Valencia - Sevilla

La previa: Un dulce bálsamo a mano

Diego Carlos y Fernando bajan del autobús antes de volar a Valencia.

Diego Carlos y Fernando bajan del autobús antes de volar a Valencia. / Juan Carlos Muñoz

Bien pronto se le aparece al Sevilla en el camino una posibilidad de endulzar la hiel que todavía se le agarra al gaznate de la ácida derrota en el derbi copero. El mermado grupo de profesionales que dirige Julen Lopetegui tiene una nueva parada en su durísima trayectoria competitiva que está atravesando esta temporada por el continuo cúmulo de bajas de distinto pelaje. Y se trata de una parada de alcurnia, Mestalla, nada menos, donde lo espera un irregular Valencia.

El avispero en el que se ha convertido el estadio valencianista aguarda al Sevilla con un caramelo en sus entrañas, un dulce bálsamo para cicatrizar la herida abierta por la eliminación copera, de forma tan traumática por todo lo que la rodeó. Porque si el Sevilla logra salir victorioso del siempre complicadísimo coliseo de Mestalla se situará a dos puntos del liderato. Y a eso debe agarrarse una tropa que recupera a uno de sus soldados, usando el mismo símil que Lopetegui, más avezados para esta misión. Fernando se incorporó a la expedición sevillista y su presencia en el grupo que partió ayer por la tarde hacia la capital levantina fue motivo de alegría general.

La pizarra. La pizarra.

La pizarra. / Infografía / E. F.

En cambio, Lopetegui tiene más que difícil que se una hoy mismo Dmitrovic. “Depende del bichito, cuándo se va o hasta cuándo se queda”, dijo el técnico de forma muy gráfica. Y quien no estará será Koundé, cuya forzada reaparición en la reanudación del derbi de poco sirvió, más allá de la posibilidad de que se haya resentido del golpetazo que sufrió ante el Getafe.

Como ya es costumbre en este Sevilla, no hay ni convocatoria ni parte médico, por esa estrategia de la que se hace responsable Monchi de esconder hasta ultimísima hora toda pista que pueda facilitar la tarea al contrincante, que en este caso no es un cualquiera. En Mestalla aguarda un Valencia muy irregular que está obligado a ganar para seguir intentando asomarse a las posiciones europeas, desde ese décimo puesto en el que se haya en estos momentos, después de las dos derrotas seguidas, en el Santiago Bernabéu –con polémica de VAR de inicio, aquel penalti a Casemiro que abrió el marcador– y ante el Espanyol.

Lo que otrora habría sido un duelo directo entre dos históricos de la Liga, por los puestos europeos o de Champions, depara un clásico algo depauperado por el momento del anfitrión. A Bordalás le cuesta darle regularidad a un Valencia cuya afición se divide entre estar pendiente de que el equipo resucite, cosa que hace de forma guadianesca entre impulsos y depresiones, y el estado de cosas de la institución que sigue dirigiendo con puño firme Peter Lim. Así, Mestalla es como una moneda al aire... Puede ser un avispero cuyo aguijoneo vaya en una u otra dirección en cualquier momento.

El partido se presenta de este modo con dos heridos frente a frente, aunque el Sevilla se agarra a cierto rol de favorito que le da su primacía como único equipo que está siendo capaz de seguir la estela infalible del Real Madrid. El hecho de que el líder no juegue en esta jornada intersemanal la Liga, y sí la Copa, le da ese aliciente en forma de nutriente zanahoria al Sevilla, que debe asirla, eso sí, con los dientes apretados para que no se le resbale y vuelva a aparecer esa ácida hiel que dejó la Copa.

A dos puntos se puede colocar el Sevilla de Lopetegui si gana esta noche en Mestalla, una tarea complicadísima que llevaría aparejada otra cuenta clasificatoria que no debe desdeñarse, en absoluto. Ya que Atlético, Real Sociedad y Barcelona también juegan la Copa, los de Lopetegui tienen a su alcance dejar a cuarto, quinto y sexto clasificados, los rivales más directos además del Betis por su objetivo Champions a 14 puntos, en el caso de madrileños y donostiarras, y 15 puntos, en el caso de catalanes... Como para no apretar los dientes, juegue quien juegue.

Es difícil nuevamente dilucidar el once, partiendo desde la portería, a la que podría volver después de mucho tiempo Javi Díaz, que precisamente debutó con el primer equipo en un Sevilla-Valencia de 2019. El estado de los futbolistas, el cansancio acumulado, el Covid... Son muchos condicionantes. Pero ante este nuevo obstáculo aparece ese dulce bálsamo liguero de acechar el liderato.

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