Aparicio se corta la coleta
Vigésima corrida de San Isidro
El diestro sevillano pide a 'El Fandi' que le quite el añadido tras ser abroncado · 'El Fandi' y Perera, de vacío
Julio Aparicio se convirtió en el protagonista de la tarde, cuando al cierre de la vigésima corrida de la Feria de San Isidro, le pedía a David Fandila El Fandi, en presencia de Miguel Ángel Perera, que le cortara la coleta. El granadino le quitó el añadido -actual símbolo torero, antaño era la coleta natural- al sevillano, cuando parte del público abandonaba ya la Monumental de Las Ventas. Una plaza donde Aparicio logró el 18 de mayo de 1994 una de las mejores faenas que se hayan cuajado en Las Ventas, precisamente el día de su confirmación por parte de Ortega Cano, quien ayer ejercía de apoderado suyo. Julio fue doctorado por Curro Romero en la Maestranza el 15 de abril de 1990, con Espartaco de testigo. Ayer, parte del público, que posiblemente no se había dado cuenta del corte de coleta, despedía con almohadillas al torero cuando abandonaba la plaza tras una tarde desafortunada.
Julio Aparicio, inseguro e impotente, como en su primera comparecencia en este San Isidro, no había querido saber nada del noblón primero, un colorao bien hecho. Fue pitado.
El cuarto toro fue devuelto por su flojedad. Saltó un espontáneo, al que se llevaron las cuadrillas sin poder dar un muletazo. Como sobrero, pisó la arena un toro de Fraile Mazas, suelto de carnes, negro salpicado y con cuello para humillar. Pero Aparicio se creció. Dedicó a la infanta Elena un infame macheteo que no merecía el noble animal. Dio un mitin con los aceros. La bronca fue de órdago.
El Fandi y Miguel Ángel Perera no consiguieron frutos en sus respectivas actuaciones. El Fandi intentó justificarse. Con el manejable segundo, labor insulsa, tras torear muy bien a la verónica y prender banderillas con enormes facultades.
Con el quinto, una mole de casi 600 kilos, que se paró y frenó, el granadino no consiguió nada positivo. Para colmo, clavó banderillas en otras y cayeron varias al suelo; desluciendo su fuerte: el segundo tercio.
Miguel Ángel Perera fue quien estuvo más centrado. Con el mansísimo, flojísimo, pero noblón tercero, realizó una labor con limpieza, pero de escasa carga emocional, que inició con una capeína y en la que brilló en una serie con la diestra, con muletazos templados.
El serio y colorao sexto esperó en banderillas y estuvo a punto de cornear a Joselito Gutiérrez en un par. El toro, sin embargo, humilló en los comienzos de la faena de Perera, que realizó un trasteo largo, con dos fases muy diferenciadas. En la primera, consiguió dos tandas entonadas con la diestra. Pero el animal se vino abajo pronto y estuvo a punto de enganchar a un diestro que apostó por un serio arrimón. El trasteo acabó en circulares invertidos y entre los pitones del toro, además de unas bernadinas. Tras un pinchazo y una estocada, petición de oreja, que no concedió la presidencia.
El adiós de Julio Aparicio fue la noticia. El sevillano, que no se arrancó en un arrebato el añadido, parecía sereno cuando solicitó a El Fandi ayuda para la rúbrica a su carrera: el corte de coleta.
Vigésima corrida de la Feria de San Isidro
GANADERÍA: Cinco toros de Las Ramblas (encaste Domecq), de desiguales hechuras y juego. Predominó la falta de casa y la nobleza pajuna. Y un sobrero, como cuarto bis, de Fraile Mazas, de escaso motor.TOREROS: Julio Aparicio, de fucsia y azabache. Media chalequera (pitos). En el cuarto, dos pinchazos y tres descabellos (bronca). David Fandila ‘El Fandi’, de nazareno y oro. Entera desprendida (palmas). En el quinto, metisaca, casi entera y descabello (silencio). Miguel Ángel Perera, de rioja y oro. Dos pinchazos y pinchazo hondo (silencio). En el sexto, pinchazo y estocada (saludos tras ovación y aviso). INCIDENCIAS: Plaza de Las Ventas. Martes 29 de mayo de 2012. Casi lleno. En cuadrillas, saludó en banderillas Ángel Otero en el primer toro. La infanta Elena, que presidió honorariamente el festejo, recibió brindis de los tres diestros.
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