilla, es una de las asignaturas pendientes de Machín y de Caparrós. Quizá todo dependa de una distinta o mejor ocupación de espacios, o de romper sus corsés. Con la técnica no basta ya.

En comparación con la Lazio, el futbolista con más minutos es el central Acerbi (2.710), y el segundo jugador de campo en minutaje es Immobile (2.354), por debajo de los siete futbolistas que más juegan del Sevilla. Milinkovic-Savic (2.160), Parolo (2.137) y Lulic (2.105) son los únicos que pasan de dos mil minutos, cifra que en el Sevilla ha superado una decena...

Pero el mal de fondo va más allá del minutaje. El Eibar hurgó en los resquicios de un Sevilla que ha perdido rapidez de ejecución y traslación; que ya no sorprende con sus vertiginosas combinaciones; que ve un muro para su otrora juego interior y tampoco rompe con su juego exterior. Y eso que jugó en casa... Fuera de casa es donde ha crecido el germen de ese mal. El Sevilla ha jugado 22 partidos a domicilio: 7 triunfos, 5 empates y 9 derrotas. La estadística no estaría mal si esos 7 triunfos no estuvieran repartidos entre rivales de poco pedigrí: Ujpest, Zalgiris, Sigma Olomouc, Rayo, Levante, Eibar y Akhisar. En el estadio Olímpico espera una Lazio que lleva desde el jueves pasado preparando el partido. Roma exigirá en consonancia a su historia.

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