Leonardo Hernández hace historia al cortar cuatro orejas en Las Ventas

DECIMOSEXTA DE SAN ISIDRO Ganadería: Corrida de la casa ganadera de El Niño de la Capea con sus tres hierros -El Capea, (primero y quinto); Carmen Lorenzo (segundo y cuarto) y San Pelayo (tercero y sexto), en conjunto de buen juego, destacando el excelente tercero, con gran calidad y el sexto, con clase. TOREROS: Sergio Galán, rejón y descabello (saludos tras ovación con petición minoritaria de oreja); y rejón y descabello (saludos tras ovación). Diego Ventura, dos pinchazos, rejón y dos descabellos (saludos tras ovación); y pinchazo y rejón (saludos tras ovación). Leonardo Hernández, rejón en lo alto (dos orejas); y rejón de efecto fulminante (dos orejas). INCIDENCIAS: Las Ventas. Sábado 21 de mayo de 2016. Lleno.

El cartel del segundo festejo de rejoneo de esta Feria de San Isidro estaba bien conformado. Además, muchos espectadores retornaron a Las Ventas para ver a Diego Ventura tras su grandiosa faena del pasado 7 de mayo, lo que concitó un lleno. Ayer, el sevillano alternó con Sergio Galán y Leonardo Hernández, quien abrió la Puerta Grande e hizo historia al cortar un total de cuatro orejas.

El encierro de la casa de El Capea -hierros El Capea, Carmen Lorenzo y San Pelayo- dio un buen juego en su conjunto, destacando especialmente por su calidad el tercero, con la divisa de San Pelayo, un toro de bandera y un buen sexto, de San Pelayo.

Leonardo Hernández realizó una gran faena ante el excelente Canastito, brillando en banderillas a lomos de Amatista, toreando de costado, con un recorte sensacional. Con Despacio, en los medios, al quiebro y en corto, deslumbró en dos embroques ajustadísimos, clavando en lo alto. Cerró con las cortas y el acierto en la suerte suprema, con un certero rejón, fue decisivo para ganar las dos primeras orejas.

Con el sexto, Jabalino, que embistió también con clase, realizó una faena vibrante y compacta, sin tiempos muertos. De nuevo, fulminante con el rejón de muerte para ser premiado con otras dos orejas.

Diego Ventura concretó un primer trasteo con notable poso lidiador, fácil y certero en banderillas y ajuste en las suertes ante un toro que derrotaba con violencia. Arriesgó mucho con Nazarí. Una sólida labor que cerró con cortas al violín. El desacierto en la suerte suprema dejó la obra sin premio. Con el reservón cuarto, volvió a ofrecer un alto nivel destacando con Sueño y Nazarí en un toreo de calidad. De nuevo, faltó una rúbrica contundente.

Sergio Galán consumó una actuación dentro de su línea clásica. En el que abrió plaza, manejable, brilló especialmente a lomos de Ojeda ante un astado noblote y sin brío y en el cuarto con Apolo, destacó especialmente en un meritorio par a dos manos.