La lógica se ha impuesto en la asistencia de público de uno y otro equipo en la Supercopa de Europa, que se disputará el jueves 24 en Budapest. Como estaban advirtiendo internamente desde el club, las solicitudes para la adquisición de entradas, cuyo plazo expiró hace una semana, no invitaban a pensar en un desplazamiento masivo, como sí lo habrá desde Múnich, que está a 650 kilómetros de la capital húngara. La consecuencia es que habrá 3.000 aficionados del Bayern frente a 500 del Sevilla.

Las condiciones del viaje, con rígidos protocolos sanitarios y el alto coste de los vuelos, en el contexto de una crisis que horada el bolsillo de los andaluces, frente a la cercanía y las facilidades de los bávaros han producido que la afluencia de hinchas alemanes sextuplique la de sevillistas.

Ha sido Canal Sur Radio el medio que ha dado la cifra de 3.000 frente a 500, no es un dato oficial aún. Pero lo cierto es que el Bayern ha agotado todo el cupo de entradas y el Sevilla apenas ha tramitado ventas por un sexto de su cupo.

La Federación de Peñas Sevillistas ha montado un vuelo chárter que se ha llenado, unos 180 pasajeros. Los otros viajeros han buscado vuelos y enlaces por su cuenta. Los hinchas del Bayern lo tienen más fácil, pues pueden ir hasta por carretera: Múnich no está más lejos de Budapest que Sevilla de Madrid y en internet hasta se encuentran billetes de tren por 30 euros.

Además, el Bayern, ante el gran número de solicitudes de entradas que tuvo desde el primer día, tuvo la iniciativa de pagar los test PCR obligatorios para ingresar en Hungría a todos sus hinchas. A una media de 100 euros el test, la inversión sería de 300.000 euros. El potencial económico del equipo bávaro, así como el nivel de vida de Alemania, también se ha dejado notar en ese contraste de afluencia.