Uno de cada cinco habitantes de los pueblos ha nacido en el extranjero
La inmigración tiene una tasa de riesgo de pobreza está en el 46%, mucho más alta que la media europea
El Gobierno sigue enviando a Sevilla a inmigrantes procedentes de Canarias
España va camino de convertirse en uno de los países más despoblados, en el ámbito rural, de toda Europa. Prueba de ello es el plan propuesto por la comisión Europea para apoyar a diferentes zonas de la península que la sufren. Además, el Observatorio Social de "La Caixa" ha elaborado unos informes que arrojan datos que corroboran esta problemática ya que el 10% de la población rural española ha nacido en el extranjero.
Algunos opinan que la crisis sanitaria provocada por el coronavirus ha podido ser una "oportunidad" para este tipo de cuestiones. La digitalización se ha desarrollado a marchas forzadas y las empresas han visto cómo se pueden realizar las labores profesionales desde los hogares de cualquier zona del territorio nacional. En este sentido, la evolución tecnológica ha podido llegar para quedarse, creando un nuevo marco cultural y social. Mientras tanto, las zonas con menos población de España salen a flote por una inmigración cuya tasa de riesgo de pobreza está en el 46%, muy superior al 18% del resto de países de la Unión Europea.
Inmigración, elixir de vida
Las causas más frecuentes y que afectan a comunidades como Asturias, Cantabria, Castilla y León y Galicia, son el envejecimiento de la población y el éxodo de los más jóvenes a las grandes urbes del viejo continente que ofrezcan más oportunidades profesionales. Por ello, los informes elaborados por el Observatorio Social de "La Caixa", corroboran que la inmigración juega un papel clave en la sostenibilidad y la renovación generacional de la España más rural.
El estudio, elaborado por Luis Camarero, de la UNED, y Rosario Sampedro, de la Universidad de Valladolid, no tiene dudas en afirmar que la población extranjera es necesaria para rejuvenecer y la preservar la actividad de los diferentes territorios afectados. Ese 10% de extranjeros del que habla el estudio, está comprendido entre edades que van de los 20 a los 39 años, por lo que son proclives a tener descendencia. Es más, las mujeres extranjeras tienen más hijos que las nacidas en España (1,5 hijos por mujer y las de origen español, 1,2).
Aun con dificultades, aparecen datos relativos al desarrollo de la inmigración, y esta está en plena difusión. Desde los enclaves rurales de las regiones litorales mediterráneas, hacia otras zonas del interior. Además, se ha ido abriendo a nuevos mercados laborales, por lo que son una pieza fundamental en el tejido empresarial. Por último, desechan el mito de la España clásica y abogan por una más multicultural, diversa y cosmopolita.
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