Sevilla FC

"Lo mejor está por llegar"

José María del Nido, en una Junta General de Accionistas.

José María del Nido, en una Junta General de Accionistas. / Antonio Pizarro

Desde el jueves está el patio sevillista revuelto, pero muy revuelto, al conocerse las intenciones del ex presidente José María del Nido Benavente para volver –pero ya- a tomar el control de la sociedad. Tiemblan unos, se mueven otros, habrá quien se frote las manos… mientras la mayoría se pregunta por qué ahora, qué necesidad tenía el letrado sevillano de remover precisamente la mierda (o la miel, casi mejor dicho) cuando el equipo acaba de lograr una de sus únicas cinco clasificaciones para la Champions vía posición en la Liga y está a punto de emprender un camino en Europa que puede llevarlo de nuevo a la gloria de otro título.

Quien conoce bien a Del Nido lo ha podido reconocer sin lugar a dudas en ese vídeo que circula prometiendo consejeros en un chiringuito de playa. Su manera de hablar, esa seguridad en cada afirmación… en la oratoria siempre tuvo uno de sus puntos fuertes, arte que desde la antigua Grecia, desde los precursores incluso de Sócrates y su discípulo Platón, se cultivó con la única razón del maravilloso y mágico efecto que surte bien aliada con el poder.

A Del Nido en estos días le basta con sentir el feedback que ha provocado su órdago. Se alimenta, y engorda su ego, recibiendo tanto muestras de apoyo por un lado como recomendaciones más conservadoras por otro y, cómo no, esas peticiones veladas, disfrazadas de ofrecimiento y lealtad pensando en un futuro y en la certeza de que nada se gana perdiendo la confianza de quien siempre fue de triunfador y tiene argumentos accionariales para conseguir tarde o temprano su objetivo.

“Lo mejor está por llegar”, es la frase que Del Nido hizo célebre antes incluso que ningún título cayese en manos sevillistas y la que repite ahora, con aire de socarronería, en las relaciones con sus adeptos. El ex presidente está convencido de que con él el Sevilla daría el paso definitivo para volver a igualarse en España con el Real Madrid y el Barcelona, como en 2007 y esa Liga que rozó el equipo de Juande Ramos. Nunca dejó de pensar que poco antes de dejar a la fuerza la presidencia, el Sevilla mantenía un pulso entre iguales con el Atlético de Madrid y que la lucha por un reparto televisivo justo la inició él enfrentándose, mientras lo tachaban de loco, a los peces gordos del fútbol español. Y no falta a la verdad con ello. Piensa que con él los colchoneros no doblarían hoy el presupuesto del Sevilla y no tiene ninguna duda que si accediera de nuevo a la presidencia el club comenzaría a ser tomado con muchísimo más respeto de lo que se hace ahora en Madrid en foros en los que hay que enseñar los dientes como LaLiga o la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).

Presume de su amistad y a la vez relación de “igual a igual” con Florentino Pérez, de la familiaridad que adquirió en sus relaciones con Laporta, a quien cariñosamente decía “La Puerta” y a quien considera con muchísimo más fuerza y carisma que Bartomeu.

Reenvía en sus círculos las bromas, memes… que recibe relacionadas con su figura o la de sus enemigos y disfruta con ello, como una semblanza estos días que ensalza su carisma y liderazgo publicada en el blog de la peña sevillista de Arcos de la Frontera.

Después de haber pasado por prisión, piensa que no tiene nada que perder hasta el punto de presuntamente acabar ‘políticamente’ con su propio hijo. El Sevilla y volver a ocupar ese sillón es su único motor y más tras asistir al éxito de alguien que es algo más que uña y carne como Vizcaíno en el Cádiz. Desliza que controla 43.000 acciones y que Castro y sus socios 34.000. Lanza el órdago y se sienta a ver la reacción que produce, cómo responden los medios de comunicación y los que le volvieron la cara en su momento. Puede que calme las aguas ahora y que reaparezca dentro de unos meses o puede que no. Es… Del Nido en estado puro.

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