Un perfumista francés crea una fragancia inspirada en el barrio sevillano de Tres Barrios-Amate
'Jardines en el aire' ha sido creada en una edición limitada de 333 frascos y concentra el olor de una selección de especies botánicas del distrito
Jardines en el aire fue la propuesta de Luces de barrio para 2020. Una iniciativa circular de renaturalización urbana en la que participaron artistas, científicos, arquitectos, diseñadores, jóvenes estudiantes, vecinos de Tres Barrios-Amate junto a la asociación A.E.S. Candelaria. Una propuesta que fue madurando durante seis meses de talleres, encuentros y celebraciones compartidas, con el objetivo de explorar recursos y especies del barrio, imaginando nuevas relaciones a partir de ellas y estrategias que permitan que prosperen en equilibrio generando un entorno más habitable para todos.
Este proceso se destiló en tres obras: un jardín vertical, situado en el número 6 de la calle Candelilla; una polifonía, compuesta por Desirée Martín para celebrar la multiplicidad de voces -humanas y no humanas- que conforman el barrio de Tres Barrios-Amate; y el perfume compuesto por Barnabé Fillion, creado a partir de la selección de especies botánicas del barrio, y que podrá obtenerse como regalo por la donación al programa de talleres de arte y naturaleza que continuarán realizándose en la A.E.S. Candelaria.
El perfume fue creado en una edición limitada de 333 frascos. Una propuesta exclusiva compuesta a partir de la selección de especies botánicas con mayor presencia en Sevilla y Tres Barrios-Amate. Un aroma que representa la memoria de uno de los barrios más diversos y cosmopolitas de Sevilla y que, además, abre la oportunidad de utilizar la recolecta y poda de dichos ejemplares para destilar en años venideros los aceites esenciales de este perfume. Una propuesta encaminada a explorar estrategias de economía circular orientadas a la renaturalización urbana.
Sus creador fue Barnabé Fillion, que contó con la colaboración de Thibault Pradet, Estudio Pätē, Surnames, El Mandaito y Nomad Garden junto a jóvenes de la A.E.S. Candelaria. Los objetivos que se marcaron con este proyecto eran repensar crítica y creativamente la dimensión aromática de la ciudad, en especial de su patrimonio vegetal; explorar la utilización de restos de poda de plantas urbanas para destilar aceites esenciales, transformando un residuo en un recurso; explorar formulas de economía circular para involucrar a las personas del barrio en el cultivo, recolección o destilación de las especies seleccionadas; poner en valor rituales aromáticos tradicionales revisitándolos de manera contemporánea; aromatizar lugares ejemplares de la ciudad; y fomentar valores ecosistémicos a través del arte y la ciencia.
La selección de especies se realizó bajo la confluencia de una serie de criterios entre los que destacaron especies con mayor número de especímenes en la ciudad, con el objetivo de facilitar en un futuro una posible destilación in situ; especies de los cinco continentes, con el objetivo de representar la diversidad cosmopolita del barrio y la ciudad; y especies vinculadas a la cultura aromática de la ciudad, como el romero, o como el incienso. Atendiendo a estos deseos, el perfume propuso un diálogo entre el naranjo amargo, en forma de petit grain, con notas de azahar justo en el momento de caer al suelo, y el incienso, que a su vez arrastra y potencia una serie de notas más discretas como la pimienta rosa (Schinus molle), el romero (Rosmarinus officinalis), las rosas, los cedros, los eucaliptos y alguna más que por ahora permanece secretas.
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