Desde mi córner

El penaltito que quebró una larga racha

  • El Sevilla no mereció perder en Pamplona un partido que siempre estuvo muy igualado

CON un penaltito de esos que ha prometido erradicar Medina Cantalejo, el Sevilla salió de vacío de un rodeo que le era favorable desde hace un decenio. Hasta ese penalti de Papu Gómez que únicamente vio Del Cerro Grande, todo había discurrido bajo una igualdad que ponía muy complicado el pronóstico. Dos equipos yendo de frente con más ardor que juego y una decisión arbitral discutible le privó al Sevilla empezar puntuando.

El arranque es como de dibujos animados con dos equipos desatados, más Osasuna que Sevilla, para que se sucedan las ocasiones y se llegue con empate a uno a los diez minutos de carreras. Chimy Avila y Rafa Mir han dejado bien claras sus cartas credenciales de depredadores en área ajena, pero esa iniciativa pamplonica va a cortocircuitarla el Sevilla merced a una buena labor en el centro del campo y la verdad es que estamos ante un pleito interesante.

Muy alto ritmo para estar en el inicio de curso y puede ponerse por delante el Sevilla en un tiro lejano y raso de Delaney al poste. La suerte no está echada, pues ambos van abiertamente por el partido. Y al descanso es complicado apostar con claridad por ninguno de los dos, ya que la igualdad ha estado a flor de hierba; claro que lógicamente debe influir el mayor peso específico de la tropa de Lopetegui, muy superior a lo que sustenta al aguerrido equipo de Arrasate.

Tras el intermedio, un más de lo mismo. Con más empaque el Sevilla, Osasuna iba a cada balón como si fuera el último de su vida y en una de esas embestidas surge la jugada que va a decidirlo todo. Es un penaltito sin duda alguna y demasiado recientes están las palabras del jefe de los árbitros para entenderlo. Aimar lo convirtió y el Sevilla sale del Sadar frustrado por una larga racha que se quebró, pero las sensaciones que da el equipo son positivas.

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