Sueños jerezanos en Liverpool

¿Va a ganar Blanca Paloma? Así fue la profecía de Lola Flores sobre una victoria en Eurovisión

Blanca Paloma y sus bailaores en uno de los ensayos en Liverpool

Blanca Paloma y sus bailaores en uno de los ensayos en Liverpool

Esta noche Blanca Paloma va a hacer un gran papel en el Festival de Eurovisión. Tengan por seguro, siéntense en el sofá y disfruten en La 1 sobre las 21.45 de la actuación de España en Liverpool (a la 21.00 comienza el festival) con la nana por bulerías Eaea. A continuación, tras un par de minutos sobre Eurovisión Junior (se necesita tiempo para su puesta en escena) aparecerá la sueca Loreen, que parece predestinada a la victoria con Tattoo, Euphoria 2. ¿Va a ganar Suecia? Parece probable. Las cartas están marcadas desde que apareció el nombre de la que fue ganandora en 2012 pero quién sabe. Finlandia con Käärijä y Cha Cha Cha, tecno pegadizo, está llamado a disputarse el primer puesto. Y el televoto puede verse arrastrado por los sentimientos hacia Ucrania.

Pero entonces ¿va a ganar España el Festival de Eurovisión? Está garantizado un buen papel. Hay que disfrutar una noche más, tras lo de Chanel, que lluevan puntos. Sonará más de un "twelve points" para Blanca Paloma. España puede rozar casi con toda seguridad el Top 3. Ganar Eurovisión es más difícil: pero no imposible. Incluso tiene sus probabilidades. Calidad vocal, artística y escenográfica (hay que convencer a millones de espectadores) hay como para soñar. Por lo pronto, disfrutar. Imaginarse una victoria son ilusiones que no son descabelladas. Hay que vivir el momento, las casi cuatro horas de festival.

Por lo pronto una delegación con un tema de claro aire flamenco, aprovechando el buen influjo que ha dejado la estela de Rosalía, era una deuda pendiente de TVE consigo misma y hoy vamos a comprobar seguro que Lola Flores tenía razón cuando pronosticó el éxito del flamenco, de la esencia española, en Eurovisión.

Cuando Lola Flores tuvo este aire de profeta aún faltaban 5 años para que naciera la cantante que hoy va a representar a nuestro país...

Vamos a contextualizar aquella profecía de Lola Flores:

La clave. Otoño de 1984. Segunda Cadena (sólo se pueden ver dos canales en España salvo Cataluña y el País Vasco). El share puede ser del 30%, lo que hoy día no hace nadie. 

En un espacio de debates profundos y eruditos para el espectador era casi una excentricidad que el recientemente José Luis Balbín llevara al plató a estrellas de la copla como Marifé de Triana, Antoñita Moreno, Juanito Valderrama, Paquita Rico y Lola Flores para hablar, tras el título Qué sabe nadie, de lo que había sido la copla en España, junto a Manuel Vázquez Montalbán y el poeta José Luis Ullán que durante dos años precisamente había sido comentarista de Eurovisión. Ullán fue precisamente quien narró el cero puntos de Remedios Amaya. Todos los participantes de aquel debate de La clave, por cierto, han fallecido. Y sí, es en este programa donde también Lola Flores dijo que quería que "en la caja me la metan... la bata de cola". Una frase resuelta con ingenio y desparpajo jerezano que ha pasado a la posteridad.

 En el fondo lo que quería tratar La Clave en aquella noche era el examen de la copla con canciones asociadas a una época y si estaba tan desfasada como el propio tiempo al que la memoria unía.

¿Qué futuro tenía la copla y el flamenco? ¿Tendrían futuro las folclóricas? ¿Lo racial, lo español en lo artístico, podría quedarse relacionado con la derecha nostálgica? ¿Podría alguien cantando por flamenco hacer un buen papel en Eurovisión?

Vázquez Montalbán hablaba de la copla, que tanto admiraba y había analizado, como "un género que se estaba muriendo" porque "no había canciones a la altura" de otro tiempo, tiempos de un nacionalismo español artificial.

Pero Lola Flores, que arrambló al resto de contertulios con su temperamento aquella noche (estaba enfadada con Montalbán), lo tenía clarísimo y aprovechaba el ejemplo de Eurovisión como oportunidad para levantar la copla y al flamenco ante el mundo en esos instantes.

