El pasado martes 30 de noviembre se produjo en el Centro de Mediación, Arbitraje y Conciliación (CMAC) la reunión entre el Sevilla y Joris Gnagnon para intentar llegar a un acuerdo después de la demanda ante el Juzgado de lo Social que interpuso el futbolista contra el club por su despido. No hubo acuerdo. Es decir, habrá pleito.

El Sevilla despidió a finales de septiembre a Gnagnon por falta de profesionalidad, ante lo que el club entendió como reincidencia indisciplinaria respecto a las pautas de dietas y peso que rigen en el primer equipo para una dedicación como es la alta competición futbolística. El futbolista presentó una demanda contra este despido, mientras que negociaba su fichaje por el Saint Etienne, ya como agente libre.

El central francés incluso pasó ya el reconocimiento médico el pasado viernes 26 de noviembre en el club del Departamento del Loira. De hecho, en la página especializada en mercado Transfermarkt ya consta como fichado por el Saint Etienne a partir del 1 de enero de 2022.

Aún no ha sido oficializado su fichaje por el club galo, aunque esto no tiene nada que ver con la demanda en curso del jugador contra el Sevilla, al que le reclama unas cantidades por ese despido al considerarlo improcedente.

El futbolista, de complexión fuerte, aducirá seguramente que no ha faltado al trabajo diario en la ciudad deportiva hasta que fue despedido por el club, y el Sevilla, en cambio, aduce que no ha cumplido con las pautas marcadas por el cuerpo técnico y los nutricionistas, que le implementaron un estricto régimen para bajar su evidente sobrepeso que el futbolista.

El juicio en lo Social por la demanda de Gnagnon tardará en iniciarse y podría no darse hasta dentro de dos o tres años, es posible que no antes de 2024.

Gnagnon firmó por el Sevilla en el verano de 2018, cuando llegó procedente del Rennes por 13,5 millones de euros. Tras un primer año irregular, con algún partido brillante como el Sevilla-Atlético de Madrid, fue cedido en 2019 a su club de origen, después de que Julen Lopetegui lo probase en aquella pretemporada, cuando fue expulsado por una patada alevosa en el amistoso Sevilla-Liverpool. 

En la temporada 19-20 Gnagnon estuvo seis meses sin competir, al suspenderse la Ligue 1 por el Covid-19 desde marzo y caer también eliminado en la fase de grupos el Rennes. Cuando regresó a la disciplina del Sevilla se presentó ante Lopetegui en un estado que no correspondía a un futbolista de alta competición, aunque fue inscrito en LaLiga: apenas jugó un rato en la primera ronda copera, evidenciando su falta de forma. 

En la pretemporada de 2021, volvió a presentarse y el club entendió que volvió a faltar a esas pautas de régimen alimenticio y estado físico, lo que provocó que el Sevilla lo despidiera en septiembre, después de haber estado en una situación extraña: no fue inscrito en LaLiga, al igual que Amadou, y se ejercitaba en la ciudad deportiva, pero, también como su compatriota, no participaba en los entrenamientos grupales específicos de preparación de los partidos. Hasta que fue despedido por falta de profesionalidad a finales de septiembre.