levante - sevilla | informe técnico

El reino del uno contra uno

  • La falta de plan táctico pone el foco en los laterales para defender y atacar

El Levante-SevillaFC, en imágenes

El Levante-SevillaFC, en imágenes / EFE

Es una de las peores cosas que le pueden decir a un entrenador, sinónimo de que no tiene trabajadas las ayudas, las coberturas, las vigilancias... en defensa; y de que no tiene ni pajolera idea de lo que es un apoyo, una descarga con desmarque, una pared, la figura del tercer hombre o un simple desdoblamiento en ataque. En el Sevilla todo es un uno contra uno. Para dedender, para el reto imposible de tratar de frenar un día a Messi y otro día a Morales, y para atacar, para esperar que Jesús Navas desborde y saque el centro mientras los demás aguardan rematar si el balón les llega con claridad.

Nada trabajado, todo previsible, un equipo al que se le caen las calzonas -literalmente- cuando el partido sobrepasa la hora de juego y futbolistas con sueldo de primer nivel, como Nolito, que no le ha podido sacar mejor rendimiento a un helado (el que se comió con Óscar Arias en verano) para arrastrarse indecentemente por todos los campos de la Liga, previo pago de 7 millones de traspaso.

El Sevilla ante el Levante, justo en el tramo que más gasolina necesita, se mostró de nuevo como un equipo fundido, física y psicológicamente, a mercer del rival.

FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía. FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía.

FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía.

Defensa

No hay una presión al juego de iniciación del rival, como en la final; tampoco tras pérdida. Con eso el Barça te pasa por encima en 15 minutos, el Levante necesita más, pero también te acaba superando.

Unos metros más atrás, Geis mantiene durante un tiempo el edificio, pues se emplea con brío, siendo el único que va al suelo, a la fricción... pero rápidamente se va quedando sin ayudas, hasta acabar hundiéndose en la segunda mitad, superado continuamente en superioridad numérica. Ello se reproduce en las bandas, donde Montella no tiene estruturadas, por ejemplo, las habituales vigilancias de los pivotes a la espalda de los laterales. Y éstos, uno de ellos sin serlo y otro en una temporada nefasta al no ver peligrar jamás su puesto (y eso que le trajeron hasta tres competidores, Carole, Arana y Layún), tampoco encuentran coberturas, ni ayudas por parte de los extremos. El resultado es que si a los laterales no les echan una mano ni los pivotes ni los extremos, se ven siempre con el extremo encarándolos. Siempre en situación (en el mejor de los casos) de uno contra uno. A menudo, superados en número.

Ataque

Como Carlos Fernández tiene más presencia física que Muriel o Ben Yedder (en apoyos, atraer rivales, aguantarla...), todo el eje central se desplaza hacia atrás. Vázquez no hace labor de seudodelantero, sino que es un mediapunta y Geis, como en Riazor, se mete entre los centrales para hacer defensa de tres en fase ofensiva.

Cuando las fuerzas fallan y Banega deja de unir líneas, todo se reduce a buscar situaciones de uno contra uno. Jesús Navas las busca, pero jamas las encuentra,

Virtudes

Poco que decir.

Talón de aquiles

Es todo un desastre.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios