Almeyda, el entrenador de la "reconstrucción" del Sevilla

El Sevilla mantiene, de momento, una posición más pasiva en el mercado a la espera de alguna venta en un verano en el que será clave el entendimiento entre el director deportivo y el técnico

Pepe Castro acompaña a Matías Almeyda en el entrenamiento del Sevilla

El técnico argentino Matías Almeyda dialoga con Alfon, fichaje sevillista. / Juan Carlos Muñoz

“Reconstrucción” y “año de transición” han sido las expresiones con las que José María del Nido Carrasco, presidente del Sevilla, se ha referido recientemente a la temporada 2025-26, en la que el conjunto nervionense trata de reverdecer viejos laureles tras dos campañas en las que ha tenido que mirar más hacia abajo en la liga que para arriba. Por eso extraña que el máximo dirigente blaquirrojo hable de “año de transición”, según palabras de Suso en su presentación con el Cádiz cuando aseguró el rector hispalense le pidió que siguiera una campaña más, ya que el club necesita retomar el paso ganador más pronto que tarde, ya que la mejora deportiva conllevaría la necesaria mejora económica.

Y viceversa, claro. El problema es que con el límite salarial muy sobrepasado, lejos de la famosa regla 1:1 para fichar y contratos muy altos todavía de jugadores que o no cuentan o han tenido poco protagonismo, parece que cualquier opción de levantar el vuelo pasa por el acierto del director deportivo, Antonio Cordón.

Y su primera decisión fue la contratación de Matías Almeyda. Primera elección, aunque sobre la mesa estuvo el nombre de Imanol Alguacil, pero el extremeño tenía clara su apuesta y que el entrenador de la “reconstrucción” era el argentino.

Almeyda llegó al Sevilla con algo fundamental en estas situaciones complicadas: ilusión. Su mensaje desde primer ahora ha sido claro: “unión” del grupo y tranajo, mucho trabajo para suplir otras carencias que pueda haber en lo deportivo. Y las habrá. Porque el conjunto nervionense afronta un mercado estival difícil por la delicada situación económica, lo que impide realizar movimientos de entradas sin antes cerrar alguna salida con la que hacer caja. El sevilla ya ha rechazado dos propuestas del Nápoles por Juanlu, a la espera de que la oferta alcance los 20 millones o la inclusión de algún futbolista interesante en la operación acabe por convencer a la entidad andaluza. Lukébakio y Badé son otros jugadores con el cartel de transferibles para mejorar las cuentas, pero no hay ofertas en firme aún. Y es que la posición de debilidad del Sevilla en el mercado le hace negociar en una posición delicada, con la justa capacidad para apretar.

Y en lo que vende y no, Cordón rastrea el mercado de jugadores sin contrato y posibles cesiones para reforzar una plantilla con necesidades en todas sus líneas y a la que, de momento, sólo ha llegado, como agente libre, Alfon, la última incorporación con la firma de Víctor Orta.

A esa fórmula se suman otras variables en la ecuación: sueldo y competitividad. El equipo no juega competición europea y muchos futbolistas miran esa situación, mientras que en el caso de los jugadores sin equipo estos buscan, además de la prima de fichaje, un buen salario pese a que algunos puedan estar ya en la curva descendente de su carrera.

El acierto de Cordón es fundamental para la “reconstrucción” en un “año de transición” en el que la mano de Matías Almeyda será fundamental para hacer un equipo competitivo. Del entendimiento entre el director deportivo y el técnico depende, en buena medida, el futuro inmediato de un club que después de dos malas campañas una inestabilidad social latente necesita que las cosas funcionen sobre el césped para no complicar todavía más el panorama. Con algo más de un mes por delante anyes del inicio liguero, sí parece claro que el sprint final en agosto cuando el mercado esté a punto de cerrar será clave en un Sevilla que ahora mismo tiene poca capacidad de movimiento y mantiene una posición de espera mientras concreta antes alguna venta.

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