Harry, Claudia o Pedro: la Aemet anuncia la lista oficial de nombres para las borrascas de impacto 2025 - 2026

El objetivo de esta medida es la cooperación entre los Servicios Meteorológicos de diferentes países, al tiempo que se procura una comunicación más eficaz entre los organismos públicos y la sociedad

Una mujer camina con un paraguas durante el paso de la borrasca Konrad.
Una mujer camina con un paraguas durante el paso de la borrasca Konrad. / Juan Ayala

Septiembre no solo trae consigo la 'vuelta al cole', sino que es una época marcada por el cierre de ciclos y el inicio de nuevos comienzos, que van más allá de la inevitable vuelta a la rutina. En este sentido, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha anunciado en redes sociales la lista oficial de nombres que se asignarán a las borrascas de gran impacto durante la temporada 2025 - 2026. Pero ¿por qué se nombran estos fenómenos?

Este sistema entró en funcionamiento en el año 2017 y, desde entonces, su objetivo ha sido el de mejorar la comunicación del riesgo meteorológico. Así, los nombres "personalizan" un determinado episodio, haciendo que resulte más reconocible. "Las encuestas de Reino Unido e Irlanda demostraron que la población estaba más atenta a los avisos previstos de fenómenos meteorológicos adversos y a las recomendaciones de seguridad cuando la amenaza de viento fuerte estaba claramente identificada y asociada al nombre de la borrasca", explica la Aemet.

Nombres de las borrascas de impacto 2025 - 2026

Teniendo esto en cuenta, "una borrasca se nombrará, con carácter general, cuando se prevean condiciones que den lugar a la emisión de avisos de viento (en el caso de la Aemet, racha máxima) de nivel naranja o rojo asociados a dicha baja en alguno de los cinco países del Grupo Suroeste (España, Portugal, Francia, Bélgica, Luxemburgo y Andorra) y que se espere que puedan producir un gran impacto en varias zonas".

En el caso de la Aemet, estos avisos se darán cuando las rachas máximas previstas superen los 90, 100 y 110 km/h, dependiendo de cada espacio geográfico, tal y como indica el documento de Umbrales y niveles de alerta del Plan Meteoalerta. La elección de los nombres se hará siguiendo un orden alfabético en base a la lista ya establecida y, el primer servicio meteorológico en emitir un aviso de nivel naranja o rojo, nombrará a la borrasca de la siguiente manera:

  • A: Alice
  • B: Benjamín
  • C: Claudia
  • D: Davide
  • E: Emilia
  • F: Fracis
  • G: Goretti
  • H: Harry
  • I: Ingrid
  • J: Joseph
  • K: Kristin
  • L: Leonardo
  • M: Marta
  • N: Nils
  • O: Oriana
  • P: Pedro
  • R: Regina
  • S: Samuel
  • T: Therese
  • V: Vitor
  • W: Wilma

Borrascas más importantes de los últimos años

Además de favorecer la comunicación eficaz entre las instituciones públicas y la población, lo cierto es que nombrar una borrasca también "facilita la coordinación entre países", observa el portal especializado Eltiempo.es. "Se evita confusión y se refuerza la percepción del riesgo en medios de comunicación y redes sociales".

En este sentido, son varias las borrascas de años anteriores que actualmente forman parte del imaginario colectivo de la sociedad, por su importancia. Es el caso, por ejemplo, de la borrasca Filomena, que dejó tras de sí una nevada histórica en el centro peninsular; así como también Aitor, Berenice y Jara que, el pasado año 2024, provocaron importantes lluvias torrenciales e inundaciones.

En la mayoría de estos casos, el nombre facilitaba el alcance de la información considerablemente. Por lo tanto, en la novena temporada de esta iniciativa, incluida en el marco de EUMETNET, organización cuyo objetivo es asegurar la cooperación entre diferentes servicios meteorológicos, se busca la misma finalidad: reducir riesgos alrededor de estos fenómenos. De acuerdo con la Aemet, "una borrasca o depresión es un tipo de ciclón (término genérico donde se incluyen los huracanes, tifones, bajas polares, medicanes...) que transcurre por latitudes medias (...) y en los que el viento gira en sentido contrario a las agujas del reloj en el hemisferio norte". Asimismo, se da nombre a aquellas que, previsiblemente, podrían ocasionar daños, aunque no será necesario que experimenten un proceso de ciclogénesis explosiva.

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