El Espanyol, refugio de dos mitos de la cantera del Sevilla

Francisco y Reyes, dos cimas del criadero nervionense, tuvieron que continuar sus carreras en el club barcelonés al salir por la puerta de atrás tras declinar su protagonismo

El partido será un tributo para el fallecido Xabier Azkargorta

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Francisco se abraza al histórico delegado del Espanyol José María Calzón en el Dorsal de Leyenda 2022.
Francisco se abraza al histórico delegado del Espanyol José María Calzón en el Dorsal de Leyenda 2022. / Antonio Pizarro

El Sevilla siempre ha presumido de su cantera. Desde hace años, la ciudad deportiva luce un cartel con la rimbombante proclama de “aquí se forman campeones del mundo” que se apoya en las fotos de Sergio Ramos, Carlos Marchena y Jesús Navas... En el vestuario del Ramón Sánchez-Pizjuán siempre están presentes dos efigies de los dos canteranos eternos que perdieron la vida antes de tiempo, los malogrados Antonio Puerta y José Antonio Reyes. Pero no siempre trató bien a sus canteranos. Hasta tal punto de que dos de sus más significados y carismáticos representantes, Francisco y el propio Reyes nada menos, tuvieron que hacer las maletas saliendo por la puerta de atrás. El Espanyol fue el refugio obligado de ambos.

El partido del lunes en Cornellá será un buen momento para recordar también a otro profesional del fútbol que fue puente entre Sevilla y Espanyol, el recién fallecido Xabier Azkargorta a los 72 años el pasado 14 de noviembre. El guipuzcoano (Azpeitia, 1953) debutó en Primera División de la mano del Espanyol, en 1983. Siete años después arribó al Sevilla, al que dirigió entre 1987 y 1989, coincidiendo con las dos penúltimas temporadas de Francisco, Francisco López Alfaro. El ex internacional español se tuvo que ir a la siguiente temporada... al Espanyol.

El club barcelonés acogió en 1990 a Francisco, XIII Dorsal de Leyenda del Sevilla, tras un desencuentro con Luis Cuervas, que aprovechó su ostracismo en parte de la temporada 1989-90 con Vicente Cantatore para mostrarle la salida. Fue traspasado al Espanyol por 50 millones de pesetas. Hasta la irrupción de Jesús Navas, fue el sevillista más internacional, y el líder de la selección subcampeona en la Eurocopa de Francia en 1984. Representó al Sevilla en el Mundial de México 1986.

Reyes es levantado a hombros con la Europa League de Basilea 2016.
Reyes es levantado a hombros con la Europa League de Basilea 2016. / Antonio Pizarro

En 2016 cogió el mismo rumbo Reyes, quien se fue entre lágrimas de nuevo, no tan descarnadas como cuando lo traspasó José María del Nido en enero de 2004 al Arsenal. En aquella primavera triunfal tras la Europa League de Basilea, el club que presidía José Castro con Monchi al timón deportivo rechazó su renovación. Y firmó por el Espanyol, donde ya era recordado como un mito Francisco, que colgó las botas como periquito en 1997 dejando una enorme huella humana y futbolística. Aunque su deseo habría sido permanecer en el Sevilla del que fue líder natural en casi toda la década de los 80.

Como Reyes, que escribió en su segundo adiós una dolorosa carta tras irse del club de sus amores con el consuelo de haber levantado no uno, sino tres títulos europeos, el último de capitán contra el Liverpool. La publicó el club el 1 de junio de 2016... justo tres años antes de su fatídico accidente: "Hoy mi intención era continuar en esta gran familia y terminar mi carrera en el mismo lugar donde la comencé. Muy a mi pesar no me queda otra opción que la de marcharme de nuevo. Vuelvo a irme entre lágrimas y quiero que me recordéis como alguien que luchó hasta el final por nuestro escudo", escribió.

Las historias de Francisco y Reyes, tan distintos en su genio futbolístico, clase y elegancia el primero, duende y electricidad el segundo, son diferentes. Pero ambos, al margen de su proverbial y única visión de juego, coinciden en una cosaque delata ese irregular trato del Sevilla hacia sus leyendas, hacia dos de sus más insignes y cualificados canteranos, a los que no arropó cuando perdieron protagonismo. Este verano, Francisco fue invitado a prejubilarse: el Sevilla no le encontró un hueco a su significado embajador a nivel nacional, como se comprobó cuando recibió el 1 de junio -justo tres años después de la muerte de Reyes...- el XIII Dorsal de Leyenda.

"El 10 en la Selección era indiscutible, sabíamos que teníamos que jugar a tu alrededor", dijo Míchel en aquel emotivo Dorsal de Leyenda. "Eras moderno, atemporal, un jugador que hoy podría jugar en este Sevilla de tantos éxitos. No se les escaparía a Monchi y al presidente", añadió el madridista. Pero lo dejaron escapar como a Reyes. Cosas de este Sevilla que tanto presume de cantera...

El puente eterno y luctuoso que tendieron Puerta y Jarque

Al margen de Manolo Zúñiga, que hizo el camino inverso de Reyes y Francisco, con el que coincidió como sevillista entre 1988 y 1990, entre el Sevilla y el Espanyol siempre habrá un puente luctuoso y emotivo en el recuerdo de Antonio Puerta y Dani Jarque. El sevillista murió con 22 años el 28 de agosto de 2007 tras desvanecerse tres días antes en el partido Sevilla-Getafe. Y el espanyolista murió con 26 años en Florencia, en la habitación de su hotel, durante la pretemporada de su equipo el 8 de agosto de 2009 en Florencia. Los minutos 16 y 21 sirven para que la hinchada periquita recuerden a ambos, como también se hace en Nervión en recuerdo de los dos malogrados canteranos de Sevilla y Espanyol.

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