El Sevilla acude a la oficina y cumple con su deber. Ficha con rigor y a tiempo, realiza de forma acertada su trabajo durante toda la jornada laboral, en este caso de apenas dos horas, y finalmente se merece la gratificación de sumar los tres puntos en juego. Así, de esa manera tan ascética y tan profesional, el conjunto nervionense puso la directa para su clasificación para la segunda fase de la Liga Europa al imponerse por un solitario gol de Chicharito Hernández, el segundo del mexicano en dos apariciones como titular. Es tan sencillo como eso, un partido menos en el cargado calendario del ejercicio 2019-20 y un triunfo más que agregar al haber de los blancos.

Es un resumen de lo visto en el Ramón Sánchez-Pizjuán en uno de esos compromisos en los que es sencillo salir con la cabeza en otro lado. Rival fácil, tres puntos ya en el casillero y, sobre todo, el Barcelona en lontananza para el próximo domingo. Así que la única cuestión era la correcta gestión de los recursos y a otra cosa mariposa. Aceptemos, pues, la frase de Lopetegui en las vísperas, se trataba de optimizar la participación de la plantilla y el entrenador vasco supo hacerlo a la perfección desde la misma confección del equipo inicial.

Nada de gastar más fuerzas de las necesarias y sí de permitir que todos los futbolistas puedan sentirse importantes dentro del roster. Así que dicho y hecho, nada más y nada menos que diez jugadores eran nuevos en el equipo inicial respecto al que afrontara la última contienda liguera contra la Real Sociedad. Sólo Koundé repetía y por la sencilla razón de que ahí, precisamente en el centro de la defensa, es donde está la única pieza lesionada de todo el elenco, Carriço en concreto.

Dentro de esa gestión de los futbolistas que tiene a su disposición destacaba incluso el debut de Bono en la portería, el estreno en este curso de Sergi Gómez en la zaga y hasta la irrupción de Rony Lopes por primera vez en una alineación inicial. Son pequeños detalles que van a servir para evidenciar que la segunda unidad de los nervionenses también cuenta con muchas virtudes y, sobre todo, le da de sobra para moverse por este Grupo A que las bolas del sorteo le asignaron para la primera fase de la Liga Europa. Enfrente estaba un APOEL que fue bastante inferior desde el saque de centro hasta los tres pitidos finales.

El Sevilla comenzó a moverse desde el principio bajo la batuta de Franco Vázquez, que era quien dirigía todos las operaciones con el apoyo de Joan Jordán y de Gudelj ya más en labores de cierre. El argentino, a su ritmo, sin aspavientos, pero dándole mucha velocidad e imaginación a la circulación del esférico, era el dueño y señor de la situación para que los suyos jugaran incluso con cierto gusto en los toques hacia un lado y hacia otro.

Las fotos del Sevilla-Apoel

Pero no se quedaba en eso el juego de los hombres de Lopetegui, también trataban de recuperar con prontitud la pelota tras las pérdidas para que la posesión arrojara cifras escandalosas a pesar que los blancos nunca se caracterizan por un fútbol horizontal y basado en sobar más de la cuenta la pelota.

Todo lo contrario, el objetivo inexcusable es tratar de imprimir velocidad en todos los desplazamientos del cuero para que el rival tenga que esforzarse mucho en sus basculaciones y acaben apareciendo los huecos. Hasta que se produjo uno y muy claro, además. Percutió Rony Lopes por la derecha para desordenar a toda la defensa, combinó con Chicharito y Franco Vázquez, el Mudo realizó la apertura hacia la izquierda y ahí Munir evidenció su maravilloso golpeo del balón. Pase rapidísimo y preciso para que el delantero centro mexicano se estrenara como goleador en el Ramón Sánchez-Pizjuán.

Pasaban apenas un par de minutos del cuarto de hora y el Sevilla ya estaba por delante en el marcador en esta Liga Europa que tan buenos réditos le ha dado durante el presente siglo. Si la situación de partida tras el cero a tres en Bakú ya era tranquila, con ese gol de Chicharito la placidez era aún mayor, pues se confirmaba plenamente la superioridad de los anfitriones.

Desde ahí el Sevilla aumentó más si cabe su control del juego y tenía incluso gusto en algunas de sus combinaciones, aparte de que los sevillistas pudieran evaluar directamente el nivel de algunas de las adquisiciones que apenas habían tenido participación hasta este segundo encuentro de la Liga Europa. Particularmente llamativa en ese sentido fue la participación de Rony Lopes, el fichaje más caro de la historia de la entidad si se hace caso a los números oficiales de la operación de venta de Ben Yedder. Rony, que estrenaba titularidad por la derecha, evidenció que también puede ser un buen aporte, aunque fuera de más a menos durante la noche. Tiene buen toque a pierna cambiada y también pique a la hora de dejar atrás a los rivales, como se vio en la jugada del tanto inicial de Chicharito.

Era uno de los apuntes que dejaba el choque durante el primer periodo, porque tras el intermedio ya todo sería un dejar pasar los minutos para que nada, absolutamente nada, llegara a suceder. Como sería la cosa que los treinta mil asistentes al coliseo nervionense se agarraron a la posibilidad de ver jugar por primera vez allí a Dabbur como único elemento de diversión.

El triunfo de los suyos jamás llegaría a estar en peligro y tampoco era necesario elevar el listón de las exigencias en una noche tan plácida. Las ocasiones de gol fueron poco nítidas, aunque el partido siempre se jugó en el campo de los chipriotas. Y salió Dabbur, fue jaleado como si fuera un proyecto de ídolo y el hombre hasta se mostró. Era lo único que quedaba en un día en el que el trabajo en la oficina fue eficaz, aunque sin brillo. Hasta la siguiente, pues...