La adivinanza, el género de la reflexión infantil

40 años lleva Rosa Díaz trabajando con las palabras y publicándolas. Aunque la poesía siempre fue el género que empleó "como catarsis personal para profundizar y profundizarme", y haber escrito desde biografías, artículos periodísticos a ensayo, hace 21 años, cuando nació su nieto, su vida literaria dio un giro. Optó por el complejo mundo de la literatura infantil, sin prisas, con el tiempo necesario que lleva "la revisión y el reposo de un texto". El camino que inició con el convencimiento de aportar a la educación de su nieto vocabulario y capacidad de reflexión le derivó a la adivinanza. "Quería realizar nuevos trabalenguas, adivinanzas que no fueran las tradicionales y con un vocabulario más actual y urbano". De su propósito nació Adivina adivinarás, obra que recientemente ha visto editada su segunda parte en Anaya con Adivina adivíname. Para Rosa, "la adivinanza es un sonido que piensa y es una excusa para agudizar nuestros reflejos cognitivos... y ponernos en contacto con cualquier elemento de la naturaleza, objetos, frutas, peces, etcétera". Así, en los más de 90 acertijos recogidos en su libro, siempre está presente el sentido pedagógico con la introducción de la mitología, la historia o la gramática, entre otros conocimientos que aportan un valor añadido a la reflexión, sin menoscabar la diversión: "A mi me dio un tal Mercurio, a mitad de mi camino, unas sandalias con alas y un corro que me las piro".