La ciudad y los días
Carlos Colón
Montero, Sánchez y el “vecino” Ábalos
Nombres propios
Nueva decepción para todos los sevillistas que habían llegado a esperanzarse con la imagen ofrecida por los suyos para ganarle al Alavés en Vitoria. Almeyda hizo una alineación que dejó a todos boquiabiertos y la verdad es que después de finalizar el encuentro cabe preguntarse por las razones que tendría para ello.
El colmo de la actuación del delantero centro fue la foto que ilustra este nombre propio. El intento de remate de tacón con toda la portería para él fue el remate de los tomates, porque era una ocasión clarísima para haber empatado el partido. Pero no fue sólo eso, mide más de 1,90 y parece que encoge la cabeza para rematar y ni siquiera le da al balón cuando le viene lateral.
No es que el Sevilla de la contemperaneidad sea el de hace bien poco, pero ni siquiera a este nivel puede ser ya el serbio titular en una alineación. No llega casi nunca para cortar el balón y el más claro ejemplo fue la jugada del 0-1. Lo pilla en la banda y deja controlar y centrar a Cardona.
El Sevilla no había perdido antes el partido por la actuación del guardameta griego. Le hizo un paradón increíble con la pierna a Oluwaseyi antes del 0-1 y después le sacó una mano prodigiosa a Pépé en la jugada del regalo y la lesión de Nianzou. Pero no puede hacer milagros.
Tiene calidad para jugar a la pelota, pero cada vez cuesta más trabajo catalogarlo como futbolista. Su nivel físico siempre aparece como una rémora imposible de superar, pues se lesiona con tanta facilidad... Perdió la pelota y bastó con que intentara recuperar para que se rompiera.
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