La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El gran detalle del mensaje del Rey
Dar pasos pequeños y seguros con bonitos y cómodos zapatos. Éste es el secreto del éxito de la joven marca sevillana Crownhill Shoes. Los hermanos Fernando López Fernández-Palacios y Carlos López Fernández-Palacios, de 33 y 31 años respectivamente, son los responsables de esta firma de calzado que, además de conseguir un amplio número de seguidores por todo el mundo en menos de dos años, ha conquistado al diseñador taiwanés Malan Breton. Después de desfilar con él en la Mercedes Benz New York Fashion Week el pasado 6 de septiembre, el día 27, los modelos del diseñador taiwanés y él mismo volvieron a calzarse estos zapatos en el desfile que Breton realizó en la Grand Central Terminal neoyorquina. Dos citas que significan un punto de inflexión en la introducción de la marca en el mercado estadounidense.
Apenas hace un año y medio que los crownhill shoes, visten los pies de hombres de los cuatro puntos cardinales. Fernando comenzó con el proyecto hace tres años con el propósito de subsanar una necesidad que el mercado del calzado no cubría según su juicio y experiencia. Su trabajo en una auditoría -ambos hermanos están licenciados en Administración de Empresas y Derecho- le exigía vestir trajeado durante un amplio número de horas todos los días. "Era misión imposible encontrar un zapato elegante, económico y, lo más importante, cómodo. Y, según me comentaban compañeros, amigos o mi propio hermano, vi que no era el único con ese problema", recuerda. Así que, como siempre le había atraído la moda y uno de sus objetivos era fundar su propia empresa, decidió emprender en el sector del calzado y encontrar una solución a esta demanda que compartía con el público masculino.
La andanza de Fernando López comenzó por conocer a fabricantes, artesanos y descubrir materiales. Durante meses, se sucedieron los viajes y las pruebas con diferentes hormas y tipos de pieles para acertar con las piezas que, encajadas, formasen ese zapato que buscaba. Ni la comodidad del calzado, ni la calidad de todas y cada una de las materias primas empleadas en la producción del zapato, ni la posibilidad de ponerlo a la venta a un precio ético eran negociables para este emprendedor sevillano. Como tampoco lo era, ni lo es, según resalta, que sus artículos sean íntegramente realizados en España y por artesanos españoles. "Si no levantamos nosotros el país, quién lo va a hacer", opina, mientras asegura que cree firmemente en que se ha de ser transparente con el cliente.
El nombre de la firma es anglosajón por una cuestión puramente pragmática. Según cuenta este sevillano, "posicionarte con un nombre castellano en el mercado estadounidense -uno de los ambiciosos objetivos de la empresa-, puede cerrarte puertas". Con el nombre de Crownhill Shoes y el símbolo regio de la marca se evocan los valores de clasicismo inglés y elegancia que este emprendedor quería imprimir a su firma. "La reina Letizia nos preguntó por esto en El Rastrillo de Madrid y cuando se lo explicamos, por desgracia, lo entendió", afirma.
Los primeros zapatos que vendió la marca fue a amigos y conocidos. El negocio creció poco a poco gracias al boca a boca. Se montó la página web y desde hace un año y medio, Carlos López Fernández-Palacios se unió a su hermano, quien insiste en que quieren hacer las cosas paso a paso, "que es como se hacen bien". De hecho, la empresa ha rechazado, entre otras ofertas de expansión, algunas de externalización a pesar de que triplicarían los beneficios.
La producción de cada zapato se realiza a mano. La firma facilita a cada artesano los materiales e incluso ha estandarizado el proceso productivo, de manera que todos los modelos acaban por ser prácticamente iguales. Las tallas van desde la 38 a la 46 para hombres y de la 35 a la 42 para mujeres, sin coste adicional según el número. En la página web de la firma, www.crownhillshoes.com, hay 150 registros diferentes, cada uno de ellos identificado por el nombre de una ciudad con la que mantiene una relación estilística. En la tienda Samani Samani de la calle Génova, 6, se pueden adquirir.
En los últimos días, Crownhill Shoes ha resonado en las redes sociales después de que el diseñador taiwanés Malan Breton desfilara con estos zapatos en la Mercedes Benz New York Fashion Week y, el pasado 27 de septiembre en la Grand Central Terminal neoyorquina. Dos citas que el modisto ha publicado en su Instagram. Sin embargo, Fernando López es cauto y, a pesar del empujón mediático, cree que debe seguir con rumbo sereno. "Montar una empresa es una aventura, pero las buenas ideas con mucho trabajo se hacen", destaca, mientras insiste en que la sociedad tiene que "saber que emprender no es fácil, que no se levanta una empresa en un día". Con esta conciencia y templanza confía en seguir pisando fuerte en este sector.
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