Ullán barajaba la rápida decadencia de todas las canciones de melodías simplonas. Las canciones de Eurovisión pasaban tan desapercibidas ya por la gente que no quedarían en la "memoria auditiva". No atinó en esa apreciación. De hecho, 40 años después está más vigente que nunca el Quién maneja mi barca con el que Remedios Amaya acudió con triste resultado pero con valiosa aparición en Munich.

"Ahora llegan muchos artistas pero al año terminan", añadía con retintín Lola sobre la efervescencia pero a la vez desgaste rápido de los intérpretes en la España de la Movida de principios de los 80.

Al hablar José Miguel Ullán de Eurovisión, la jerezana se alzó desafiante. Por supuesto que Eurovisión era un acontecimiento de canciones memorables, pero había que llevar un tema idóneo "y representativo de cada país". De España, la copla, el flamenco, como va a sucederá ahora, en 2023, con Blanca Paloma y Eaea.

"Que manden a Rocío Jurado a Eurovisión a ver si no queda primera o segunda". El último puesto de Remedios Amaya impidió que durante años se planteara una posibilidad  así.

Lola era una convencida de lo que defienden los eurofans españoles con la cantante d eElche: Blanca Paloma con sus bulerías de Eaea, tan tradicionales, tan innovadoras, está en condiciones de asombrar a todo el continente. Lo que le faltaba al flamenco era una puesta en escena espectacular y contemporánea.

El programa de 'La clave' dedicado a la copla, 'Qué sabe nadie'. TVE, 1984

(En el vídeo está el programa completo sin editar. El momento eurovisivo va en las 2 horas y 6 minutos)

Y así opinaba Lola Flores: "Yo porque no mando en este país, pero a mí me gustaría nada más que por hacer la prueba que mandaran a una que cantara una canción española a Eurovisión. Verás como no quedaba en  la cola. Una intérprete y una canción de España, una canción de nosotros, como cantan las mejicanas y los mejicanos y como cantan con los tangos los argentinos...".

"Eso es verdad", asiente Valderrama.

"¿Tú te ofrecerías para el año que viene?", preguntaba Ullán a Lola y se le atisba cierta malicia.

"Yo no (tajante) porque no soy una buena cantante. Pero hay muy buenas cantantes, que se pueda cantar una canción de España. Que manden a Rocío Jurado. A ver cómo se quedan, a ver si no sale la primera o la segunda. Pero si mandan a cuatro, o manda a cinco, cantando unas cosas que igual las cantan en Italia, en Suiza y en Alemania. Pues, amigo mío, ¿esa qué representación de España es? Por lo menos que lo intenten".

"¿Y el intento con Remedios Amaya?", dejaba en el aire Ullán.

"No.., muy mal intento. Porque Remedios es una mujer que canta muy bonito y que tenían que haberle rodeado en lugar de una orquesta tenían haberle puesto diez guitarristas, diez palmeros (en Eurovisión el limite son cinco acompañantes). Esa mujer sale a cantar la Barca... sin decirte que la barca fuera un número excepcional, pero mejor preparada. Salió como si hubiera salido de una cueva, descalcita, con una orquesta detrás sin ritmo y muy mal preparada. Que manden a una canción española, cantada por una mujer con una voz bonita, que tenga temperamento. A ver cómo sale". 

Lola Flores vislumbraba a Blanca Paloma cinco años antes de que naciera la cantante ilicitana, que tenía a su vez seis años cuando falleció la Faraona.

La de Jerez estaba vislumbrando a la representante española de este año. Y sería apoteósico que justo en el centenario del nacimiento de la visionaria, y siempre con sentido agudo del espectáculo como Lola Flores, que Blanca Paloma nos regalara una victoria en Eurovisión.

"¿Por qué nos estamos americanizando tanto?" llegaba Lola Flores a lamentar en La Clave. Blanca Paloma pone la pica del flamenco en el corazón de este Flandes sin flamencos, el Festival de Eurovisión, tan esquivo en alegría durante tantos años para España.

Pero hoy no, hoy toca disfrutar. Ganar... quién sabe.

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