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Rakitic: el regreso de otro hijo pródigo

Rakitic ofrece la Europa League ganada por el Sevilla en Turín a los aficionados.

Rakitic ofrece la Europa League ganada por el Sevilla en Turín a los aficionados. / Antonio Pizarro

El fútbol, pese a su supermercantilización, pese a que el aficionado cada vez cuenta menos en una industria con rasgos de gigantismo, sigue teniendo factores sentimentales como la identificación. Y el Sevilla es un club que, a fuerza de mantener su esencia al tiempo que gana títulos y se codea con la alta aristocracia europea, aun en inferioridad de condiciones estructurales, tiene una fuerza centrípeta especial que hace arder el hogar de la identificación. Ese vínculo sentimental era normal en jugadores que alcanzaron la fama mundial por ser de la tierra: léase Jesús Navas o Reyes. Y es más destacable en otros foráneos que ganaron más dinero fuera: Banega. Mucho más lo es en el caso de Rakitic, que vuelve al Sevilla tras su paso por el Barça de Messi, ese transatlántico ahora a la deriva.

Ivan Rakitic es otro hijo pródigo del Sevilla. Otro futbolista que ha ganado dinero y títulos a espuertas, el que más, antes de regresar a su verdadero hogar. Ayer hizo oficial el Sevilla su regreso, un deseo recíproco y colectivo, salvo casos aislados, que también los hay por las circunstancias de su marcha en 2014, cuando se negó a renovar el contrato con el club de Nervión, que expiraba en 2015, y se fue a cambio de 18 millones de euros. Pero de esto último casi nadie se acuerda ya, ante la constatación de que ya está aquí otra vez Rakitic, ese futbolista que aúna calidad técnica, capacidad de sacrificio, dotes de liderazgo y un carisma que traspasa su identificación con la ciudad y el club a través de su familia sevillana y sevillista.

Hace varios meses, desde Barcelona ya imaginaban la nueva plantilla azulgrana sin Rakitic y filtraban la fórmula ideal por la que podría volver al Sevilla. Le pusieron precio a un jugador que ha sido algo más que un subalterno de Messi durante los seis años que ha estado en el Camp Nou, en los que ha ganado 13 títulos con una altísima participación y más partidos oficiales incluso que el argentino desde 2015. Y ese precio que deslizaban desde las tribunas azulgranas disolvía el sueño del reencuentro: 20 millones de euros. "Por 20 millones de euros el Barcelona escuchará la oferta del Sevilla por Rakitic", repetían en Cataluña.

En aquellos momentos el Sevilla no movió ni un dedo. Monchi incluso bromeaba al ser preguntado por si había recibido algún mensaje de Whatsapp de Rakitic y éste decía que el gestor de San Fernando tenía su teléfono y no había recibido llamada alguna. "Personalmente, me gustaría que regresara. No oculto que es mi amigo, pero por lo que veo ahora mismo, parece muy difícil por no decir imposible", explicaba Monchi en una entrevista a este Diario a mediados de agosto.

Pero esa estrategia de escurrir con elegancia el meollo del asunto sin recurrir al silenzio stampa, muchas veces tan delator, dio sus frutos. Nada más que Monchi olisqueó que el Barça estaba inmerso en una vorágine autodestructiva, empezaron a arder los teléfonos. El suyo hacia Rakitic, el del presidente del Sevilla hacia su homólogo en el Barcelona. Luego otra vez Monchi y los altos ejecutivos del club, José María Cruz y Jesús Arroyo, con su agente para concretar los términos del contrato. El resultado es que hoy Rakitic se despide de forma telemática del Barcelona antes de ser presentado como futbolista del Sevilla.

Los términos de la operación son sorprendentes. El internacional croata (Möhlin, Suiza, 14-03-1988) ha firmado un contrato por cuatro temporadas, hasta 2024, cuando tendrá 36 años. Será su último gran contrato profesional en la élite, cobrando seguramente el sueldo más alto de la actual plantilla. Rakitic llega para quedarse con su familia en Sevilla. Y también para rendir al más alto nivel, pues las condiciones de su contrato también están vinculadas a su rendimiento individual. Y el coste del traspaso, también es muy ventajoso para el Sevilla, que pagará al Barcelona un fijo de 1,5 millones y unas variables que podrían llegar hasta los 9 millones de euros, según desveló el Barcelona.

Esas variables llegarían a 6 millones si el Sevilla se clasifica para la Champions durante los cuatro años de contrato. Si no, las cantidades serán proporcionalmente más bajas, en función de si hay clasificación a la Europa League o no hay éxito deportivo en un año u otro. Al Sevilla, lógicamente, le interesa pagar los 10,5 millones que están estipulados como tope: significaría que ha alcanzado cotas inéditas en toda su historia.

Rakitic retorna para volver a competir al más alto nivel. Ahora su compromiso no será con un gran grupo de profesionales y por la gloria a la que aspira todo futbolista, que también. Su compromiso será con su ciudad adoptiva, con su familia, con su pasado sevillista, con su honor. Con el Sevilla.

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