Sevilla FC

El Sevilla suma muchos intangibles (1-2)

  • El gol de Munir sobre la bocina, con la clasificación ya asegurada, sirve no sólo para meter mucho dinero en las arcas, sino también para reforzar la fe en el equipo

  • Exhibición táctica de Lopetegui y su cuerpo técnico

  • Munir, el futbolista con más gol de la plantilla

Brillante clasificación para los octavos de final de la Liga de Campeones del Sevilla, que saca adelante uno de los primeros objetivos de este curso tan extraño por todo lo que origina la pandemia por la Covid-19. Ese disparo de Munir con su pierna mala tiene mucho más valor de lo que muchos podrían otorgarle. Es verdad que la bolita de los sevillistas estaba ya dentro del próximo sorteo, pero hay otros intangibles. Uno de ellos, de indudable valor, es el premio que la UEFA otorga a cada triunfo en esta competición, algo que tiene trascendencia en estos tiempos de penurias económicas para toda la humanidad; el otro es más complicado de cuantificar, tiene que ver con la fortaleza mental del grupo que comanda Lopetegui y no había más que ver a Joan Jordán saltar como un loco cuando Marco Guida silba tres veces para decretar el final para entenderlo.

Porque este Sevilla había entrado en una fase de dudas, de no sentirse excesivamente cómodo con la situación que está viviendo. Es verdad que el grupo de futbolistas ideado por Monchi y modelado por Lopetegui y su cuerpo técnico tiene ganado el derecho a confiar absolutamente en ellos por su rendimiento en el curso anterior, pero se han dado algunas circunstancias para llegar a dudar, sobre todo en la competición liguera.

Pero en el fútbol todo se resuelve con triunfos, esto consiste, como establecía el siempre añorado Luis Aragonés Suárez en ganar, ganar y volver a ganar. No hay otra y justo a eso se ha dedicado este Sevilla, que ha enlazado cuatro triunfos consecutivos. Los dos contra el Krasnodar y las victorias en la Liga contra Osasuna y Celta. No hay mejor manera, por tanto, para recuperar la fe en el trabajo que viene realizando Lopetegui con los suyos.

Y se hila esto último del trabajo con la exhibición táctica ofrecida por los blancos en este choque contra el Krasnodar, algo que es bastante significativo de la tarea en el laboratorio y también de la capacidad de adaptación al medio de este grupo de futbolistas. Fue un compendio de sistemas desde que en la foto del saque inicial se pudiera comprobar ya que el Sevilla partía con cinco defensas, donde Koundé, Gudelj y Diego eran los tres centrales, con Ocampos y Escudero en los costados, más lateral el segundo y más carrilero el argentino. De esa manera, con esa idea de partida, va a llegar el primero de los tantos, pues éste arriba bien tempranito en un centro desde la derecha que le cae a Rakitic para una bombita impresionante desde el borde del área. Menudo empalme al balón para ponerlo cruzado, qué gozada para cualquiera que haya jugado al fútbol alguna vez, aunque lo haya hecho muy mal, como quien esto suscribe.

Esta exposición táctica que también incluía a tres centrocampistas y dos delanteros, con Munir muy cerca de De Jong como segunda punta, va a durar muy poco. Hay un momento en el que se observa un diálogo entre Lopetegui y su segundo entrenador y entonces el técnico vasco saca sus cuatro dedos hacia abajo para indicar a los suyos que se pasa a una defensa con cuatro hombres. Más o menos sería el minuto 20 y Koundé ya es el lateral derecho para que Ocampos vaya más arriba.

Sin embargo, también aquí hay un matiz respecto a lo que es habitual en este Sevilla de la contemporaneidad, no se trata de un 1-4-3-3, es un 1-4-4-2 en el que Munir se siente tremendamente cómodo enlazando con De Jong por el centro, justo en la posición en la que el futbolista nacido en Madrid y de origen marroquí se mueve como pez en el agua. El Sevilla protagoniza entonces unos momentos de fútbol excelente, también con la ayuda de Óscar Rodríguez y Rakitic en la elaboración por el medio. Debe sentenciar aquello con algunas opciones claras a través de Koundé, Munir y Diego Carlos.

Lopetegui hizo una exhibición de opciones tácticas tras empezar en 1-5-3-2, pasar al casi inédito 1-4-4-2 y al 1-4-3-3

No fue así y estaba ya claro que le tocaría sufrir en el segundo periodo, que el Krasnodar no está compuesto precisamente por tullidos y sí tiene futbolistas de calidad. El primer aviso llega no más reanudarse el juego y a los 48 minutos Gudelj se equivoca y Koundé tiene que surgir de manera providencial para evitar el empate por parte de su compatriota Cabella, que no se acaba de creer que eso haya sucedido.

El Sevilla, por entonces, desde el inicio del segundo acto, ya juega con su tercer sistema en esa exhibición táctica. Porque Munir ha vuelto a su tradicional costado izquierdo y ya es un equipo en 1-4-3-3. Curiosamente, después de las dos opciones locales, Lopetegui entiende que ahí no tiene tanta cabida Óscar Rodríguez y lo sustituye por el todocampista Joan Jordán.

Con En-Nesyri e Idrissi, junto a Óliver Torres, el Sevilla tuvo velocidad en la recta final

Los blancos están sufriendo más de la cuenta en esos momentos y hasta materializa el empate el Krasnodar en una llegada mal defendida, pues la pelota va siendo tocada de una banda a otra sin que haya ninguna pierna cerca de cortocircuitar esa combinación. Wanderson es el ejecutor material sin que Koundé pueda ser de nuevo el ángel de la guarda. Encima Escudero se lesiona de nuevo y todo se tiene que recomponer con Rekik en el lateral izquierdo.

Ocurre que este Sevilla es capaz de recomponerse de una y de mil formas. Entra Óliver Torres por un Rakitic al que le empezaban a pesar las piernas y los blancos, pese a algunos errores puntuales del extremeño, van saliendo cada vez más de la cueva con contragolpes veloces y bien llevados, algo que se agudiza con el ingreso de Idrissi y En-Nesyri para poner en liza una tripleta arriba que sólo la FIFA impide que pueda ser alineada al completo por Marruecos.

Y el Sevilla ya avisa no una vez sino dos o tres de que está cerca de llevarse el triunfo a pesar de que el empate le asegura el pase. Munir, Idrissi, Óliver Torres, En-Nesyri, todos se quedan en el uy hasta que Munir demuestra que tiene el gol en su adn. El Sevilla no sólo se había clasificado, también había ganado el partido, el dinero por el premio y muchas cosas más que son intangibles.

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