Robleño renueva su 'pasaporte' torero
El diestro madrileño corta una oreja a 'Bonoloto', al que entiende cuando ya estaba mediado 'el sorteo', la lidia · Millán, sin apenas opciones · Corpas pierde una gran oportunidad ante el mejor lote
GANADERÍA: Cuatro toros de Palha, mal presentados, salvo el cuarto, con cuajo. Primero, complicado; segundo, con movilidad, pero sin clase; tercero, un gran toro, bravo, repetidor y humillador, fue ovacionado; cuarto, sabía lo que se dejaba atrás. Dos de El Torreón, bien presentados, como quinto y sexto, ambos nobles. TOREROS: Jesús Millán, de grana y oro. Tres pinchazos y casi entera (silencio). En el cuarto, dos pinchazos y estocada corta (silencio). Fernando Robleño, de blanco y oro con remates negros. Estocada caída (algunos pitos). En el quinto, estocada (oreja). Francisco Javier Corpas, de rosa y oro. Pinchazo, metiscada en los bajos y descabello (pitos). En el sexto, pinchazo, entera y descabello (silencio tras aviso). INCIDENCIAS: Plaza de toros de Las Ventas. Viernes 28 de mayo. Lleno. Carlos Casanova y Jesús Arruga protagonizaron un tercio de banderillas memorable en el cuarto toro. Saludaron montera en mano.
Lo que cambian las cosas de un año para otro. Ayer se colocó en Las Ventas un azulejo con el hierro de Palha "por la corrida mejor presentada y brava de San Isidro 2009". Sin embargo, varios toros previstos de la ganadería portuguesa fueron rechazados por falta de trapío. Pasaron cuatro; tres de ellos mal presentados. Eso sí, en juego, brilló el tercero, extraordinario, ovacionado en el arrastre. La corrida se completó con dos astados de El Torreón, bien presentados y que resultaron nobles. Así es que, por vergüenza ganadera, Joao Folque no debía haber lidiado ayer en Las Ventas como titular.
Fernando Robleño cortó una oreja al quinto toro, de Palha, noble, que fue ovacionado en el arrastre. El colorao era todo un tío, un tranvía de largo y con unas velas inmensas. El madrileño cogió la distancia y los terrenos a Bonoloto cuando ya casi se terminaba el sorteo, la lidia. Cuando lo hizo, en corto y en los tercios, logró algunos muletazos templados, especialmente con la diestra, que fueron muy ovacionados. Una estocada de efecto fulminante fue decisiva para la primera y única oreja que se concedió en el festejo de ayer. Eso sí, ante la alegría de la mayoría de la plaza, el sector crítico enseñó sus dientes por la concesión del trofeo.
Con su primero, bajo, que destacó por su movilidad, pero que no humillaba, Robleño pasó sin pena ni gloria. Lo mejor se vivió en el tercio de varas, con dos puyazos espléndidos a cargo de Manuel José Bernal.
Jesús Millán no tuvo opción ante un mal lote de Palha. Se justificó tanto con el complicado que abrió plaza -sin remate- como con el cuarto, de aceptable presentación y que sabía lo que se dejaba atrás. Con éste toro, sus banderilleros Carlos Casanova y Jesús Arruga dieron un espectáculo excelso con los palos. Casanova, al que el toro estuvo a punto de cornear tras perder pie en el primer par, se levantó sin mirarse y prendió un par memorable, a cambio de que los pitones le rajaran el chaleco. Su compañero Arruga, lejos de arrugarse, clavó otro, en el que el astado le rasgó la taleguilla. Tercio memorable y las palmas que echaron humo como en ningún otro pasaje de la corrida.
Francisco Javier Corpas perdió una gran oportunidad. Tuvo en suerte el mejor lote de la corrida. Ambos toros fueron ovacionados con fuerza en sus respectivos arrastres. Como primero, un 'palha', uno de los mejores toros de la feria, de nombre Lezirio, negro y con escaso trapío para Madrid, que resultó bravo, repetidor y humillador. Corpas, tras recibirlo con una larga cambiada a portagayola, se perdió en la muleta en un océano de enganchones y para colmo también naufragó con la espada.
El imponente colorao, de El Torreón, que cerró plaza, fue noblón. El sevillano, despegado y, por momentos acelerado, no le cogió el aire. De nuevo mató mal.
En la lectura del espectáculo, sin olvidar el memorable tercio de banderillas a cargo de Casanova y Arruga, cabe destacar el galardón que logró Fernando Robleño. El modesto torero de San Fernando de Henares, alejado actualmente de las grandes ferias, renovó ayer su pasaporte torero en Madrid para continuar cruzando fronteras hacia otras ferias; que sin duda serán las del Norte, en las corridas denominadas toristas, ante las que cuenta todavía con cartel.
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