Telecinco reincorpora a su parrilla una serie diaria, con el recuerdo de Yo soy Bea o El Súper como grandes fenómenos de la parrilla, en la tarde y en la hora previa de la noche. Ahora es el turno de la sobremesa, donde estará Lydia Bosch desde este lunes (a las 15.45). Es Sonia Hidalgo en Mía es la venganza, la propietaria de un club exclusivo marcada por un accidente en el que tuvo que seleccionar cuál de sus dos hijas puede salvar.

La veterana actriz de 59 años, que ha superado un reciente cáncer, es de los rostros de mayor trayectoria en la televisión en España. La primera oportunidad le llegó en Un, dos, tres a través de de Narciso Ibáñez Serrador. A Chicho le parecía fatal que su nuevo descubrimiento para el concurso estelar de los viernes, una chica sonriente, delgadísima y de melena eterna se llamara en verdad Lydia Boquera. Su nombre completo en el DNI es: Lydia Boquera de Buen.

Al creador del concurso de la Ruperta el apellido Boquera no le parecía adecuado para una estrella en potencia, aún menos con el completo Boquera de Buen. Cuando en 1984 fue a presentar este fichaje a los periodistas (cuando iniciar una etapa del Un, dos, tres era acontecimiento nacional) Chicho aseguró que improvisó sobre la marcha y presentó a la guapa azafata como Lydia... Lydia… ¡Bosch!. Como los electrodomésticos. Es decir, la nueva contable del concurso ("cinco respuestas acertadas a 25 pesetas cada una...") iba a apellidarse como las cámaras de Prado del Rey, de la factoría alemana también experta en material electrónico y recambios del automóvil. 

Bosch era la marca de aquellas cámaras que captaban las fantasías y malicias del concurso de TVE, con la conducción de Mayra Gómez Kemp. Lydia dejó de ser "Boquera" por "Bosch". Su oportunidad le llegó como esas casualidades de las películas. Acudió al casting de casualidad, porque acompañaba a una amiga, y el equipo de Chicho le echó un ojo. No fue la última en aprovechar una carambola imprevista.

Bosch entró por la puerta grande en el programa de TVE relevando a Silvia Marsó. Las azafatas ya por entonces no sólo lucían tipo sino que actuaban, cantaban y bailaban. Tras ser conocida por su cara risueña semanal, Lydia olvidó definitivamente el apellido que aparecía en su DNI y como Lydia Bosch fue requerida por varios cineastas aprovechando su popularidad televisiva.

Regresaría a TVE sustituyendo a Paola Dominguín en el programa musical Sábado noche, junto a Tony Cantó el ídolo de las adolescentes en aquel 1987 cuando sólo se veían dos canales en casi toda España. Ya con las privadas fichó por la pionera Antena 3 dirigida por Manuel Martin Ferrand con el programa maratón Domingo en rojo y de ahí pasó a un concurso diario de sobremesa, Los segundos cuentan, que había iniciado Elisenda Roca. 

La oportunidad para estar en primer plano la tendría años después en Antena 3 y con Emilio Aragón en El juego de la oca. De ahí a Telecinco para participar en la serie que vendría a renovar la ficción familiar española: Médico de familia. Le iba al pelo ser la malencarada cuñada que terminaba seduciendo al viudo.

A esa cadena, Telecinco, donde estuvo en otras ficciones como Motivos personales, regresa desde este lunes Lydia Bosch.