El sevillano Luis Valdenebro hace el toreo más destacado en la matinal de rejones

El joven jinete sevillano Luis Valdenebro, con un toreo puro y muy ajustado, hizo lo más destacado del festejo de rejones celebrado por la mañana en Valencia con un viento y un frío heladores. En una mañana plenamente invernal, varios de los seis rejoneadores anunciados hoy en Valencia pusieron el calor con la espectacularidad de sus actuaciones. Pero fue el joven Luis Valdenebro quien añadió a la intrínseca vistosidad del toreo a caballo el valor superior de la pureza y el ajuste a la hora de lidiar y de clavar rejones y banderillas.

La faena del hasta ahora poco conocido jinete sevillano constituyó su gran revelación en una plaza de máxima categoría, al marcar además las diferencias y los matices entre los distintos trofeos que se cortaron en esta corrida de seis para seis. Ya para abrir faena, Valdenebro clavó el rejón de castigo yendo de frente al toro sin una sola ventaja, para después darse a un toreo siempre ajustado y muy reunido con el buen astado de Bohórquez, al que templó en galopes de costado con un gran caballo castaño y banderilleó siempre desde corto y en lo alto. Con ese toreo valiente y recreado, Valdenebro puso un toque de sincera emoción a su labor, que se premió solo con una oreja por que el toro, ya muy aplomado, no le ayudó para matarlo con contundencia.

Antes que él habían paseado otro trofeo el veterano Andy Cartagena y el más nuevo Andrés Romero. La labor de Cartagena con el segundo toro de la matinal fue la que empezó a caldear el gélido ambiente, alternando los alardes de doma y los guiños al tendido con una efectiva forma de torear y clavar con sobrado oficio.

El onubense Romero faenó con el cuarto con más espectacularidad que temple, ya que tuvo ciertos y bruscos desajustes en los primeros pares de banderillas, que luego remontó con un meritorio aguante en los últimos encuentros para ameritar el trofeo.

Fermín Bohórquez, clásico en todos sus planteamientos, rejoneó y banderilleó siempre con limpieza. Manuel Manzanares falló repetidamente a la hora de clavar los hierros. Lea Vicens lidió con facilidad pero con escasa proximidad en los encuentros. Perdió un más que probable trofeo al fallar con el rejón de muerte y luego con el descabello pie a tierra.