‘Anárquico’ en todas las quinielas

Undécima de abono de la Maestranza

La resistencia a morir del toro cambió el premio de las dos orejas para Miguel Ángel Perera por una ovación con saludos

Manuel Escribano lució sólo en banderillas y Borja Jiménez quiso en el sexto, pero sin conseguirlo

Las fotos de la undécima de abono

Ambiente en la Puerta del Príncipe

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Miguel Ángel Perera embarca al natural la franca embestida de ‘Anárquico’, el toro que salvó el honor de la esperada corrida de Santiago Domecq. / Vídeo: Pagés | Fotos: José Ángel García

Ficha de la corrida

Plaza de toros de la Real Maestranza

GANADERÍA: Se lidiaron toros de Santiago Domecq bien presentados, pero faltos de clase con la excepción del lidiado en segundo lugar que fue premiado con la vuelta al ruedo.

TOREROS: Manuel Escribano, de verde y azabache, silencio y silencio. Miguel Ángel Perera, de corinto y oro, gran ovación tras dos avisos y silencio. Borja Jiménez, de tabaco y oro, silencio en ambos.

CUADRILLAS: Gran actuación a caballo de Plácido Sandoval y destacó Juan Francisco Peña; a pie destacó Daniel Duarte.

INCIDENCIAS: La plaza se llenó en tarde soleada y ventosa.

ESPERÁBAMOS ilusionados que llegase el día del reencuentro de los toros de Santiago Domecq con Sevilla, pues sus éxitos de años anteriores habían sido tan rotundos, tan concluyentes, que incluso se había ganado el derecho de una mejor fecha y también de un cartel más adecuado a la categoría que mostraban sus toros. Además era la primera tarde de Miguel Ángel Perera con el recuerdo de triunfo del pasado año para abrirle la Puerta del Príncipe. Y lo hacía acompañado de dos sevillanos que figuran en el podio de triunfadores de lo ocurrido hasta ahora en la Maestranza.

Era un puñado de buenos augurios que hizo que la plaza se llenase casi en su totalidad. Luego pasó lo que tantas veces pasa en este asunto de la corrida de toros, que ese viejo dicho de que a corrida de expectación sucede corrida de decepción. ¿Y fue decepcionante la corrida tan esperada de Santi Domecq? Pues en cierto modo sí, aunque una corrida que echa al ruedo un toro como Anárquico tiene un punto de bula con el que hacerse perdonar. Hacerse perdonar y seguir esperándola con ganas, pues ese toro segundo de la tarde demostró palmariamente que en Garcisobaco queda un remanente de sangre brava que bien merece seguir esperándola.

Par al violín de Manuel Escribano a ‘Duquesito’, primer toro de la tarde. / José Ángel García

Por lo tanto, todo el foco de esta corrida lo acapara el juego de Anárquico, un precioso colorado y cinqueño que le iba a proporcionar a Miguel Ángel Perera el regalo que significa cuajar un toro más en Sevilla. Y es que el extremeño sabe a qué sabe triunfar en la Maestranza y ayer lo tuvo en sus manos de forma bien rotunda. Desde que salió al ruedo lo vio claro Perera, que le cuajó un buen ramillete de verónicas y que fueron replicadas por Borja Jiménez mediante unas airosas chicuelinas. En el caballo apenase se emplea, pero el toro rezuma clase y Perera, que lo ha visto claro, lo brinda a la plaza. Inicia la faena con unos mandones pases por alto erguida la figura y a pies juntos y cuando lo cita con la diestra aquello anuncia que va a ser de lío gordo. Muy firme Miguel Ángel en su diálogo con Anárquico, la faena va a más con la muleta en la mano izquierda. Estamos ante una faena de dos orejas y así parece que va a ocurrir cuando le pega un estoconazo atracándose de toro. La suerte está echada, pero resulta que a estas alturas el toro no ha abierto la boca, se acula en tablas y se niega a morir. Es la muerte de un toro bravo, Perera va perdiendo los nervios, se atasca con el descabello y suenan dos avisos antes de el toro doble. Todo el triunfo se lo lleva el toro en la vuelta al ruedo póstuma, mientras que el triunfo clamoroso de Perera se queda en una ovación desde el tercio que bien pudo ser de vuelta al ruedo.

Persiguiendo el triunfo, a portagayola se fue Borja Jiménez para recibir a ‘Almirante’, último toro de la tarde. / Jose Ángel García

Y de la esperada corrida de Santiago Domecq, poco más que decir. Perera en el quinto quiso resarcirse con Celestino, lo cuaja a la verónica, pero el animal blandea, empieza reponiendo en la muleta y termina por aburrir por su falta de transmisión. La corrida la había abierto Manuel Escribano incorporando la novedad de no ir a portagayola. Enardece en banderillas en sus dos toros, pero ahí se acabó la tarde del hombre que triunfó a lo grande con los victorinos. Manuel necesita toros que amenacen con la cornada para que aflore su torería y tanto Duquesito como Manipulado estuvieron en las antípodas de lo que necesita este héroe, que veía decepcionado cómo la tarde se le iba sin remisión.

Cerraba la terna Borja Jiménez, que estuvo a punto de acariciar el éxito con Almirante, el cinqueño que cerró plaza. Y lo intentó desde irse a chiqueros a recibirlo y todo era ilusión cuando el toro se peleó con el caballo que montaba Plácido Sandoval. Esa pelea puso a la plaza en ascuas, Borja brindó al público y empezó con una tanda vibrante de rodillas, pero toda la entrega que pone el torero la contesta el toro no embistiendo con un mínimo de clase. Lo mató de media caída y aquí paz y después gloria, que fue también lo que había pasado con Zahareño, el tercero de la tarde. Y hoy entra en la feria Andrés Roca Rey, no queda un boleto, y con Perera y Juan Ortega.

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