Sevilla FC | El liderato en juego

El término medio que anhela Pablo Machín

  • El Sevilla necesitará su mejor versión, la de la primera parte ante el Real Madrid, con presión alta y agresividad, para hacer daño a un Barcelona con dudas atrás

  • La ejecución conservadora de la Supercopa de Tánger no le bastó, aunque puso en aprietos al Barça

Pablo Machín da órdenes junto a su segundo técnico, Jordi Guerrero.

Pablo Machín da órdenes junto a su segundo técnico, Jordi Guerrero. / Víctor Rodríguez

Con mimo, con tiempo, con margen para el laboratorio y la reflexión, Pablo Machín prepara el complicado asalto del Sevilla al Camp Nou. El liderato está en juego y la dificilísima empresa merece todos los esfuerzos previos, aunque posteriormente lo más normal es que todo se frustre ante un Barcelona que lleva cuatro partidos sin ganar y que tiene a Messi rumiando esa situación lejos de las distracciones de los partidos internacionales. Pero igual que no hay que vender la piel del oso antes de cazarlo tampoco se debe ir al Camp Nou como un cordero al ara del sacrificio. Para evitar esto, es fundamental preparar un buen plan táctico y estratégico que pasa por encontrar el término medio. Una versión que sea la mezcla perfecta entre la forma en que apabulló al Real Madrid en la primera mitad y el repliegue coordinado, en pocos metros, de la segunda mitad. Claro que no es lo mismo jugar en el Ramón Sánchez-Pizjuán que en el Camp Nou ante el Barcelona. Y eso es clave.

En las dos últimas salidas ligueras el Sevilla mostró dos versiones bien distintas. Y ninguna de las dos podría valer a Pablo Machín para hacerle daño de verdad al Barcelona. Ni el cuerpo a cuerpo que mantuvo con el Levante hasta que Vaclik decantó el partido parando un penalti, ni el cerrojazo de Ipurua, con ese fútbol taimado de repliegue intensivo y escasas pero letales salidas que tumbaron al Eibar. El Barcelona no es ni el Levante ni el Eibar. En el cuerpo a cuerpo lo normal es que aproveche mejor sus oportunidades si se le conceden espacios a Messi. Y un cerrojazo como el de Ipurua no garantiza sino que más tarde o más temprano el acoso y derribo azulgrana termine venciendo la resistencia sevillista. Por eso, Pablo Machín debe buscar ese término medio.

El plan de la Supercopa

Hay un precedente claro que puede servir para valorar lo que puede tener en mente Pablo Machín mientras prepara con mimo la gran cita de este sábado: la Supercopa de España disputada en Tánger. Allí, en terreno neutral, el técnico soriano esbozó un plan que casi le sale bien. Se adelantó en el marcador, los dos goles del Barcelona llegaron por sendas faltas mal defendidas, el 1-1 por poca atención en el rechace y el 2-1 por el tiempo que tuvo Dembele para conducir cómodamente antes de soltar su obús a la escuadra. Y tuvo llegada. Sarabia se topó con Ter Stegen, Franco Vázquez mandó un cabezazo a la madera y otro chut fuera por poco, Jesús Navas envió un zurdazo de volea a las manos de Ter Stegen en una inmejorable dejada de Andre Silva... Y Ben Yedder tiró horriblemente un penalti sobre la bocina que habría significado la prórroga y quién sabe qué.

En la lectura positiva de aquel plan, Pablo Machín logró corregir algunos defectos de su sistema defensivo, los huecos a las espaldas de los carrileros, y consiguió que su equipo saliera poco, pero con profundidad, sobre todo a raíz de la entrada en el campo de Andre Silva, más tarde acompañado por Ben Yedder. En lo negativo, que Banega y Roque Mesa no lograron casi nunca pasar la barrera de la presión adelantada del Barcelona; Sarabia y Franco Vázquez, aún actuando como atacantes de banda en el 3-4-3, estaban demasiado descolgados y al Sevilla le faltó más presencia en el campo contrario y menos sufrimiento en el campo propio.

El Sevilla actual es distinto, desde la misma configuración del dibujo sobre el campo hasta la elección de piezas. Con el 3-5-2 actual, el Sevilla ha mostrado más y mejor juego interior, gracias a esa nueva ubicación de Sarabia y Franco Vázquez como volantes por dentro escoltando a un único medio centro, Banega. También más seguridad defensiva, con una defensa que se beneficia del trabajo de una medular mejor escalonada, y de la evolución positiva de Sergi Gómez, Arana, el redivivo Carriço... Y sobre todo

este Sevilla está demostrando más llegada y más pegada, gracias a la creatividad de su mediocampo y al olfato y el juego entre líneas del dúo que forman Ben Yedder y Andre Silva.

El plan ante el Madrid

La mejor versión de este Sevilla con más cohesión en las líneas, mejor juego interior y más profundidad y pegada se vio ante el Real Madrid. En una primera parte excelsa, la presión alta, con muchos hombres en el campo contrario hostigando la salida del balón de la zaga merengue, propició robos adelantados, numerosas llegadas y tres goles. En la segunda mitad, en cambio, el Sevilla acentuó un repliegue intensivo con las líneas escalonadas en pocos metros para no dejar maniobrar al Madrid, con ayudas y coberturas constantes. La primera parte podría ser la vía para aprovechar las dudas de la zaga azulgrana.

La segunda parte es el camino para evitar la conexión de Messi con Luis Suárez y Coutinho. El término medio, ni la presión alta a tumba abierta, ni el repliegue intensivo. Y que la suerte acompañe, claro, no hay otra forma de hacerle daño al poderosísimo Barcelona del mayor astro del fútbol.

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