Crónica del lunes 11 de julio

¿Ha sido injusto el jurado de 'MasterChef' al elegir los finalistas de esta edición?

La chiclanera María Lo rodeada de compañeros en un anterior programa

La chiclanera María Lo rodeada de compañeros en un anterior programa / RTVE

¿Es justo que la chiclanera María Lo vaya a estar este lunes en la final de MasterChef 10? ¿Se merecía haber alcanzado el último programa?

Pues no sólo se lo merece sino que también está llamada a ser la ganadora de esta edición. Por constancia, por talento (ya que la palabra se manosea mucho, por brillantez) y aunque fuera tan sólo por su prudencia y amabilidad. Es mucho más de lo que alcanzan las apreciaciones del jurado. Y eso que este lunes piropearon y se dejaron llevar por las emociones y llantinas para macerar a los participantes en la primera prueba. Si Pepe Rodríguez te pasa la mano por el hombro  es como si te echara salsa de soja por la cabeza.

María Lo es una justa finalista, ya se proclamó en el resultado de la ostra de Pedro Subijana y en la prueba colectiva.

Si miramos, la publicista salmantina Verónica, no tanto. Es tan pulcra y eficiente como soberbia y pese a los méritos ha tenido cierto viento a favor para verse en la final del próximo lunes.

También está el vasco flamenco, Adrián, que ha ido de menos a más y siempre firme, con un buen talante que le sale por los poros del esfuerzo. Y de remontada, David, que fue despojándose de nervios y agresividad con las semanas. Por tanto, y pese a los defectos, en una edición de nivel más flojos que otros años, no entra en la final ningún personaje negativo, que llegue con ínfulas de superioridad o de dividir.  Y en condiciones normales la ganadora, decíamos, debería ser María Lo.

La que se quedó en puertas fue la repescada Patricia, que no estuvo afortunada en el postre. La más vehemente de la gala, arrebatada en muchos días y con sus tiranteces con Verónica.

 Fue la peor, sí, muy nerviosa, en la confección de un postre de Damian Allsop, chocolatero de los Roca, el hombre de confianza de Jordi Roca el de Rocambolesc. La materia prima más delicada siempre se convierte en criba certera en MasterChef.

La prueba colectiva había sido cerquita, en Madrid, en el Villamagna, con el Amós de la capital de Jesús Sánchez. Los equipos se dividieron entre María Lo (como capitana saldría en volandas hacia la salvación), Verónica y Adrián, elaborando  bombón de bocarte en vinagre y anchoa casera; y lomo de merluza en salsa verde de clorofila de perejil y berberechos.

Patricia y David se las vieron con un cremoso de coliflor, encurtidos y jugo de cebolla y el postre  de chocolate de café en texturas y sopa de cacao.  Visto el nivel de la edición y tras lo sucedido en las últimas semanas, los finalistas de MasterChef 10 son justos.

 

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